martes, 18 de enero de 2022

El mejor regalo

Varias veces he hablado de la amistad y del valor que tiene para mí. Sin lugar a dudas, para una persona que  que no tiene pareja ni descendientes, su relación normal son o sus familiares o sus amigos. Están también las relaciones con vecinos, paisanos y compañeros de trabajos o de aficiones comunes. Todos ellos son aquellos con los que normalmente te relacionas.

La amistad no tiene sexo, edad, nivel social, profesional, jerárquica, opciones políticas, deportivas o culturales. Puede no tener la misma nacionalidad o religiosa. Gracias a Dios dispongo de amistades de cualquier de estos tipos. Y eso me da vida y me ensancha el corazón. Con ellas se da un nivel de relación de igual a igual.

Ayer tuve ocasión de la sentir todo lo que he narrado. Recibí un mensaje, de un amigo, diciéndome qué si hoy estaba ocupado, pues quería cumplir con su promesa realizada en Navidad de venir a verme a mi casa de San Nicolás. Me llenó de alegría.

Estuve de profesor, sólo un año, en el instituto Maese Rodrigo de Carmona. Allí conocí, entre los alumnos, a José Antonio. Además de tratarle durante ese curso, y de viajar alguna vez juntos, hemos continuado los encuentros y la comunicación de una manera continúa. Desde el 2000 hasta hoy hemos desarrollado, y aumentado,  nuestra amistad. Cada uno ha experimentado cambios en sus vidas durante ese tiempo: profesión, matrimonio, separación y nuevo noviazgo por su parte y jubilación y terminación de toda actividad por la mía. 

Hoy el encuentro ha sido magnífico. ¡Cómo hablar, con toda confianza, de "todo" entre personas que se ven de vez en cuando y con vidas muy diferentes! La explicación es el cariño y el respeto que nos profesamos y que es la base de nuestra amistad. Las escasas seis horas que ha durando el encuentro han sido muy especiales. Se han repartido entre el desayuno, el recorrido por el interior de El Cerro de Hierro y el almuerzo en mi casa. 

Estos encuentros tienen una gran calidad cuando uno y otro manifiesta su vida, su situación personal, sus aspiraciones con entera normalidad sin olvidar la satisfacción por el encuentro. ¿Qué más se puede esperar?

¡Gracias amigo! Hoy me has aportado una alegría inmensa. ¡Qué grande son estas visitas, esperada, y a la vez inesperada, que hoy me has regalado! Éste ha sido más importante que el otro regalo que fuimos a recoge.


¡Hasta la próxima, primera Dios! 

martes, 11 de enero de 2022

Volver a verla

¡Hoy no hacía tanto frío! Así que después de comer, aunque retenido por la película que estaba viendo, salí a pasear. 

Creo que hace mucho tiempo que me quedaba en casa. Bueno hace dos lunes salí con Charo y Rafael que vinieron a comer. Ese día cogimos el coche, tras almorzar, para ver las chorreras. Aparcamos cerca de la Fábrica de la luz. 

Nos acercamos a las primeras caídas de agua cerca de los nuevos puentes de maderas que han instalados para poder cruzar el río más fácilmente. Al llegar, y de repente, vi una nutria que, caminando entre las piedras, terminó por sumergirse en el río. Era la primera vez que veía una. Siempre me habían dicho que existían, pero verlas es otra cosa. Así se confirmaban mis deseos de que en el río que pasa por delante de mi casa las hubiera. Aquel día no llevaba el móvil para hacer fotos. Tampoco hubiera servido de nada, pues fue verla y no verla.

Esta tarde me acordé de ello y la llevaba. Salí sin prisa y tomé el camino paralelo al río hay entre la ribera y los cercados de alambres de la fábrica de la luz. Pasear por él es algo magnífico, pues vas siempre en el silencio del ruido del agua. Sol, verdor, cascadas continuas de agua, pájaros saliendo de los árboles donde anidan, el sonido cerrado de los cencerros de las ovejas que pastan en los alrededores..., ¡la paz de la sierra!

Me acerqué al lugar dónde la vi. Iba durante todo el recorrido, despacio y sin hacer ruido, mirando hacia el río. A llegar al sitio me asusté porque había dos personas en él, también sin hacer ningún ruido. Se volvieron asombrados. Estaban bebiendo mate. Eso, junto con su entonación al hablar castellano, me llevo a concluir de dónde eran. Les dije el porqué llegaba tan silenciosamente. Y mantuvimos una conversación cordial, corta y general. Me despedí de ellos y comencé el regreso. Pensé: "Volveré otro día porque hoy el sitio está un poco concurrido". Crucé el puente nuevo, observé el maravilloso paraje dónde está ubicado y crucé a la otra parte del Hueznar. 

Un inciso: Sobre la grafía del río que nace en San Nicolás del Puerto podemos encontrar también Huesna, muy "asevillanao", e incluso Güesna, en el libro de la Montería de Alfonso X. La Hidronimia es el estudio de los hidrónimos y de cómo las masas de agua reciben su nombre y estos son transmitidos a lo largo de la historia. Por lo que se pueden usar indistintamente una u otra grafía sin incurrir en ninguna falta de ortografía, aunque algunos filólogos apuntan a que se debería escribir Huezna, sin la "r" final.

En esta ribera, mientras se llega a la vía verde cerca de la entrada al túnel, hay que ir muy cerca de la alambrada pues de lo contrario hay posibilidad de acabar en el río desde una gran altura.  En esta estación del año el bosque de galería nos deja ver su recorrido entre pequeñas cascadas. Hay pozas del río que son anchas en este curso del río. Me gustó recorrerla.

En la vuelta por la vía verde hay unos campos sembrados de cereales que le dan un aspecto increíble al paisaje bajo la luz tenue del sol invernal. Lugar excelente de paseo, en él saludé a Gonzalo y Maribel, y a Carlos que iba en bicicleta. Ya cerca del pueblo la vista del mismo era especial. Aunque en cada momento se ve encantador. 

Con frío al pasar por las sombras de las casas de unas calles vacías me dirijo a calorcito de la mesa camilla de mi casa para ver alguna película o seguir leyendo. ¡Ya veré!

¡Hasta la próxima, primero Dios!


jueves, 6 de enero de 2022

No se me olvida

A Guatemala se le llama cariñosamente "El país de la eterna primavera". Es un denominación acertada, pero a mi juicio se queda corta. Es un país precioso. Y para muestra estas fotos realizadas por mí en mi última visita al mes de haber llegado de él.






























 


































He querido mostrar algo de la diversidad de ese hermoso país. No se verá que, a pesar de ello, está condenado a estar en la cola de los índices básicos de desarrollo en materia de educación, sanidad, comunicaciones, democracia, seguridad, igualdad..., porque es dirigido por una pequeña parte de la población que tiene en su mano los destinos del país que dirigen la economía, los tres poderes clásicos, las fuerzas de seguridad...

El conjunto de la población, más de dos tercio de ella indígena, la considero una de la mayor riqueza de Guatemala. La parte de ella que conocí me han marcado para siempre. 
Y este último viaje realizado, acompañado de amigos, me lo han confirmado. 

¡Hasta la próxima, primero Dios!