lunes, 12 de junio de 2023

Rafael

En Xela me alojo en uno de los tres hoteles Kamelot que hay. Todos son propiedad de Jorge, al que conocí hace años.  Esta decorado con muchos helechos que cuelgan del techo y con macetas con grandes plantas. También las paredes están llenas de murales y de un gran  ángel que que cuelga de una de ella.

Hay, en un aparador, la imagen de un "santito" popular con un cigarro en la boca, San Simón, llamado popularmente "Sanchito". Es más creo haberlo visto en alguna iglesia cerca de Xela. 
Esta rodeado de latas y botellas de cervezas vacías. Se las han echado por la cabeza. La señora de el asiento de al lado del bus, me dijo que para los que creen en él hace muchos milagros. ¡Será!

El hotel está gestionado, desde este primero de enero, por dos hermanos. El mayor es Wilmar Amílcar, de veintiún años, y el otro es Rafael, de diecinueve. Éste está trabajando en la hostelería desde los quince años y es el que domina el negocio. En este viaje he estado tres veces alojándome en el hotel. En la segunda vez, después de Huehuetenango, les deje la ropa usada para que me la lavaran y también la maleta con las ropa que no iba utilizar en la playa. ¡Magnífico!
Ayer llegué y me dieron la ropa lavada y la maleta. Perfecto. Y por la tarde, cuando vine de almorzar, estaban viendo los dos, en una habitación, la final de la champion y me invitaron a verla. Ellos tenía unas bolsas de papas fritas y coca cola. Yo busque algo para aliñarla y unas galletas. Y así seguimos hasta las dos de la mañana hablando sobre todo con Rafael. ¡Me encantó!

Pertenece a una familia campesina, con escasos recursos. Estudió sólo primaria y a hasta los quince años trabajó en el campo. Y al ver que no tenía salida decidió venir a Xela. Trabajó tres años en un hotel hasta que éste cerro. Encontró trabajo en éste hotel y después llamó a su hermano mayor para que trabajara con él. Y creo que lo llevan muy bien.
Estuvimos hablando de todo. Me contó sus expectativas para el futuro. Las ganas de invertir en el negocio de la hostelería, Y se ve con fuerza. Una persona muy decidida y tiene muy claro lo que tiene que hacer. Hasta se emocionó cuando hablaba de lo que había vivido, de la situación de sus padres y hermanita menor que quedaron en el pueblo, y de cómo les intenta ayudar junto con su hermano. Mereció mucho la pena el tener esta conversación con alguien que no conoces de nada y que se muestra totalmente abierto a contarla a una persona que, según él, le merece confianza.  ¡Maravillosa estancia!

¡Hasta la próxima, primero Dios!




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