“¿Para quién será lo que has amontonado?”

¿Habrá algo más excelente que la alegría de hacer felices
a los que nos rodean, a los que podemos ayudar con los que somos y poseemos? La
verdadera felicidad pasa por hacer felices a los demás.
Estábamos todos
El encuentro estaba decidido hacía tiempo. Sabíamos la fecha.
El cumpleaños de mi hermana María José, sesenta, es conocido por los miembros
de mi familia. Ella se encargó de conectar con todos para que estuviéramos en
él. Nos invitaba a participar en él a toda la familia. Y así fue.
Qué gozada que todos estábamos allí habíendo superados
distancias y enfermedades.
La fiesta se alargó hasta que la noche bien entrada. Pero
costaba irse.
Y hasta separados, seguiamos estábamos juntos por wasap.
Escribía en el grupo de mi familia: “Hemos vividos muchos días buenos. Hoy ha sido un día magnífico.
Gracias María José por haberlo hecho posible. Y gracias a todos, primero
Dios,por mantener los lazos de cariños y cercanía para siempre”.
Y el sobrino David decía: “Muchas
gracias tita por un cumpleaños tan espectacular. Hemos estado muy “agustito”.
Hacía mucho tiempo que no estábamos todos juntos. Muchos besitos a todos”.
Y Almudena añadía: “Día
fantástico. Gracias tita. Que cumplas muchos más y que nosostros lo veamos”
Mi cuñada Maria del Carmen: “Día estupendo. Gracias María José de reunirnos a todos. Necesitaba
estos momentos de estar feliz con la familia. Besos para todos”.
Y ya Mateo concluía: “Comparto
vuestra mismas sensaciones con respecto al día de ayer. Un día magnífico. Besos
a todos”
“Hasta la próxima, primero Dios”
No hay comentarios.:
Publicar un comentario