viernes, 5 de agosto de 2016

Los manglares

“El que pierda su vida  por mi causa, la encontrará”
¿Cuál es la causa de Jesús? La última bienaventuranza habla que el que las vive, su recompensa será grande en los cielos.
Los pobres de espíritu, los afligidos, los pacíficos son bienaventurados.
Desear la justicia, vivir la misericordia, ser puros de corazón, trabajar por la paz y la justicia, a ser perseguido por ello… los que les importe más la causa de los otros que la suya propia serán bendecidos.
Fin de semana en Tilapita
Muchos tenemos un lugar en el que pensamos que nos gustaría estar en determinados momentos. Ese sitio, aquí en Guatemala, desde que lo conocí, es Tilapa.
Creo que me recuerda mucho la playa de Punta Umbría a la que iba con mi familia cuando era pequeño: calles de tierra, lancha para llegar, ausencia de coches, tranquilidad, familiaridad… Un sitio muy bonito, donde me encuentro muy bien. 
Esta vez fui acompañado por Rosa y Teo. La madre de éste, Luisa, fue a visitar San Cristobal de las Casas. Al hijo le gustaba más la idea de la playa y se vino con nosotros. También vino Honorio, de la Finca Juvenil, al que había invitado a acompañarnos.
El manglar
Una de las maravillas de este lugar es que Tilapita está en un manglar. Los manglares son bosques pantanosos que viven donde se mezcla el agua dulce del río con la salada del mar. En estos lugares de encuentro relativamente tranquilos: estuarios, bahías, lagunas, canales y ensenadas viven estos árboles que muestran a quien quiera ver sus raíces aéreas. Todo un espectáculo para amantes de la naturaleza y fotógrafos diestros, pero mucho más que esto: los manglares son fuente de vida y de alimento.
Estos ecosistemas autosuficientes reciben el nombre de manglar porque así se llama el árbol que es la especie vegetal dominante.
Los manglares son capaces de adaptarse a distintos grados de salinidad según el estado de las mareas. En marea alta por ejemplo, las raíces aéreas de estos árboles captan el oxígeno y lo transportan a las raíces que se encuentran bajo el agua - las encargadas de anclar cada árbol a la tierra inundada. A su vez, estas captan los nutrientes del agua del mar para que circulen por la planta y se conviertan en alimento al mezclarse con el oxígeno, expulsando por sus hojas lo que no sirve: la sal.
A través de este asombroso mecanismo los manglares pueden vivir con una parte de sus raíces bajo el agua, en un suelo sin oxígeno, con altas concentraciones de sal y al mismo tiempo aprovechar los sedimentos de los ríos que también le brindan nutrición.
A pesar de estas preciosas imagines del manglar de Tilapa, los manglares de Guatemala han sufrido grandes alteraciones desde mediados de la década de 1950. Primero la agricultura, después la ganadería y más tarde la industria camaronera (de gambas) y turística desordenada han contribuido a que este ecosistema esté entre los más amenazados del país.  A estos problemas se suma la impunidad por los delitos en contra del manglar: muy pocos son los casos que terminan siendo penados con las sanciones que prevé la ley.
 
El panorama anterior es preocupante y hace temer que, de no ponerse un alto, en la próxima década el manglar se encuentre extinto en las costas guatemaltecas.
Además, una nueva tendencia, la creación de infraestructura para la integración de Mesoamérica en la economía globalizada, oscurece las perspectivas y amenaza con acelerar la degradación en la región.
 Desplazamiento en lancha
Desde el puerto de Tilapa, muy rudimentario, hasta Tilapita, una isla de las dos que existen dentro del manglar, hay que desplazarse en lancha. A Tilapa se llega en bus desde Coatepeque a un lugar muy cerca del puerto.  
Y en ella hay una población nativa y muchas casas, chalets, de la clase alta que son ocupadas sólo en vacaciones. A los largo de ese río hay lugares donde la gente toman y dejan las lanchas que son un servicio público necesario.
Las lanchas están también en determinados lugares, paradas, en las que se pueden acceder a ellas.
La población se traslada en ellas necesariamente y en todo momento. Fue curioso que el domingo, en esos lugares dónde se toman las lanchas, una señora con su hija la abordaron portando una imagen de la virgen de Guadalupe. Fue una imagen precisosa.
Tambien en el río hay pescadores que utlizan técnicas tradicionales. Como más arriba se decía los manglares están llenos de vida y las lanchas son los medios que utlizan.
Hotel
La playa de Tilapita es fenomenal para mí. El hotel Pacific Mar  es entrañable, humilde, cercano, barato, pequeño… con una piscina, con agua más bien caliente, desde la que se ve el océano. 
D. Alex, el propietario, y su familia, hace del sitio un lugar acogedor. Estas en tu casa, puedes servite tu mismo del frigorífico, puedes pedir lo que quieres para comer… todo ello me hace sentir muy bien en el hotel y en Tilapita
Éste no tiene más que unas diez habitaciones que casi nunca están ocupadas, salvo en tiempo de Navidad o Semana Santa, en la que te cobran el doble por habitación.
Honorio
Lo conocí en la casa de Mark cuando llegué allí por primera vez. Es un chico muy especial. Tuvo el infortunio de perder una pierna a los catorce años. Más o menos desde esa época está en la Finca Juvenir. Pero se desplaza normalmente ya que tiene un pierna ortopédica, y se ayuda de muletas.
En la finca se le ha proporcionado una motoneta, vespa, en la que desplaza continuamente. Viene a Huehue a estudiar todos los días a un instituto dónde cursa la carrera de diseño.
Conocer la vida de él ha sido también un descubrimiento importante en este viaje. Creo que a él le ha ayudado bastante, pues es un poco tímido y esto le ha servido para descubrir que tiene que abrirse a los que le rodean. Me decía que disfrutó mucho en el viaje, que tiene unos recuerdos inolvidable, que nadie le había invitado personalmente a ningún sitio, que estaba muy agradecido…
Creo que él no sabe que también nos ha hecho muy feliz a Teo, a Rosa y a mí. Ver como se desenvuelve, su sonrisa contínua en su rostro, lo servicial que es… ha sido una verdadera alegría poder tenerlo con nosotros.
 Estos tres días han sido en todo los sentidos muy gratificantes.

Un regalo
Mis padres y mis madres
Me decidí a estudiar medicina
para cuidar a mis padres que son mayores;
aunque de niño quería ser como ellos,
que eran profesores.

Pero no pude realizar aquel sueño
pues no me necesitaron.
Murieron de viejos,
que es como hay que morir.

Sí, ahora soy médico.
Y he descubierto
muchos padres y madres
a los que puedo ayudar.

Me acuerdo de aquél desayuno,
al que de inmediato dije sí,
dónde alguien me dijo:
“Ser feliz es hacer felices a los demás”.

Y eso he intentado en mi vida:
darles vida a los que no la tienen,
tratándolos con mucho cariño.
Y así he sido, y sigo siendo, feliz

Le doy gracias al Dios de la vida
que me lo ha permitido.
Y le doy gracias a aquél
al que escuché con tanta admiración.

 
“Hasta la próxima, primero Dios”

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