Ayer tarde, por delante de mi casa, pasaron unos niños. Eran tres y primos entre ellos. Iban corriendo por la acera de enfrente y los tres llevaban mascarillas. Uno vive más arriba que yo y los otros dos habrían venido desde su localidad a ver a la familia. Y me llamó la atención.
La imagen me gustó mucho, me impactó. Era la primera vez que veía a niños así. Me quedé pensando y me pregunté cómo vivirían los niños estos momentos.
Se ha dicho siempre que las separaciones de los padres afecta a los hijos de la pareja. A cada niño, según la edad, le afecta de una manera u otra. ¿Cómo afectará este periodo de crisis sanitaria, de confinamiento, de salidas protegidas a los más pequeños, a nuestro hijos, sobrinos, nieto? Los niños vivirán esta situación de crisis sanitarias con una visión diferente a los adultos.
Los adultos de hoy no hemos vivido nunca nada semejante. Este peligro real de quedar contaminado con un virus que ha producido muchas muertes. Y es, además, algo global. Y sabemos que puede ser que ello incorporará a nuestra vida y a la de la sociedad elementos nuevos, diferentes. Ya lo tendremos siempre presente.
Ha sido un periodo que se le quedará grabado. Si a todos, de una manera u otra, nos ha afectado, ¿cómo no le va a afectar a ellos?
Esta pandemia les ha interrumpido, de una manera radical, sus vidas. De la noche a la mañana no han ido al cole, sus padres se han quedado en casa con ellos, no pueden ver a sus amigos, titos, abuelos y primos. Y la razón es que hay algo, un "bicho", que les puede afectar gravemente a su salud, e incluso ellos ser portadores de esa infección hacia los que conocen y quieren.
Cómo ¿cómo lo viven? Ellos contemplan la vida, y esta situación, de una manera propia y diferente de los mayores. También no habrá una sola manera de ser concebida por ellos. Cada uno hará una interiorización, una lectura, diferente de lo que han vivido, de lo que están aún viviendo. ¿Cómo lo integrarán en su vida, cómo perciben lo que está pasando? ¿Lo llevarán para siempre esto como "estigma" o como "aprendizaje" en su interior? No lo sabemos ahora, lo podemos prever, ya que como he dicho los adultos no lo hemos vivido.
Y ¿les hará diferentes? Es una posibilidad muy grande. Según la edad creo que les puede crear cierta inseguridad, inquietud, desasosiego. Los mayores lo integrarán de otra manera. Escuchar la cantidad de muertos, de infectados, de enfermos, puede hacer que se hagan una imagen que se les quede en la memoria para toda su vida.
Y esto puede servirle de una experiencia que le ayude a ser personas diferentes, que obren con prudencia, conocedores de una realidad a la que cada uno y la sociedad debe enfrentarse con unos medios apropiados. Pero también puede llevarle a ser una persona que se amilane, que tenga miedo, que se encuentre muy frágil. Y se haga, no prudente, sino temerosa. Y ello puede ser muy negativo.
Aquí es donde se debe centrar la tarea educativa. De cómo esto les sea explicado, interpretado, a cada uno según su edad, en su lenguaje, por los que le rodean, padres, maestros, familiares, transmitiéndoles seguridad, fortaleza, prudencia y esperanza, se les puede ayudar a crecer como personas con determinados valores de autoprotección, higiene y de su relación con los otros y en la comprensión de su mundo.
Encontrarse bien
¿Cómo estás? ¿Te encuentras bien? Esta es la insistencia de mis amigos cada vez que conectan conmigo. Sobre todo aquellos que han sabido de mis problemas de salud en los primeros meses de este bendito año. Ese interés es algo que me llena de satisfacción. Y han sido numerosos y de todas partes.
Pero decirles que estoy muy bien, que me encuentro como no me sentía hace mucho tiempo, es también una satisfacción. Mi vida no se ha visto alterada por este obligado confinamiento. Más o menos era lo que hacía antes de la pandemía. Quedarme en casa era lo más normal para mí.
Está claro que cuando algo te prohíben más ganas tienes de hacerlo. Y me ha venido muy bien incorporar esos deseos que me fueron negados. Y he integrado en mi vida eso que descubro que es un auténtico placer: pasear. Lo he ido integrando paulatinamente en mi quehacer diario, y ya ayer fue magnífico. Cesar vino a hacer la ruta verde desde San Nicolás al Cerro del Hierro. Unas dos horas y media andando. Disfruté bastante.
Y, este domingo han venido a preparar su casa aquí en el pueblo mi hermano Mateo y Rosa. Eran los primeros miembros de mi familia con los que he estado físicamente, desde el establecimiento del Estado de Alarma el catorce de marzo. Más de sesenta días sin ver a ninguno y eso, viviendo sólo, se hace muy dificil.
Además este fue el primer domingo que se pudo participar de la celebración eucarística después de todo ese tiempo. Los templos han abierto -la Iglesia no ha cerrado, al contrario ha estado bien presente en este tiempo- y han asistido las personas que normalmente lo hacían cada domingo.
Por todo ello este día ha sido un domingo magnífico. ¡Algo ya esta pasando! ¿no lo notáis?
Espero que poco a poco, aquello que nos ha impedido realizar la lo que deseábamos desaparezca y que la vida vaya tendiendo a la normalidad de siempre.
Cómo estamos este domingo
En España 87 personas han muertos en las últimas 24 horas. El total acumulado de fallecimientos alcanza los 27.650. Se han diagnosticado 421 nuevos casos, lo que supone un aumento del 0,18% y un total de 231.350 infectados en todo el país. Se han hospitalizados 327 personas, un 0,3% de aumento, y los ingresos en UCI han sido 28.
En Andalucía las últimas 24 horas se han detectado 30 positivos detectados por PCR, un 0,29% más. En las últimas horas han perdido la vida 3 personas en Andalucía por las consecuencias del coronavirus. Los curados son ya 10.611, tras notificarse 292 nuevos en las últimas horas. El buen ritmo de curaciones permite reducir el número de casos activos en 4.463 personas.
En Sevilla durante la jornada de ayer sábado ningún positivo necesitó ser ingresado en los hospitales. Ni en planta ni en las UCI. Otra cifra positiva en el balance de este domingo concierne a los curados. El volumen total llega a 1.840 tras incorporarse ayer a este colectivo 53. Ayer no hubo ningún fallecido.
¡Hasta la próxima, primero Dios!
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