sábado, 25 de junio de 2016

Dos iglesias coloniales

“Yo mismo iré a curarlo"
centurionAnte la petición del centurión, Jesús es coherente a sus palabras. Cuando alguien te pida que le acompañes, acompáñalo el doble. Podía hacerlo a distancia como le aconsejó el romano. 
Pero. además de lo anterior, Jesús quiere un contacto personal, un acercamiento individualizado, conociendo y sabíendo a quién va a curar. Todo un estilo para nosotros en nuestras relaciones humanas.



En estos días he podido conocer unas iglesias preciosas de Guatemala, en concreto del departamento de Quetzaltenango.
La primera fue la Ermita de la Concepción, situada en la cabecera municipal de Salcajá. Es el primer templo católico con que contó Centroamérica. Se fundó el 7 de mayo de 1524, apenas 32 años después del descubrimiento de América, y se localiza en el barrio de San Jacinto. 
Salcajá se ubica en los Llanos de Urbina, uno de los más bellos parajes de la zona occidental guatemalteca. Salcajá se puede traducir como “Casa Blanca”, y este poblado existía desde antes de la llegada de los españoles. Dista 192 km. de la ciudad de Guatemala, y 9 de la cabecera de Quetzaltenango. La cabecera ostenta la categoría de Villa, y la economía municipal se basa en la agricultura. 
Al llegar a Salcajá, los españoles traían consigo un estandarte que representa a la Virgen de Concepción, y en honor de esta edificaron la mencionada Ermita. Debe apuntarse que la construcción del templo ocurrió poco después de que los españoles vencieran al ejército quiché en los Llanos del Pinal. 

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La parte posterior de la ermita es la más antigua. Más tarde se le añadió la nave y la fachada.
La Ermita de la Concepción está catalogada como un tesoro colonial, y en ella se celebró la primera misa en territorio centroamericano. Se trata de una iglesia de reducidas dimensiones, con ingredientes artísticos aztecas, arábigos y medievales. 
Con el paso de los años, se reforzaron las paredes del templo y se construyó una cúpula con un lucernario y cuatro ventanas. Se sumó una nave cubierta con artesón y teja, con una fachada cuya cumbrera consta de dos campanarios y una portada. Los campanarios se sustentan en robustos contrafuertes que enmarcan la portada. Sobre la cornisa se halla variedad de elementos, como las volutas, realizadas según las normas del siglo XVIII.
En la actualidad, aquel histórico templo es orgullo de los quetzaltecos. La Ermita de Salcajá, ella se yergue -espléndida en su sencillez- como un monumeots enmarcado por la belleza del paisaje, pero también como un recuerdo del proceso conquistador que cambió el rumbo. 



La segunda iglesia es la parroquia de Zunil. Una hermosa iglesia de la época colonial española, joya del altiplano guatemalteco, rodeada de casas con techos de teja, muy parecidas a las que encontramos en ciertos pueblos de Andalucía.
La iglesia de Zunil es una preciosa iglesia. Hasta la reciente restauración tenía una fachada blanca. Hoy se ha combinado, como observamos en la fotografía, con color albero. Destaca su fachada con diversos ornamentos, muy significativos, donde se representan diferentes motivos ornamentales basados en el sincretismo religioso. Cuenta también con un hermoso altar de plata.
La Iglesia se construyó hace más de 400 años, en un pueblo que se dedica a la agricultura.  Se encuentra en el centro del pueblo y, como es normal, el mercado está a su alrededor.
Y aún, me queda por conocer la que creo que es más llamativa portada de las iglesias de Guatemala: la Iglesia de San Andrés Xecul, del departamento de totonicapan, pero muy cerca de la ciudad de Quezaltenango. 

¡Hasta la próxima, primero Dios!

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