miércoles, 21 de abril de 2021

Tareas en casa



Pedirme que haga ciertas tareas manuales es pedirme algo casi imposible. No soy un dotado en este aspecto. Nunca lo fui. A excepción de las tareas de jardinería, cocinar, pintar y pocas cosas más fáciles, las otras me están negadas.

Desde hace unos años, y por estar viviendo en la casa de San Nicolás, he tenido que hacer algunas tareas inimaginables para mí. Muchas veces no me funcionan y, como ahora es fácil pedir ayuda a través de las fotos de lo que he hecho, me corrigen a distancias. Sobre todo cuando descubres que los cables tienen color no sólo para que sea más bonito. Es que tienes que conectarlos según el color. 

Gracias a la donación que me hizo María Eugenia de unos bancos para mis azoteas, me propuse arreglarlos. Para ello pregunté qué hacer. El proceso fue: decapar, pasarle el cepillo de alambre, lijar, reparar los huecos con masilla de madera, volver a lijar, pintar con el cubre poros y, por fin, ponerle el barniz. 



Algo que tengo a mi favor es que no lo tengo que hacer en un tiempo determinado. Así que lo hice poco a poco. El resultado mereció la pena. Y en todo momento pensando en mi querido amigo Antonio al que los bancos pertenecían.

¡Hasta la próxima, primero Dios!


La jardinería sí es algo que se me da más fácil

Y otras de mis tareas: las conservas, mermeladas, licores.

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