jueves, 15 de diciembre de 2022

29 Nov


Acabo de mandarles un mensaje de apoyo a mis amigos ecuatorianos cuando comienza el partido entre su país y Senegal del mundial de Qatar. Tienen que ganar para pasar a octavos. 
¡Y desearía que pasen! Son unos seis amigos con los que mantengo contacto después de cinco años desde que volví. Otros se han quedado en el camino. Y no con todos mantengo la misma relación. Tampoco la tuve cuando estuve allí.
Hay de todo. 
Unos, la mayoría, los conocí en las Unidades Educativas del Milenio en las que estuve de asesor del Ministerio de Educación Ecuatoriano, y otros fuera de ellas, pero a todos les guardo mi reconocimiento y cariño. Hay profesores, ex-ministros, alumnos, guardias de seguridad, padres de alumnos y hasta compañeros de asiento de buses. Como yo le hablo hasta las farolas, no es de extrañar.

El profesor Jhonny Segovia es el más cercano. Nos desplazábamos juntos para ir al centro educativo. Éste estaba en la Sierra. Vivíamos cercanos en la misma ciudad: Latacunga. Y, en mi segunda llegada, me invitó a su casa para participar en la fiesta del Corpus en Pujilí. Participa en grupos musicales y de baile. Es muy dinámico. Me llama "ñaño" carillosamente. Para él soy su "pana". Y es alguien que visitaría en una posible visita a Ecuador.
El alumno James Romald es de la Unidad Educativa del Milenio "Yanusi" en plena amazonia, que visité en el último lugar de mi estancia en Ecuador. Creo que hemos hablado más despúes que cuando estuve allí. 
Es un gran aficionado a las artes marciales y se desenvuelve muy bien en ese sector. 

En el colegio era muy formal. Vivía cerca de él y como yo vivía en la residencia estudiantil del mismo, coincidíamos cuando salíamos a pasear. Es otro de los que me gustaría visitaría de volver al Ecuador. Ahora vive en la capital de la provincia.

Con otros amigos, compañeros de Instituto, mantengo una relación, quizás de menos continúa. 
Los guardas de seguridad de las Unidades Educativas en las que me quedaba a vivir en los fines de semana y ellos eran las únicas personas que se quedaban en ellas. Y hacía hasta las rondas con ellos. Y hablábamos de todo. De ahí la amistad con ellos, que llega hasta consultarme cosas como lo necesario para poder venir a trabajar a España.

 ¡Hasta la próxima, primero Dios!



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