
Y además sin que él estuviera al tanto. Él es Edelio. Amigo mío y de muchísimos más, como pude comprobar in situ el día, los días, en los que lo celebrábamos.
Con una organización increíble, en la que participaron muchas personas, acudimos A Coruña más de ochenta personas de todo el país. Ponernos de acuerdo a tanta gente, fue una tarea ardua, pero muy bien realizada. Pasajes de avión, reserva de hoteles, traslado del aeropuerto de Santiago a la ciudad de La Coruña, regalos, cenas, almuerzos... nos podemos hacer una idea.
Lo importante fue que todo salió bien. Pudimos darle esa preciosa sorpresa a quien es una persona encantadora y mostrarle nuestra cariño, y devolverle algo de lo que él nos da.

¡Hasta la próxima, primero Dios!
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