sábado, 15 de febrero de 2025

Tamal con recadito

He sido tratado en el municipio de Chajul, Quiché, como uno más de la familia de mi amigo Enmanuel. Aunque me costó llegar y me prometí no hacer más ese camino, al descubrir el cariño y la vida de ellos, el sentirme muy a gusto y sentir la generosidad de ellos, creo que valió la pena venir y conocerlos. Me he sentido muy bien.
Ya conté en la anterior crónica la historia de esta etnia en la historia reciente del pueblo. Hablan su propio idioma, junto al español, su comida es la tradicional, la vestimenta de las mujeres la de toda la vida y sus costumbres aún perviven.
Pasar tres días inmerso entre ellos me ha trasladado a otro mundo. Conocer las casas. Ver sus estufas, cocinas, a leña. ¡Me ha gustado mucho! ¡He disfrutado!
Me habían preparado una habitación para mí. La cama, tenía sólo la sábana de abajo. Es normal aquí. Ya lo constate en Ixmucané cuando había que explicarle a las chicas porque había dos sábanas. Es su costumbre. Duermen vestidos. Me tapaba con dos mantas
La madre, Cecilia, trabaja en un departamento de asuntos sociales. Gana unos cinco mil quetzales. El padre lleva más de 20 años en EEUU. Ambos colaboran para pagar dos préstamos solicitados para construir la casa donde viven.
Algo que me ha encantado es ver como cocinan. Hay muy poca innovación en ella. El desayuno con los frijoles molidos, huevos revueltos, queso freso y plátano frito. Y sobre todo sus tortillas de maíz, que solo tienen de común con nuestras tortillas su forma. Comen mucho maíz. Y me gusto ver cómo hacen.
Se cocina el maíz con agua y se le agrega cal o ceniza hasta el punto en que el maíz pierde su cáscara. Después el maíz se lleva al molino, para obtener la masa. Es normal ver las mujeres llevar el maíz, hinchado en una palangana, por la calle para llevarlo al molino.
Después en casa se hace bolitas de masa y se palmea para darle una forma redonda. Después en el comal, una superficie lisa y caliente se cuece en un promedio de 4 a 5 minutos. por ambos lados. Esto se si quiere hacer tortillas.
Con la masa se pueden hace varios alimentos. Lo normal son los tamales y lo tamalitos.
Doña Cecilia se puso a ser tamales que rellenó con un trozo de pollo previamente cocinado con una salsa de muchas verduras y especias. Después las lio con hojas de plátanos. Y se cuecen durante una horas. 
En las fotos se puede observar el proceso paso a paso. A mí el sabor del maíz no era algo que me gustara. Debo decir que a partir de esta estancia en Chajul, y después de haber probado estos tamales, creo que he cambiado de opinión. Aquí abajo a punto de hincarle el diente.

¡Hasta la próxima, primero Dios!


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