domingo, 3 de mayo de 2020

Ansiedad por el confinamiento


Ayer, alguien al que quiero mucho, me decía que no podía soportar el estar en casa y que aprovechaba por las tardes a ir a la casa del campo a arreglarla. Le dije que eso estaba prohibido, y me contestó que le han parado varias veces y no le han multado. Que de todas formas prefería la multa a la sensación de ansiedad. Otro amigo me dijo que: "Se me cae la casa encima". Y otro que: "El estar encerrado no es bueno. Depresión total".
A partir de esas confesiones me puse a  buscar y reflexionar sobre esa situación que yo siento cuando me van a hacer una resonancia magnética, sobre todo cuando me ponen el casco en la cabeza. Pero que no siento en estos momentos
La claustrofobia es el miedo a sentirte encerrado o con la sensación de que no puedes respirar en espacios cerrados o con muchas personas. Esto te lleva a evitar los lugares donde te sientes sin libertad de movimiento y de respiración. Y hay que superar este miedo.
Supongo que ese es uno de los problemas de la claustrofobia, que a menos de que todos los días viajes en metro y tengas que subirte a un ascensor (cosa que hace la mayoría de las personas de las grandes ciudades), pues no representa grandes problemas y por eso aplazamos para resolverlo hasta que de repente estás en un lugar cerrado y te viene una crisis de ansiedad.
Hay que entender que el problema real no es el lugar, sino la libertad de movimiento. Es la sensación más que la realidad, de sentirte encerrado y sin libertad.
Lo que no se tolera es esa sensación, y por eso hay una alta relación entre las personas con ansiedad y un perfil de baja tolerancia a la frustración, pues no nos gusta sentirnos incómodos, apretados y sin libertad. (De ahí que la ansiedad en realidad es un llamado a tu libertad).
Supongo que biológicamente hablando nuestro cerebro sí se activa ante estas situaciones como identificando un posible riesgo. Nuestro cerebro no sabe que estamos en una situación “controlada”, en un espacio con salidas, con personas viviendo con nosotros, que personas que nos ayudan.
El cerebro solamente percibe que hay un espacio cerrado y, sea lo que sea, lo interpreta como peligroso. Y en cerebros con niveles de cortisol más altos como en quienes tienen altos niveles de ansiedad o estrés, pues lógicamente que esos “posibles peligros” serán aún más peligrosos, por eso, es importante que se comprenda que quizás tu cerebro se está percibiendo en peligro. Le puedes responder que no lo estás, que estás en una situación controlada, que eventualmente abrirán las puertas, que eventualmente las personas saldrán de ahí y mientras tanto, puedes tolerar la frustración de sentirte incómodo.
La parte fundamental es aprender a lidiar con la incomodidad de la falta de movimiento, del contacto físico y del sentirte encerrado. Y para aprender a lidiar lo principal es que te permitas sentirte así, que lo reconozcas y que te des permiso de sentir esas sensaciones de ansiedad en tu cuerpo.
De lo que se trata es que te convenzas a ti mismo de que no estás en peligro inclusive de sentir todas esas sensaciones.
No tienes por qué salir corriendo a pedir ayuda, tampoco tienes que estar en un lugar donde puedas moverte. Estás contigo y sintiéndote a ti mismo debe de ser suficiente.
Algo que es frecuente en la claustrofobia son las ganas de salir corriendo y de huir. Esto es por lo mismo de la señal de alerta que se enciende que nos lleva a atacar o huir; pero como no hay nada en sí para atacar, nos viene la sensación de huir.
Aunque es difícil dejar de sentir esa sensación y decirnos a nosotros mismos que no hay nada de qué escapar, que estás contigo y que estás respirando.
Creo que es muy importante en todo este proceso, enfocarte en el presente, tener tu mente en lo que sí está pasando, y ponerle un freno con mucho amor a tu mente, cuando se va a imágenes o situaciones que no son reales, regresando a sentir tu cuerpo y reconocer lo que sí es real. Yo en la resonancia me decía continuamente que era por mi salud, que era costoso y a la vez gratuito para mí y por lo tanto había que mantenerme allí dentro.
El saberse que uno se puede autoregular es algo fundamental. Pero no siempre uno está en forma para ello. Esta habilidad da la práctica de permitirse las sensaciones y aprender a relajarlas por uno mismo.
Se puede superar la claustrofobia comprendiendo cómo funciona y animándose a exponerse cada vez más hasta que se pueda, no solamente tolerar la frustración e incomodidad sino sentirse cómodo y a gusto en situaciones donde pareciera que no lo estas. Podemos entrenar a nuestro cerebro para lo que queramos, solamente se necesita de constancia, esfuerzo y confianza.
Está página me ha ayudado a esta reflexión:

Los héroes desconocidos

No me gusta la utilización de conceptos bélicos en el tratamiento contra la pandemia que nos rodea. Una guerra es un guerra y esto es una crisis sanitaria. Puede producir muchas muertes, dicen que en EEUU ya van muertos por este virus que en la guerra de Vietnam, pero no es lo mismo.

Pero a propósito de esto, y casi contradiciéndome con lo anterior...
Estaba viendo en National Geographic un documental sobre la II GM donde unos soldados aliados se disponían a cruzar el único puente sobre el Rhin, Puente de Remagen, que estaba sin destruir en el momento de la retirada de los alemanes y que éstos, desde la otra orilla, protegían. 
Eran los soldados, y sus mandos inferiores, los que se jugaban la vida. Ellos morían, ellos fueron heridos y ellos fueron los auténticos héroes. Después sus nombres serían olvidados y fueron los generales, los jefes, quienes quedan en la historia como los que  habían ganado esa guerra. Esta frase se le atribuye a Napoleón.
Y como la veía en estos momentos de confinamiento, escucho a gente decir en la tele que hemos conseguido rebajar los muertos a menos de 300. ¿Hemos?  o ?habría que decir han? 

Pues es a costa de los enfermeros, médicos, auxiliares, personal de limpieza... de su salud e incluso de sus vidas, y de sus vidas, como ésta se ha reducido. 
Han actuado como verdaderos mártires, sin medios para protegerse, que se dedicaron a los enfermos unos sin conocimiento a lo que se enfrentaban y otros ya a sabiendas de que se podían contagiar.
Me quedo con este dato impresionante, la mayor de todos los países: Más de 41.000 sanitarios contagiados en España (El País, 01/05/2020).

Éste confinamiento
Hay expresiones que indican la genialidad de las personas que definen la situación que se está viviendo. Me gustó ésta, que es la respuesta a la pregunta de cómo estas. "Estar envasado al vacío" u otra que decía: "El sábado 2 de mayo me dan la condicional". 

Leído en la prensa 
He leído a Guillermo Fesser esta semana. De lo leído, que me gustó mucho, me quedo con estas tres frases:  
"Lo contrario de la pobreza no es la riqueza, como muchos pensamos, sino la justicia". 
"Cualquiera tiene una vida tan interesante como la de Obama, la Madre Teresa, Ghandi o Julio César. Lo único que hace falta es alguien que tenga la paciencia de escucharla". 
"La felicidad existe en los lugares donde menos te lo esperas".
Hay un grave problema que se extiende cada día como una verdadera pandemia: El capitalismo exacerbado de los últimos años. Hay servicios maravillosos pero cada vez menos gente que pueda disfrutarlo. Se respetan y se alaban generalmente por los que nunca los disfrutarán, porque en alguna parte de nuestro inconsciente colectivo, nuestra mente y la de los otros, los desea y, lo que es peor, se espera alcanzar y gozar. 

He aquí la gran victoria de la propaganda interesada en hacernos ver que tenemos a nuestra alcance algo, que de por sí es imposible, que nos llevará a ser felices poseyéndola. A su vez ese misma idealización de que lo  podemos alcanzarla, no nos deja tener una actitud crítica hacia ello. Y además, si por alguna manera alcanzamos un estatus que nos los haga posible, no dudamos de disfrutarla y de justificarnos como sea el tenerlo. Hasta si es necesario ponemos a los demás como parapeto que nos justifique su posesión, dejando atrás discursos en contra de ello.
Ahora, con nuestra pandemia a cuesta, hemos descubierto que esta situación se puede poner en peligro esa economía neoliberal entrando en una crisis sin fondo. Ante esta posibilidad hemos leído, como algunos "personajillos", en el colmo de su descaro, han expresado que es mejor que mueran unos cuantos a que nos arruinemos y arruinemos los "logros" de esa sociedad elitista. 
Algo tiene que ver lo anterior con lo que observamos hace unos días: "Un grupo de manifestantes, varios con armas largas, irrumpió este jueves en el Capitolio del Michigan (EEUU), ubicado en su capital, Lansing, y sede del Ejecutivo y del Legislativo local, mientras se discutía extender la declaración de emergencia de la gobernadora, la demócrata Gretchen Whitmer, para atender la pandemia".
Este pensamiento, supremacista diría yo, esta en la mente de todo aquel que se crea superior a los demás. Y desgraciadamente eso está en la cabeza de cualquier ideología que la ponga por delante de la humanidad. Me sorprendió, cuando lo leí, lo que hacían los dirigentes soviéticos con su misma infantería en la II Guerra Mundial. Cuando sospechaban que había un campo de minas dejado por los nazis en su retirada, y para que no se detuviera el avance de los tanques al tener que desactivarlas, hacían que sus soldados a pie pasaran por delante. La vida humana está al servicio de los intereses superiores, según el concepto de los poderosos. Dicen que es el pago que hay que pagar por la victoria. 
Hemos creado un mundo superficial y tecnológico pero de poco interés humano. El resultado es que tenemos unos políticos mediocres, interesados y partidistas, no libres que están al servicio, en su mayoría de interés no interesantes para la mayoría. 
https://www.elmundo.es/papel/cultura/2020/05/01/




La situación al día de hoy.
España, que ya ha superado las 25.000 muertes por coronavirus desde que se declarara la pandemia, ha registrado 164 nuevos fallecimientos en relación a este sábado. El total de defunciones en España asciende ya a 25.264. Ha habido 838 nuevos contagios. Sobre el número diario de nuevos sanitarios que han dado positivo, este domingo se han notificado 326 casos, lo que supone un total de 42.111 profesionales infectados. Por otra parte, un total de 1.654 pacientes de coronavirus se han curado en las últimas 24 horas hasta dar un total de 118.902 altas médicas.

En Andalucía ninguna persona ha tenido que ingresar en las últimas horas por coronavirus.
Es la primera vez que ocurre desde mediados de marzo, antes incluso de que se estableciese el estado de alarma. Algo similar pasa con los muertos: sólo 3, nunca en este período desde el confinamiento se ha tenido una cifra tan baja.
La incidencia por 100.000 habitantes en los últimos 14 días es del 16,66%. Aunque no ha habido ningún ingreso, una persona sí ha sido trasladada a cuidados intensivos. Hay 76 curados más, por lo que suman ya 6.897 personas. 

La evolución del coronavirus en la provincia de Sevilla sigue ofreciendo datos muy esperanzadores. En las últimas horas no se ha registrado en la provincia ningún fallecimiento. Se trata del segundo día sin víctimas mortales desde que se decretó el estado de alarma, aunque se ha producido un leve repunte de los nuevos contagios, con 40 casos nuevos, tras cuatro días consecutivos de descenso.
En la provincia se han confirmado un total de 2.702 contagios de Covid-19, lo que supone 40 casos más que ayer, además en las últimas horas no se ha producido ningún nuevo ingreso hospitalario por esta enfermedad ni tampoco en la UCI. Actualmente, hay 106 personas ingresadas en los hospitales de la provincia de Sevilla por Covid-19, de las cuales 31 están en la UCI.
La cifra de defunciones se mantiene en 255 personas, otras 15 personas han logrado superar la enfermedad, con lo que el número total de curados asciende ya a 1.025.
En San Nicolás del Puerto, mi pueblo, no ha habido hasta el momento ningún contagiado.

¡Hasta la próxima, primero Dios!

Un ramo de muguet a principio de mayo, costumbre francesa,
con el deseo de salud y prosperidad para los amigos.






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