domingo, 16 de octubre de 2016

Feliz aniversario

“¿Para quién será lo que has amontonado?”
¡Qué bueno! Creemos que nuestra vida no tiene fin. Creemos que tenemos que acumular y acumular… ¿Para qué? Ni vivimos, ni dejamos vivir. No damos vida a nuestro alrededor al no compartir.
¿Habrá algo más excelente que la alegría de hacer felices a los que nos rodean, a los que podemos ayudar con los que somos y poseemos? La verdadera felicidad pasa por hacer felices a los demás.
Estábamos todos

El encuentro estaba decidido hacía tiempo. Sabíamos la fecha. El cumpleaños de mi hermana María José, sesenta, es conocido por los miembros de mi familia. Ella se encargó de conectar con todos para que estuviéramos en él. Nos invitaba a participar en él a toda la familia. Y así fue.
A la hora establecida estábamos en el lugar dónde se iba a celebrar el cumpleaños. Somos en total veintinueve: hermanos cuñados, sobrinos, consortes de sobrinos y sobrinas y los hijos de estos. Éramos veintiocho. Manuel estaba trabajando.
Qué gozada que todos estábamos allí habíendo superados distancias y enfermedades. 
Y no había ninguna cuestion que nos separara. No había motivo para malas palabras, para frases con doble sentido, para resintimientos de ningún tipo. Éramos felices por vernos, y todos con todos encantados por estar juntos. Se repetían abrazos y besos. ¡Esto es magnífico! Un don de Dios, un fruto de nuestros padres, un talante, una cualidad, un deseo, de todos y cada uno de los estábamos allí.

La fiesta se alargó hasta que la noche bien entrada. Pero costaba irse.
Y hasta separados, seguiamos estábamos juntos por wasap.
Escribía en el grupo de mi familia: “Hemos vividos muchos días buenos. Hoy ha sido un día magnífico. Gracias María José por haberlo hecho posible. Y gracias a todos, primero Dios,por mantener los lazos de cariños y cercanía para siempre”.
Y Lorena escribía: “Un día genial tita. Por muchos 60 años así”. Y continuaba: “¡Los madrileños tenéis que venir más, que estos ratitos hacen falta y se os echa de menos”!
Y el sobrino David decía: “Muchas gracias tita por un cumpleaños tan espectacular. Hemos estado muy “agustito”. Hacía mucho tiempo que no estábamos todos juntos. Muchos besitos a todos”.
Y Almudena añadía: “Día fantástico. Gracias tita. Que cumplas muchos más y que nosostros lo veamos”
Mi cuñada Maria del Carmen: “Día estupendo. Gracias María José de reunirnos a todos. Necesitaba estos momentos de estar feliz con la familia. Besos para todos”.
Y ya Mateo concluía: “Comparto vuestra mismas sensaciones con respecto al día de ayer. Un día magnífico. Besos a todos”



 “Hasta la próxima, primero Dios”





No hay comentarios.:

Publicar un comentario