Aquí está, a mi lado. Joven, alto, leyendo en su móvil un lago escrito. Al sentarme en mi asiento junto al pasillo, le pregunto si hablaba español. " No" ¿Francés? "No. Él me dice que si yo sabía inglés y alemán. ¡Vaya, nada de hablar durante el viaje! Algo que suele hacer más ameno éste.
No hablar no significa que no haya comunicación. Pues hay gesto y acciones. Él se quedo dormido nada más entrar en el avión.
Pedí para beber con comida cerveza y vino blanco. Hace poco que descubrí que se podía solicitar dos bebidas. Al ver lo que pedía, él pidió vino blanco señalando la botella. Para la cena yo pedí igual que en el almuerzo. Él añadió la cerveza también. En ese momento me mostró la botellita de vino manifestando su aprobación al mismo, como dándome las gracias.

Le pregunte si quería café tras el almuerzo pues él estaba con ojos ojos cerrado. Le toqué el codo, los abrió y dijo que sí. Y me dijo gracias. Al ver que yo había inclinado el respaldo, comenzó a intentar echarlo para atrás. Le indiqué dónde estaba el botón para hacerlo.
A mitad de la tarde fui atrás del avión para buscar algo de comer. Pedí galletas también para él. Me dieron cuatro paquetitos y les di dos. El me lo agradeció con una gran sonrisa. Al final me enseñó un billete en el que se leía que su destino final era Puerto Rico.
¡Todo esto sin hablar!
¡Hasta la próxima, primero Dios!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario