El domingo fue una jornada excepcional. Suelo pasar con Emanuel los últimos días de mi estancia en Guatemala. Un antiguo alumno del colegio La Salle que conocí en la Casa Miller. Su hermana estaba con nosotros en Ixmucané.
Con muchos cambios en las programación pudimos llegar a la costa para pasar un día Emanuel y yo.
Él no es precisamente alguien ordenado. Vive a su manera, que parece que le va bien, y es difícil adaptarse a ella. Por lo menos a mí. Estaban programado dos días, y fueron uno. A una hora y fue tres horas más tarde.
Me agarra en otra época de mi vida y anulo el encuentro. Era dificilísimo comunicarse con él y concretar algo. ¡Pero... valió la pena!
¡Caro el hotel El Faro! Para la gente de la clase alta, que eran todos los que estaban allí, estaría más o menos dentro de sus posibilidades. Para la gente normal, ¡inaccesible! Había que pagar para el uso de las instalaciones y era muy elevado. Y si ya hubiéramos venido a pasar la noche nos hubieran cobrado la mitad del sueldo de él.
Caro el hotel, ¡pero precioso! No me imaginaba unas instalaciones así en la costa más turística de Guatemala. Me gustó mucho conocerla. Está situada entre el Puerto de San José hasta la frontera de Guatemala con El Salvador. Accedimos a él en el automóvil de Emanuel.
La costa del pacífico guatemalteca es excepcional. Unas playas extensísimas, preciosas, sin nadie. Pasamos el día completo en esas instalaciones.
Tener la playa a continuación de las piscina, beber sentado en la barra del bar con el agua hasta la barriga, poder bañarte en un agua cristalina... es algo que había visto que existía pero nunca lo había disfrutado.
Estaba interesado en ver la selección española contra Croacia a la hora de comer. No veía una televisión en ningún sitito.
Mantuve una muy educada conversación con los responsables de mantenimiento del hotel. Tras ella, me instalaron una televisión y me reservaron una mesa en frente de ella.
Perfecto. ¡Así es la vida! ¡Quién no llora...! Las imágenes lo describen mejor que yo. Cómo decía Emanuel: "El último día es el mejor!
¡Hasta la próxima, primera Dios!