Este blog quiere reflejar aquello que vivo en este momento. Quizás era necesario pues había que consolidar un nuevo escenario y una nueva forma de ser y de estar. Vivir en San Nicolás, establecer una nueva perspectiva de mi vida, ocuparme de lo ordinario para vivir, relacionarme con los otros desde aquí... es nuevo. Y todo ello siendo yo mismo con mis opciones y mis prioridades. Eso es lo que llena mi vida en este tiempo.
viernes, 31 de diciembre de 2021
Veía burbujas
jueves, 30 de diciembre de 2021
Alcanzando metas
martes, 28 de diciembre de 2021
Centro español en Antigua
En el espacio del tiempo comprendido entre mi primera presentación en la Embajada y la segunda recibí la visita del buen amigo Pether. Venía a pasar unos días conmigo. Me dijo que le gustaría visitar Antigua y reservé dos noches en un hotel en el que había estado otros años. Venía de pasar una mala racha y le venía muy bien estos días de descanso. Con él tengo una amistad desde hace años y periódicamente tenemos una relación a través de la red. Ésta nos permite estar al día de cómo va en su vida familiar y empresarial.
lunes, 27 de diciembre de 2021
Pudimos realizarla
A unos días de haberlo intentado, pudimos realizar el viaje a Tilapita. Sefe venía de su casa y yo había dormido, esa noche, en Quezaltenango. Al llegar a la terminal él ya estaba allí. Había podido venir aunque no lo tenía programado. Me alegré por ello porque la mía se había trastocado totalmente. Y me encanta viajar acompañado.
Así que repetimos el viaje. Ésta vez lo pudimos realizar totalmente. Llegados a Coatepeque pudimos tomar el autobús para Tilapa.
Cuando salgo de La Blanca, y desde hace unos años, estoy atento para que el bus me lleve allí y no a otro sitio. La razón la cuento aquí abajo:
"Una vez sacamos el boleto para Tilapa y aparecimos en otro pueblo. Desde Coatepeque hasta Tilapa se pasa por La Blanca su cabecera de municipio. Iba con Pheter y llegamos a ella. Al continuar hacia Tilapa observo que en vez de seguir recto, el autobús gira a la izquierda. Como era por la tarde me dije que quizás en ese momento del día llegara a Tilapa por otro camino. El bus seguía y ya me doy cuenta que vamos hacia el este. El paisaje estaba lleno de cultivo de plataneras. No íbamos a llegar a Tilapa.
Se hacía de noche y llegamos a un poblado. Van saliendo todos los pasajeros y el chofer, al ver que no nos movemos, dice en voz alta: "Hemos llegado al destino". Y se viene hacia nosotros. Yo le digo: "Tenemos los billetes hacia Tilapa y no nos moveremos de este bus hasta que nos lleve a Tilapa".
El conductor llama por teléfono. Creo que con sus jefes. Vino otra vez a hablar con nosotros. Y añadimos otro argumento, como el que teníamos ya contratado el hotel, seguimos dialogando. Y ante nuestra decidida actitud vuelve a llamar.
Estábamos en Chiquirine, a unos 25 km de Tilapa y 15 de La Blanca. Nosotros seguíamos dentro del bus. Habíamos hablado con el director del Hotel de Tilapita para decirle que no íbamos a llegar. Y vemos que el chofer entra en el bus y nos dice: "Señores les parece quedarse a dormir en mi casa y mañana les llevo a La Blanca". Asombrado me pareció la mejor solución. El poblado parecía de una película del oeste. Cenamos en un comedor y al rato fuimos a la casa del conductor. Él nos señaló el sofá donde íbamos a dormir. Era un sofá en forma semicircular grande. Y allí dormimos Pheter y yo. Al día siguiente nos dejó en el bus de Tilapa en La Blanca".
Este año me bajé del Tuk-Tuk y le hice una foto al cartel indicador del celebre, para mí de Chiquirines.
Si me encantan de por sí los viajes hacerlo con alguien que se queda absorto, y transmite felicidad por lo que ve por primera vez, es único. Sefe había salido muy poco de su localidad. Viajar y ver el mar le hacía muy feliz. Ver el ocaso sobre el agua le maravilló. Tomar una lancha para llegar al hotel, siendo la primera vez que se veía rodeado de agua, también le impresionó.
Estar tres días en Tilapa, viajando a La Blanca a almorzar, y estando en la Playa o en la piscina del hotel, es una de las razones de mi deseo de volver a Guatemala.
Tras estos tres días tenía que volver a la Capital pues tenía mi cita para recoger el salvoconducto. Volvimos juntos a Quezaltenango y allí cada uno tomamos un rumbo diferente, con cierta tristeza.
Ya en España, y después de unos días, Sefe me escribió lo siguiente.
"El viaje con Alfredo, me pareció una gran maravilla. Soy una personas que no ha tenido unas oportunidades de conocer los bellos lugares de Guatemala.Me pareció muy sorprendente que Alfredo conociera más los lugares a pesar de que es una persona de nacionalidad española.Al momento que me invitó con meses de antelación, sentí una gran emoción y muchas ganas de conocer la playa, hasta que llegó el momento de emprender el viaje, aunque hubieron inconveniente, pero al fin se pudo.Me fui dando cuenta que es una manera muy agradable de compartir la felicidad, una gran paz interior y descubrir la inmensidad del poder de Dios en la naturaleza y una manera de enriquecerse de energías positivasVer y caminar en las orillas del mar primera vez, sentir las brisas y el sonido, es sentir una gran relajación, una forma de olvidar las cosas negativas que uno haya vivido en el transcurso del año y motivarse a continuar disfrutando de la vida, lograr sueños y metas trazadas. Simplemente muy agradecido por esta acontecimiento tan estupendo."
Ese agradecimiento habla mucho de la calidad personal de este joven. Para mí fue muy significativo.
jueves, 23 de diciembre de 2021
Nos visitará sol que nace lo alto
"Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz".
El nacimiento de Jesús es el único nacimiento que ha cambiado el rumbo de la historia. ¡Dios intervino definitivamente en la ella! Y desde entonces tiene un sentido claro. El sentido de la verdad, de la justicia, de la igualdad de todas las personas. La dirección de la historia humana es la fraternidad.
¡Que todo lo vivido, lo recibido, deseado, realizado, esperado, temido sea positivo a lo largo del año 2022!
¡Hasta la próxima, primero el Sol de nace de lo alto!
lunes, 20 de diciembre de 2021
Parecía lo peor
Había llegado Sefe la noche anterior a Huehuetenango para poder ir, juntos y temprano, hacia Xela. Una vez allí tomamos el autobús hacia Coatepeque para más tarde tomar el de Tilapa y llegar en lancha a la Playa de Tilapita.
En Coatepeque nos paramos a almorzar en el comedor al que suelo acudir. Está cerca donde nos deja el bus de Xela y donde se toma el bus a Tilapa. Teníamos una buena hora, las dos de la tarde.
Habíamos pedido la comida y nos la habían servido. En ese momento, y al coger el costalito negro que llevo encima siempre, me doy cuenta que me pesa menos de los normal. En él llevaba -en una carterita típica del país- el pasaporte, el certificado Covíd, un cartón con unos pendientes comprados en Antigua, unos euros, además de otras cosas pequeñas. Y la abrí y observo que la carterita no estaba.
Mi asombro, y el de Sefe, fue total. Creo que para un turista es lo que más miedo le da. Yo no me preocupé. ¿No sería el primer turista al que se le extravía el pasaporte? Habría una forma de salir del país. Por otra parte llevaba en la cartera mi DNI y eso me serviría para identificarme. Esto me daba mucha tranquilidad. En seguida llamé número de teléfono de la embajada que salta en cuanto llegas al aeropuerto de La Aurora.
Magnífica ayuda. Mi interlocutor, con gran amabilidad, me dijo lo que tenía que hacer. Lo más rápido posible poner una denuncia en la comisaría de la policía de la ciudad. después acudir lo más pronto posible a la embajada para solicitar un salvoconducto. No fue difícil. También me lo dieron en un periodo establecido. Además de una manera muy cordial.
Lo que hicimos después fue anular nuestro programa y volver a Xela, descansar en el hotel y para ir el día siguiente a la capital. Al llegar a Quezaltenango fuimos al Consulado honorario para comentarle la situación a la cónsul, mi amiga Yolanda. Ella me atendió, pero era en la capital dónde tendría que ir.
Así fue. Hice lo que me dijeron. Estuvimos dos días en Guatemala. Al día después de llegar puede ir al consulado general, que está en la embajada, y solicitar el salvoconducto. Éste no se da en el momento. Me dieron cita para tres días antes de mi viaje.
Todo esto me obligó a rehacer todos mis planes. Sefe se fue, y vino Pether. Más tarde Sefe y yo pudimos vernos unos días más tarde para ir a Tilapita.
¡Hasta la próxima, primero Dios!