Tu venida nos hace a toda la familia, la pequeña y la extensa, una gran ilusión. ¡Feliz vida, Carmen! Tu llegada, la vida de una nueva persona, es siempre un mensaje de esperanza. ¡Qué el Señor te bendiga!
Hace unos días y, a propósito de los efectos de la Dana, un importante escritor decía que posiblemente las dos Españas pueden helarnos el corazón.
Hay que tener esperanza y, a pesar que algunos hacen pronósticos en contra, debemos pensar que avancemos hacia una sociedad más abierta justa, libre e igualitaria. Una vida más hermosa, como tú te mereces, pequeña gran Carmen. Tus padres y, como no, tu hermana, te ayudaran a que puedas vivir una vida plena. Toda tu familia, la que estamos aquí o en el cielo, estaremos junto a ti. ¡¡¡Muchos besos!!!
¡ Hasta la próxima, primero Dios!
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