La Piedad Popular según las Hermanas de la Cruz

 

Mi blog es algo parecido a un diario personal. No quiero que se me borre lo pasado en el Congreso de Piedad Popular celebrado en Sevilla la semana pasada. Hubo alguien que dio en la diana sobre lo que nos deba llevar nuestra fe. Si no hubiera sido ella, desde su vivencia religiosa, la hubieran tachado de trasnochada o algo peor. La piedad, nombre de lo que debería llamarse seguimiento de Jesucristo, no puede ser más que la vivencia del Evangelio. Leer su intervención me impresionó por su seguridad y por su atino. Un buena palabra en el sitio adecuado. La actualización de mateo 25 magnífica. A ser posible busquen su intervención. He aquí unos retales de la conferencia que ha publicado la prensa sevillana:

"Una hora ha durado la ponencia de quien ha oficiado de portavoz de una orden tan respetada que la atención ha sido máxima por parte del millar de asistentes, tan aplaudida que no se recuerda una ovación más larga en lo que va de Congreso de Hermandades y Piedad Popular y tan modesta que la monja ha escuchado las palmas casi sin querer mirar al público, quizás abrumada por el honor y casi seguro que pensando que no las merecía".

"La ponencia de María del Redentor de la Cruz ha sido la estrella del congreso, una intervención que no pudo ser eclipsada por los tambores."

"La conferencia, que había creado gran expectación entre los asistentes, ha comenzado asegurando que “no hay mejor manera de evangelizar que cumpliendo el mandato de Jesús: «Amaos unos a otros como yo os he amado». Esto implica que la Iglesia, Pueblo de Dios, tiene como ley fundamental la ley del amor, amor a Dios y amor al prójimo según el mandamiento nuevo que nos dejó el Señor".

Sobre el criterio teológico, ha remarcado que “nadie puede sentirse excluido del amor del Padre, especialmente en un mundo que con frecuencia pone la riqueza como primer objetivo y hace que las personas se encierren en sí mismas”.

"No hacía falta quizás traer a eminencias del extranjero ni a sesudos analistas de la piedad popular para generar un interés masivo. Tan sólo era necesario convencer a las Hermanas de la Cruz que por unos minutos hablaran en lugar de hacer, predicaran en vez de ser proactivas. Por sus obras las conocemos. Por su testimonio nos estremecemos. "Cada vez hay más pobres en una España cada vez más rica". Ellas han salvado la parte académica del congreso. Estaban ahí, tan cerca, en la misma ciudad. Las teníamos delante. Pasan a nuestro lado tantas veces. Y siempre abren las puertas a las cofradías que pasan por la Casa Madre. No busquen más. Las hermanas de la Cruz han hablado. Y miles de lectores han confirmado que hay interés en saber la verdad. El congreso ha sido un éxito"

"Las hermanas de la Cruz salvan el congreso. Miles de lectores demuestran el interés por la ponencia estrella por inédita con la que no pudieron ni los primeros tronantes y hermosos traslados."

"En relación al Espíritu Santo, ha reflexionado que “los seguidores de Jesús debemos dejarnos mover, inspirar y orientar por el Espíritu Santo, si queremos vivir, crecer y madurar como cristianos, llamados a la perfección de la santidad. Por lo mismo, nos sentimos misioneros de la misión principal de Cristo, que fue -y sigue siendo en nosotros- la de anunciar el Evangelio a los pobres, liberar a los oprimidos y curar a los enfermos".

Con ocasión  del Congreso hubo una procesión  con algunas imágenes
de la capital y de pueblos de la provincia.
En la imagen el Cristo de la Expiración, conocido popularmente como el Cachorro.

"Ha señalado la ponente-, que en la Constitución sobre la Iglesia en el mundo actual nos dice: «No impulsa a la Iglesia ambición terrena alguna. Solo desea una cosa: continuar, bajo la guía del Espíritu, la obra misma de Cristo, quien vino al mundo para dar testimonio de la verdad, para salvar y no juzgar, para servir y no para ser servido». Este debe ser el estilo de todos los miembros de la Iglesia, pues estamos llamados a continuar el ministerio del Señor de servir a los hermanos".

"La religiosa apeló a hacer un examen de conciencia, personal y comunitario, para preguntarnos si "nuestra actividad caritativa y social responde fielmente a los principios fundamentales del Evangelio" y finalizó su alocución dando las gracias en nombre de las Hermanas de la Cruz."

¡Hasta la próxima, primero Dios!