miércoles, 21 de septiembre de 2016

Fortaleza interior

“Y trataba de verlo”
¿Para qué quería ver Herodes a Jesús? No para creer en El o porque quería llenarse de sus enseñanzas o deseaba seguirle.
El quería verlo porque se interrogaba quién era y si podría significar algún peligro para él por el eco que sus obras y sus palabras despertaba en la población. Además Jesús lo había increpado y lo había puesto en ridículo en público.
Herodes lo que temía es que fuera alguien tan libre, que actuara sin su control y que no le temiera.
Mantener el equilibro

La fortaleza interior se consigue con el silencio meditativo y la sonrisa pacificadora.  
Ello significa que debes evitar el conflicto y no entrar en una estéril competencia con el otro. Hay que mantener tus planteamiento hasta el final pero no enfrascarse en dialécticas que no llevan a ninguna parte.
Conserva siempre una actitud humilde a la hora de mantener tus planteamientos.
Hay que comprender la reacción negativa de los demás como fruto de una frustración, como expresión de una oculta competencia… como lo que es: manifestación de una debilidad.
Muéstrale al otro, a los otros, tu comprensión a través de tus palabras o de tu silencio, de tus actitudes y de tus acciones. Que entienda que tú no eres su enemigo al que tiene que vencer. Es más, que descubra que lo respetas y lo valoras.
Tú fortaleza se basa en el convencimiento de tus ideales, en el valor relativizador de tus opiniones, en tú alegría constante, en la seriedad de tú vida y  en la mirada reflexiva interna y externa.
Piensa primero en ti para conocerte en cualquier momento de tu vida. Esto te dará una gran confianza y sencillez en tu vida, y te ayudará a la hora de ponerte a descubrir y analizar a los demás.
Que nada ni nadie te quite la paz incluso en los momentos más duros, pues son en ellos donde tienes que estar más sereno para tomar las mejores decisiones o para no tomar ninguna que muchas veces es la mejor decisión. Y esto a pesar que los sentimientos y emociones claman mostrase al ser parte de nuestra condición humana.
Procura que los sentimientos y emociones que manifiestes sean aquellos que puedan y deban conocer los demás, y que los más intimos de estos no salgan a la luz pública salvo a los que forman parte de tu círculo más cercano y, a veces, ni a ellos mismos si lo que vas a comunicar pertenece a lo más profundo de ti. 
Tú felicidad es lo que debes buscar, estar bien contigo mismo. Y eso se encuentra cuando lo intentas alcanzar desde ti para los demás. Esta felicidad, que te define, la debes transmitir con un ánimo positivo y contagioso.
Estas convicciones proceden y se basan desde mi FE, estando en la base de este plantemiento que busca ser fuerte y vivir en Paz con uno mismo, con los demás y con lo que nos rodea.


“Hasta la próxima, primero Dios”

1 comentario:

  1. Muy interesante mi querido amigo, lo más importante es nuestra paz interior, este artículo que has publicado me ha sido muy útil y de mucho beneficio, a veces me frustro con los demás y veo que siempre me ganan y yo salgo perdiendo, algo he aprendido, gracias por ser mi amigo y por las cosas que escribes ánimo y adelante hermano.

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