viernes, 24 de marzo de 2023

Contento y descontento a la vez


Es así como me sentí ayer en un encuentro, que por inhabitual, me pareció extraordinario. Unas de las citas que tenía programada a mi llegada a Palma de Mallorca era mi encuentro con Ricardo. Como el fin de semana lo tengo reservado para la familia de Ismael, le dije a Ricardo que podíamos vernos para almorzar el día de mi llegada. 

Ricardo es un exalumno del Instituto de Alcolea del Río. Tiene 32 años. Y está aquí de Guardia Civil. Estuvimos casi seis horas juntos, pues al almuerzo en un excelente restaurante "andaluz", cerca del hotel, le siguió unas copas en pleno paseo marítimo, disfrutando de un excelente sol mallorquín con su consiguiente puesta. ¿Qué me gustan las puestas de sol?

El clima era excelente, el encuentro fue más aún. No veía a Ricardo desde hacía años. No recordábamos sin nos habíamos visto en la pasada feria del pueblo. Si lo fue, fue un vernos y no vernos.  También coincidíamos en   que no sabíamos uno del otro desde hacía años. Recuerdo que Ricardo había sido un alumno normal, que nuestra relación había sido agradable, pues cada vez que no veíamos nos saludábamos con alegría. Él me decía que había terminado un grado de Frío - Calor, pero que lo dejó al llegar la pandemia, pues la construcción se paró. Qué trabajó en el campo, que ingresó en el ejército, que tuvo algún asunto comercial como emprendedor... Y que se planteó qué quería ser en la vida. Un momento clave fue cuando vio que no tenía futuro en el ejército. Y en ese momento decidió que debía hacer un cambio completo. Ahí se planteó hacer las oposiciones a Guardia Civil. Y aquí es donde me sentí unido a él por su opción de cortar con las vida que llevaba de salida y de entradas y se encerró para conseguir aquello que quería. La decisión con la que tomó esa opción fue radical. Y con esa decisión, y después de unos meses encerrado en su casa, se presentó al examen. Le alabé su fuerza de voluntad. Con esa decisión él podría haber estudiado cualquier carrera. Es así como se consiguen las metas. Una propuesta elegida libre y decididamente, ponerse unos medios, y dedicación completa para conseguirlo, dejando a parte todo lo que pudiera alejarse, o desviarse, de lo que se desea. En ese momento, por la sinceridad de su discurso y por cómo me lo contaba, me alegré de estar hablando con alguien al que me unía unos años, cuatro, teniéndolo en el instituto y, dos de ellos, dándole clase. La relación alumno - profesor se convertía en estas horas en una entre iguales en el que se sentía una mutua cercanía y amistad. Y el diálogo se extendió sobre toda nuestra vida.

Le había dicho después de haber él el almuerzo que las copas corrían de mi parte. Pues me dio el esquinazo y también las pagó. Por ello el título descontento y contento a la vez. No me pareció bien que se adelantara, pero hacerlo dice mucho de Ricardo y del ambiente que habíamos creado bajo el sol de Mallorca. Hemos quedado para el lunes, junto con su compañera Melania, para cenar juntos. 

Cuando sucede esto que he narrado me siento profundamente agradecido por todo lo que mi vida me ha deparado y las posibilidades de vivir estos momentos que te llenan el corazón.

¡Hasta la próxima, primero Dios!

martes, 7 de marzo de 2023

Visitando Tánger


Planeada la visita hace unos meses con tres parejas amigas de Paradas, he podido repetir unos de viajes que me gustan más. Visitar Tánger es siempre emocionante y relajante para mí. 


Las diferencias de todo tipo que encuentras a tan sólo catorce kilómetros de España son alucinantes. Diferencias culturales, económicas, sociales y, sobre todo, religiosas son significativas. Es verdad que el Marruecos que conocí por primera vez en el año mil novecientos ochenta y seis y el del dos mil veintitrés ha cambiado, para bien, mucho.

Tánger es hoy una ciudad tranquila, limpia y segura. Con un gran sector nuevo y moderno. Sus ciudadanos son amables, cariñosos, cercanos y muy atentos con los turistas, con los españoles y, en especial, con los andaluces. En muchas ocasiones en estos tres días, tanto a Ramón como a mí, nos confundían con ellos, nos hablaban en árabe, por nuestros rasgos físicos. ¡Esos genes!


Salimos de Paradas a las siete y a la una ya estábamos desembarcando en Tánger. Y eso que llegamos una hora antes a Tarifa incluyendo la parada obligatoria para realizar un excelente desayuno ya en la provincia de Cádiz. "¡Esa manteca de hígado!" O sea, como si hubiéramos ido a Madrid.

Acertamos en la elección del hotel. La comodidad del mismo, su situación y la acogida fueron magnífica. Podíamos estar en la medina en cinco minutos a pie. Esto es importante: elegir un hotel cerca del lugar que vas a visitar preferentemente. Y el nuestro cumplió nuestras 
expectativa

Es maravilloso “perderte” por el zoco, por la kasbah, por esas callecitas estrechas que, si te sabes ubicar, te llevan al lugar que es tu sitio de referencia. En nuestro caso: los “bares feos”
Una vez allí llegar al hotel estaba tirado. Para que los que nunca habían estado en la ciudad pudieran orientarse sin la ayuda del “guía” por esas calles, dice mucho de lo fácil que es andar por ella. ¡Y de lo listos que eran mis compañeros!


Creo que visitamos casi todos los sitios más interesantes que hay en Tánger. Y lo hicimos andando. Es la mejor manera de conocer la ciudad. Aunque no todo fue andar, ver, sentir y comprar, también había que comer: "!Otra vez comer!" 

Estuvimos en restaurantes dónde comimos muy bien. Unos elegantes y caros y otros más populares y baratos. Y en todo ellos con unos platos exquisitos tantos de comida tradicional o más occidentales.


Fueron tres días especiales que quedarán en nuestro recuerdo para siempre.


¡Hasta la próxima, primero Dios!



viernes, 3 de marzo de 2023

Llamadas

En febrero tuve que decidir qué hacer ante dos "invitaciones" que recibí de dos amigos. Las dos me exigía tomar una decisión que, en principio, no tenía prevista. Pero eso, que me cogía de improviso, no era óbice para no atenderlas. Las dos llevaban implícito el cariño de unas personas hacia mí y no tenía más que decir que sí, implicara ello lo que implicara.

Jerónimo y Susana me invitaron a sus XXV años de casados. Matrimonio que presidí por las amistad que me unía con ellos desde que lo tuve a él como alumno en el colegio público Sánchez Alonso de Arahal, y con los que he mantenido una relación continua. Por supuesto que le dije que sí, aunque al oír la fecha de la celebración mi mente me decía que debía cambiar otra cita con la que me había comprometido anteriormente. Y ello no me implicaba a mí sólo sino también a otras seis personas que habíamos realizar un viaje, en el que yo era el guía. Mi decisión hizo que el grupo cambiara en día de salida.

La celebración fue todo un éxito. Me encantó ayudar al desarrollo de la misma, aunque conseguí no ser yo el que la llevara. Un sobrino de ellos lo hizo de maravilla. A muchos de los participantes los conocía, familiares y amigos.  La conclusión de la velada me llenó de satisfacción. Las relaciones de amistad tienen que demostrarse. 

En diciembre pasado junto con Luis

Charli, Carlos, es amigo mío del primer año en Huehuetenango. Era mesero en D' Carlos, un restaurante al que iba a cenar los fines de semana. Es muy agradable y risueño. Enseguida establecimos amistad. A los pocos meses me preguntó que si podía ayudarle a pagar la mensualidad de la universidad. Me sorprendió agradablemente. Era estudiante de medicina. Y seguimos viéndonos. Cuando iba a Guatemala tratábamos de vernos. 

Hace dos años, en noviembre del 2021 me dijo que su novia estaba embarazada. Hace un mes me preguntó si quería ser padrino de su hijo en abril de este año. Algo que me emocionó muchísimo. Lógicamente le dije que sí, aunque ello me exigiera volver a Guatemala antes de lo que tenía previsto, con los gastos que ello conlleva.  

Así que dentro de un mes estaré, Dios mediante, apadrinando por primera vez a un niño en su bautismo. La amistad te lleva por derroteros que no habías imaginado. 

¡Hasta la próxima, primero Dios!