domingo, 21 de febrero de 2021

La vía verde.

Uno de los atractivos más interesantes de donde vivo es recorrer la Vía Verde. Esta vía  aprovecha el antiguo trazado del tren minero que llegaba a las minas del Cerro del Hierro. 
Este antiguo ramal, de unos 15 km de longitud, va ascendiendo a medida que se interna en el corazón de la Sierra Norte Sevillana, hasta alcanzar el coto minero del Cerro del Hierro, declarado Monumento Natural de Andalucía.
Eliminadas las vías y acondicionada perfectamente para pasear tanto a pie como en bicicleta en plena Sierra Morena es un respiro de aire que renueva al que la recorre. Se siente la tranquilidad y la paz. 
Este espacio, en pleno Parque Natural, es un paraíso. Lejos de cualquier aglomeración, uno se encuentra abrazado por una naturaleza en absoluta calma. 
Cada vez más conocido, muchas personas acuden a esta zona atraído por la bondad de su clima en tiempo estival y por la belleza de su paisaje en cualquier estación del año. Muchos se extrañan de que este espacio, donde el agua está muy presente, se encuentre en la provincia de Sevilla.
Hasta la mitad de la Vía iremos acompañados por la Rivera del río Huéznar para finalmente llegar al Cerro del Hierro. Esta nos proporciona una estampas únicas con chorreras, cascadas, y lugares idílicos para la contemplación.
En el recorrido se encuentra San Nicolás del Puerto, un pequeño municipio de 600 habitantes de la sierra norte de Sevilla, a 590 metros sobre el nivel del mar, y rodeado de un bosque de alcornoque, quejigos, robles, cruzado por el río Galindón.
La Vía está bien integrada con el entorno. Paseando por ella se pueden observar las fincas ganaderas con sus encinas y alcornoques. También antiguas edificaciones como los batanes que estaban situados en la ribera del Huéznar como el que se ve en la foto, declarado BIC municipal. 

También se puede acceder a camping y restaurantes pues se encuentran a pie de la misma vía. 
El suelo es homogéneo, sin resaltes ni rehundidos, con buen mantenimiento. La inclinación del terreno es suave, lo que lo hace ideal para el a pie o en bicicleta. Es normal que los habitantes de San Nicolás paseemos por ella frecuentemente así como los que nos visitan los fines de semanas. 
El contacto con la naturaleza, con unas vistas extraordinarias, hacen del paseo un momento único.
La Vía tiene un ancho libre de paso de 2,80 m y los cruces y cambios de dirección tienen un espacio libre de giro de más de 1,50 m de diámetro, lo cual permite un tránsito cómodo y seguro.


¡Hasta la próxima, primero Dios!









sábado, 20 de febrero de 2021

De Wuhan a San Nicolás

Un mes de lo mismo. Todo febrero va a estar dominado por la misma situación. Subidas y bajadas del número de contagios por el virus Covid 19. Y volver a subir. Cerrar, abrir y volver a estar confinados perimetralmente en el término municipal. Llega a ser un poco pesado, pues basta que te impidan salir allí donde quieres ir, para que se te apetezca hacerlo.

Por primera vez ha habido un fallecido por este virus en San Nicolás. Alguien muy conocida, y cercana,  mía. Aunque en el pueblo somos pocos y nos conocemos todos María participaba de la eucaristía dominical y era madre de amigos y vecinos míos. Ella me tenía mucho cariño y éste era recíproco. Mujer sencilla, trabajadora, cariñosa y muy buena repostera. Además se preocupaba de su formación y de mantener relaciones con las personas de su edad. También la veía caminando por la vía verde todas las tardes. 

El título de esta crónica es la reflexión que he hecho con motivo de este fallecimiento. En este mundo globalizado, e instantáneo, lo que hubiera tardado años en llegar siglos atrás ha llegado a este pequeño pueblo situado en la Sierra Morena sevillana en menos de un año. Todo ello ha conmovido de una manera fuerte a todos los habitantes del pueblo.

Esta tercera ola, ha tocado fuerte. No habíamos tenidos contagiados en las otras dos. Ahora lo estamos sufriendo bien. Esperemos que se vaya paliando, mientras se van vacunando, poco a poco, a las personas más en riesgo.


¡Hasta la próxima, primero Dios!






 

lunes, 1 de febrero de 2021

Confinamiento total

Desde que se estableció en la localidad la situación actual decidí no salir en diez días. Ya lo comenté en anteriores crónicas,  El martes 19 la hematóloga, en la cita trimestral que tengo con ella, me dijo que ni en broma saliera a la calle porque soy una persona de riesgo por mi linfoma. Las noticias de contagiados no paraban de subir. El viernes 22, cuando lo decidió la Junta de Andalucía, se cerró perimetralmente San Nicolás del Puerto.

Debido a su reducida población  sus diez casos, provocó que alcanzara una tasa de 1.677,9, una de las más altas de la provincia. San Nicolás del Puerto, que apenas registró casos en las anteriores oleadas se vio confinado perimetralmente y con su actividad no esencial cerrada en principio por quince días. El Ayuntamiento procedió al cierre de los edificios municipales tales como Biblioteca Municipal, Centro Guadalinfo e instalaciones deportivas. De la misma manera, ha procedido a la desinfección de sus calles.

El lunes 25, el alcalde solicitó a la delegación de Salud y Familia de Sevilla "un cribado masivo COVID-19 ante la alta de incidencia de casos que estamos padeciendo y con el fin de poder tomar las medidas socio-sanitarias convenientes".

Aunque ya había mantenido el aislamiento, confinamiento, a lo largo de este año de pandemia, en los momentos más estrictos, se podía salir a comprar, a la farmacia o al médico. Durante todo el año teníamos la seguridad de que no había contagios en el pueblo. Pero esta vez ha sido diferente porque eran varias personas que dieron positivo al virus. Por eso decidí ser más estricto en esta ocasión.

A la vuelta de la cita médica, me aprovisioné de lo que carecía. Desde entonces hice esa opción de absoluta clausura hasta el domingo 31. Decidí no exponerme. 

Se han ido acabando provisiones. Es verdad que he cocinado para varios días.  Tenía provisiones congeladas y por eso no he tenido problemas. Pero, me imaginaba los que viven aislado y sin poder adquirir nada durante un plazo determinado o tienen que alimentarse de pocos alimentos.

También es verdad que estoy rodeado de gente maravillosa. Nieves, la de la tienda, me ha escrito diciéndome que lo que necesite de su tienda me lo manda. Mi vecino Antonio me ha llamado por teléfono a menudo para preguntarme como estoy. Y otras personas también me han dicho que estaban a mi disposición.

En este tiempo han predominado las tardes grises. La falta de sol hace que se sienta aún más el malestar general que se siente en el pueblo. Ha disminuido sensiblemente el número de vecinos que pasan por delante de mis ventanas. Las informaciones que me han ido llegando hablaban de que los contagios en el pueblo incluso subieron los primeros días. Fueron días grises. En general, la población de la localidad  ha sido muy cuidadosa. Las calles han estado desiertas. 

Cuando pasa un día y si se analizara éste por lo que has hecho de nuevo, en relación con el día anterior, diríamos que no he hecho nada especial. ¡Haz hecho lo mismo! Y muchos pensarían que es un día, una semana, un mes, un año... perdido. Y sin embargo no es así. Pienso que aquellos que viven una vida en clausura, desde esta visión, sería inútil. ¿Y lo es? Creo que, obviamente, no. Lo sería si la vida dependiera que estar haciendo cosas, ir de allá para acá, de encuentros con unos y otros, de adquirir, gastar... 

La vida es estar vivo. Y, ¿Cuántos están haciendo todo ello y su vida no es realmente una envidia para nadie? O tienes vida en ti mismo, y sabes cómo hay que enfrentarse a las distintas situaciones a la que la vida, te enfrenta sin perder tu dirección, tus valores y tus agarres seguros, o estas perdido. Hay gente que cuando le toca el confinamiento están contando los días que le quedan para salir a la calle. 

El tener poco habitantes ha hecho también que en cuanto se han curado esa decena de personas, inmediatamente el índice ha bajado. Las noticias son buenas. Ahora mismo la única persona contagiada es una señora que está en el hospital. Todos han sido dados de alta y se han incorporados a sus quehaceres normales.

Por fin se acabó esta quincena. Ayer salí una hora y hoy lunes varias veces. Farmacia, super y paseo. Y ha acabado con una día de sol magnífico. Me ha encantado en especial el pasear por la vía verde dos horas.

No dejamos de desear que esta pesadilla vaya remitiendo. Creo que el sábado ya  desaparecerá el confinamiento perimetral del municipio. 

¡Hasta la próxima, primero Dios!