“El que
pierda su vida por mi causa, la
encontrará”

Los pobres de espíritu, los afligidos, los pacíficos son
bienaventurados.
Desear la justicia, vivir la misericordia, ser puros de
corazón, trabajar por la paz y la justicia, a ser perseguido por ello… los que
les importe más la causa de los otros que la suya propia serán bendecidos.
Fin de semana en Tilapita
Creo que me recuerda mucho la playa de Punta Umbría a la que iba con mi familia cuando era pequeño: calles de tierra, lancha para llegar, ausencia de coches, tranquilidad, familiaridad… Un sitio muy bonito, donde me encuentro muy bien. 
Esta vez fui acompañado por Rosa y Teo. La madre de éste, Luisa, fue a
visitar San Cristobal de las Casas. Al hijo le gustaba más la idea de la
playa y se vino con nosotros. También vino Honorio, de la Finca Juvenil, al que había
invitado a acompañarnos.
El manglar
Estos
ecosistemas autosuficientes reciben el nombre de manglar porque así se llama el
árbol que es la especie vegetal dominante.
A través de
este asombroso mecanismo los manglares pueden vivir con una parte de sus raíces
bajo el agua, en un suelo sin oxígeno, con altas concentraciones de sal y al
mismo tiempo aprovechar los sedimentos de los ríos que también le brindan
nutrición.
El panorama anterior es
preocupante y hace temer que, de no ponerse un alto, en la próxima década el
manglar se encuentre extinto en las costas guatemaltecas.
Además, una nueva tendencia,
la creación de infraestructura para la integración de Mesoamérica en la
economía globalizada, oscurece las perspectivas y amenaza con acelerar la
degradación en la región.
Desplazamiento en lancha
Y en ella hay una población
nativa y muchas casas, chalets, de la clase alta que son ocupadas sólo en vacaciones. A
los largo de ese río hay lugares donde la gente toman y dejan las lanchas que
son un servicio público necesario.
Las lanchas están también en determinados lugares, paradas,
en las que se pueden acceder a ellas.
Hotel
D. Alex, el propietario, y su familia, hace del sitio un
lugar acogedor. Estas en tu casa, puedes servite tu mismo del frigorífico,
puedes pedir lo que quieres para comer… todo ello me hace sentir muy bien en el hotel y en Tilapita
Éste no tiene más que unas diez habitaciones que casi nunca están
ocupadas, salvo en tiempo de Navidad o Semana Santa, en la que te cobran el
doble por habitación.
Honorio
Lo conocí en la casa de Mark cuando llegué allí por primera
vez. Es un chico muy especial. Tuvo el infortunio de perder una pierna a los
catorce años. Más o menos desde esa época está en la Finca Juvenir. Pero se
desplaza normalmente ya que tiene un pierna ortopédica, y se ayuda de muletas.
En la finca se le ha proporcionado una motoneta, vespa, en la
que desplaza continuamente. Viene a Huehue a estudiar todos los días a un
instituto dónde cursa la carrera de diseño.
Conocer la vida de él ha sido también un descubrimiento
importante en este viaje. Creo que a él le ha ayudado bastante, pues es un poco
tímido y esto le ha servido para descubrir que tiene que abrirse a los que le
rodean. Me decía que disfrutó mucho en el viaje, que tiene unos recuerdos
inolvidable, que nadie le había invitado personalmente a ningún sitio, que
estaba muy agradecido…
Creo que él no sabe que también nos ha hecho muy feliz a Teo,
a Rosa y a mí. Ver como se desenvuelve, su sonrisa contínua en su rostro, lo
servicial que es… ha sido una verdadera alegría poder tenerlo con nosotros.
Estos tres días han sido en todo los sentidos muy gratificantes.
Un regalo
Mis padres y mis madres
Me decidí a estudiar medicina
para cuidar a mis padres que son mayores;
aunque de niño quería ser como ellos,
que eran profesores.
Pero no pude realizar aquel sueño
pues no me necesitaron.
que es como hay que morir.
Sí, ahora soy médico.
Y he descubierto
muchos padres y madres
a los que puedo ayudar.
Me acuerdo de aquél desayuno,
al que de inmediato dije sí,
dónde alguien me dijo:
“Ser feliz es hacer felices a los demás”.
Y eso he intentado en mi vida:
darles vida a los que no la tienen,
tratándolos con mucho cariño.
Y así he sido, y sigo siendo, feliz
Le doy gracias al Dios de la vida
que me lo ha permitido.
Y le doy gracias a aquél
al que escuché con tanta admiración.
“Hasta la próxima, primero Dios”
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