martes, 20 de diciembre de 2022

Xela

Una de las ciudades guatemaltecas en dónde me encuentro más a gusto es Quezaltenango, nombre que le dieron los indígenas mexicano que la conquistaron junto a los castellanos. Se le conoce como Quetzaltenango debido a que los tlascaltecas, que venían acompañando al conquistador Pedro de Alvarado, divisaron grandes cantidades de aves en esta área a las que ellos en náhuatl llamaban quetzalis. Fue así entonces como pasó del nombre antiguo —Xelajú— al actual, Quetzaltenango, pues en su lengua "tenango" significaba lugar. Hoy se conoce coloquialmente como Xela.

Tras pasar por la capital me acerqué a esta ciudad. Emplee dos días para pasear por ella. Es una ciudad que ha mantenido un urbanismo respetuoso con edificios antiguos así como de sus calles en lo que sería su centro histórico. El ambiente es agradable y me parece bastante seguro, cosa que no es poco en este país.

Me gustó mucho entrar para cenar en un restaurante conocido y en el cual me llevé una sorpresa gratísima al ver como había sido su remodelación, pues era original, y además la comida esta exquisita.


En Xela vive mi amigo Rafael con su familia. Es el amigo panadero. Es un poco difícil quedar con él por el horario que tiene. También porque una vez a la semana va a otra localidad a vender pan. Y como no puede salir normalmente le encanta acompañarme a cenar en el "Tucumán" gambas al ajillo con el acompañamiento de una Cabro, la cerveza local. Conocido desde los primero meses  de la Casa Miller en Huehuetenango, hemos mantenido la comunicación continuamente. Ese lugar es un icono de Xela para mí.
El Pasaje Enriquez se encuentra en el mismo centro de la ciudad, en el Parque Central. La disposición de los principales edificios de la ciudad evidencia la síntesis de un estilo arquitectónico quezalteco muy diferente al de la Ciudad de Guatemala. 
Este Pasaje es donde se ubica el salón Tecún, una cantina restaurante donde el placer es tomar la cerveza Cabro alumbrado por velas y música en vivo. 

El restaurante, decorado en madera, que tiene el sabor especial de los locales de Baviera, es un lugar donde se da la interculturalidad entre hombre y mujeres de distintas nacionalidades. También se da, y así se lo hago observar a mis amigos, que las guatemaltecos de las etnias originarias del país brillan por su ausencia.   
Así mi estancia en Quezaltenango se me hace siempre muy amena.


¡Hasta la próxima, primero Dios!


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