Es un tiempo muy significativo.
El mundo está inquieto.
Vivimos entre el confinamiento y el deseo de no ser contagiado.
Se valora la salud por encima del poder y del dinero.
Han fallecido miles de personas y otras más han sido marcadas de por vida por el virus.
No sabemos como gestionaremos este tiempo y sus consecuencias en el futuro.
Y en este momento naciste tú.
Toda vida nueva es un proyecto del mañana.
En ti, pequeña criatura, está la inmensidad del ser humano.
Y lo principal en ella es empatizar con tus semejantes.
Naces en una familia, que se ocupará de hacerte feliz.
Porque ese el sentido de la vida humana: ¡ser feliz haciendo felices a los demás!
El nacer ha sido muy importante para ti ¡Claro!,
pero lo es también para tus padres y tu familia.
No sólo porque todos, de alguna manera, volvemos a nacer en ti, sino porque nos mantendrás en tu memoria y, cuando desaparezcamos, seguiremos viviendo en ti.
¡Dios te ha bendecido ya con el nacimiento!
¡Que él te proteja en tu vida
para que sigas siendo, y dando,
vida a tu alrededor, Candela!
¡Hasta la próxima, primero Dios!
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