Un amigo de alguien muy querido, me preguntó el otro día si escribía. Alguien que estaba en la conversación le dijo: "Sí. Tiene un blog". Ha cambiado mucho mi necesidad de escribir, algo que era normal hace unos años cuando escribía diariamente. Era una tarea que realizaba con ganas y con ilusión, quizás porque la necesidad de relacionarme con los otros era mayor, ya que éstas eran muy reducidas y necesitaba comunicarme. La comunicación es un proceso innato en el hombre, una necesidad básica, para la que venimos determinados biológicamente.
La comunicación no solamente es un intercambio de opiniones entre personas, es además un intercambio cuyo propósito, además de abrir a los demás las experiencias propias vividas, lleva implícito el intercambio de ideas, sentimientos, actitudes y emociones. Hoy en días nos comunicamos muchos, aunque la calidad de la misma no pasa, muchas veces, de una simple apertura de los vivido externamente. Pocos abren sus ideas y reflexiones personales.
Como decía mostrar sentimientos es propio de una comunicación de calidad. Y eso es lo bueno.
Los que tengo ahora han sido de una gran felicidad al conocer a personas que comparten la vida con otras a las que quiero mucho. Se puede explicitarlo de muchas maneras. Expresarles directamente, a ambas parte, la alegría de ello. También de comunicarlo a los demás, dejar constancia de ello aunque no se pueda, en esto momentos, ser más explícito.
Y aunque nada está definido para siempre, la opinión mía, mis sentimientos, son los mejores para esta etapa y, puede ser, para siempre. Algo me dice que la calidad humana se descubre con una simple mirada o con un gesto. Así descubrí, en las dos ocasiones a las que me refiero, a personas interesantes y con una buena calidad humana. Ello, junto a conversaciones reducidas a unos días, me hace tener estas impresiones. Y me alegra mucho y deseo que pueda en un futuro decir que son muchos los que compartan esta alegría. Espero que su porvenir sea de los mejores pues puede afectar mucho a personas que quiero.
En homenaje al que me preguntó, hace unos días, si escribía.
