lunes, 18 de julio de 2016

Yucatán

¡Estos son mi madre y mis hermanos!
Esta frase de Jesús, ¿Excluye o incluye? Posiblemente el que le anuncia la presencia de su familia no podía esperar esta frase de Jesús. ¿Y nosotros?
Son parte de Él, somos parte de Él, todos aquellos que cumplen la voluntad de su Padre.
El Padre, la madre, sus hermanos, Jesús, nosotros, todos… estamos invitados a realizar  la voluntad de Dios. Y escuchábamos ayer lunes en el profeta Miqueas: “Lo que Dios desea de ti: simplemente que respetes el derecho, que ames la misericordia y que andes humilde con tu Dios”

Un viaje de treinta y dos horas.
Hace dos semanas que no subo ninguna crónica a este blog. Desde el día seis hasta el día catorce he estado fuera de Guatemala porque tenía que hacerlo.
Salí hacia la frontera de La Mesilla en el autobús de las cinco y media de la mañana desde Huehuetenango. Llegué a la aduana un poco antes de las ocho. Mi sorpresa fue cuando me dicen que deben revisar mi pasaporte, y eso lo tenía que hacer el jefe de la oficina. Había llegado el siete de abril y, ese día seis de julio, podían haber pasado los noventa días, pues hay meses que tienen treinta y un día. No me lo creía. Pero conté y si era así estaba en el noventa día. Cuando llega el jefe de la oficina a las ocho, después de repasar todo el pasaporte, me deja salir sin ningún problema.
El primer inconveniente había sido solucionado. El segundo me lo iba a encontrar inmediatamente. Por la huelga de maestros las carreteras sufrían cortes y detenían a los camiones y a los autobuses. Por esta razón tenía que ir hasta la capital del Estado de Chiapas, Tuxtla, a tomar el autobús que me llevara a Playa del Carmen. No podía tomarlo ni el Comitán ni en San Cristóbal de las Casas.
La opción era evitar las grandes ciudades para no encontrar estos cortes de carreteras. Así que llegué a Comitán en microbús y en otro me dirijo, dando una gran vuelta para evitar entrar a San Cristóbal, a Tuxtla. Esto me llevó seis horas.
Me impresionó esta ciudad en mi recorrido que hice en taxi hasta la terminal de autobuses. La encontré limpia, moderna y muy adornada con fuentes y estatuas. Después me he enterado que ha estado disputándose la capitalidad del Estado toda la vida con San Cristóbal.
Allí a las tres y cuarenta minutos de la tarde tomé el autobús hasta Playa del Carmen. El autobús estaba dotado de WC tanto para señoras como para caballeros. Y menos mal porque el viaje iba a durar veintiuna horas. Además sin parar durante más de dieciséis horas hasta que entró en la estación de autobuses de Chetumal, donde se bajaron pasajeros. También paramos en Tulum, ya cerca de Playa del Carmen lugar que, si vuelvo alguna vez, deseo visitar.
Y sobre la una de la tarde llegué a la estación de Playa. Habían pasado pues treinta y dos horas de viaje continuado. Había tomado dos autobuses, dos microbuses, un Tuc-tuc en la Mesilla y un taxi desde La Mesilla hasta Cuauhtémoc.


La verdad es que no se me hizo largo el viaje. Dormí gran parte del mismo. Pero mientras estaba despierto pasé por paisajes maravillosos. Casi siempre la carretera pasaba por medio de un bosque tropical bien tupido. No había prácticamente poblaciones, ni casas en el camino. Ver el verde intenso a cada lado de la carretera era para mí una gozada.
A esta vegetación se le llama “Bosques Húmedos de Yucatán” que se extiende en las tierras bajas tropicales de México, Guatemala y Belice y cubre un área de 69.700 kilómetros cuadrados, casi toda la región de Castilla-La Mancha. Esta ecorregión tiene un clima húmedo tropical y cuenta con una alta biodiversidad. Es un corredor biológico que conecta las zonas forestales del norte de la península de Yucatán con las de América Central.
Aunque existe alguna protección, la ecorregión está amenazada por la tala de árboles y la ganadería extensiva.

México
Terminal de Autobuses de Tuxtla.
Entrar en México es entrar en un país muy diferente de Guatemala en lo que se refiere a su organización. Todo cambia para mejor: estado de las carreteras, la limpieza, la urbanización, los autobuses, la seguridad, las terminales de autobuses, el comercio, la ausencia de perros en la calle, los mobiliarios urbanos…
Esta es la sensación que ya he tenido cuando he estado en San Cristóbal de las Casas en otras ocasiones. Pero en este viaje, que ha sido por otros estados diferentes a Chiapas, lo he corroborado y la he ampliado.
También la vida es más barata que en Guatemala. Por mil quetzales me dieron dos mil cien pesos. Pero además los productos están más bajos. Y eso se nota.
La idea era salir, en esta ocasión que debía estar más días que un simple fin de semana, a conocer otros sitios de México y que me fuera accesible. Los estados que lindan con Guatemala eran los que más posibilidades tenían en mi elección. Quintana Roo y Yucatán me atraían. El primero por Playa del Carmen y el segundo porque estaba la ciudad que quería, debía visitar como explicaré más abajo. A este recorrido, y porque Mateo debía ir allí por asuntos de su trabajo, uní Cancún.
Pero el lugar donde pensaba ir a pasar más tiempo era Playa del Carmen.

Miguel Eduardo
Había otro motivo para esta elección. Ir a un lugar desconocido y sólo tenía como atractivo que allí vive alguien a quien conocía. Él podía ayudarme a conocer la ciudad y ayudarme en la elección del hotel para que este fuera céntrico y no muy caro. Allí estaba Miguel Eduardo al que había conocido en la Casa Miller el primer año que estaba en Huehue. El contacto a través de Facebook me había despertado el interés de ir a conocer el sitio donde trabaja en la restauración como cajero de un restaurante.
Su historia es muy ejemplar. Cuando terminó de estudiar Perito Contador en La Salle, tenía que trabajar y se vino a Playa del Carmen. Su padre había pedido un préstamo para que el pudiera trabajar. Y ahora, una vez acabado de estudiar y con muy buenas notas, tenía que devolver el préstamo. Aquí lleva casi dos años. Ya ha podido hacerlo. Y ahora sigue para no tener que pedir nuevos préstamos para que puedan terminar de estudiar básico, la ESO, dos de sus hermanos. Para la mitad del próximo año piensa que ya habrá conseguido sus propósitos y piensa volver a Huehue y seguir estudiando, además de trabajar, en la universidad. Creo que es para quitarse el sombrero ante este tipo de jóvenes que tienen claro sus objetivos, y que los consiguen a costa de no vivir su juventud como tantos otros del primer mundo. Y no es el único.
Me daba las gracias por haberle hecho posible vivir unos días, para él, extraordinarios, entre ellos el conocer la isla de Cozumel, que está al frente de Playa del Carmen.

Playa del Carmen
He estado muy feliz en este lugar. Es una playa muy conocida y de alto nivel. En algunos momentos creía estar en unas de las playas de la Costa del Sol o del sur de Gran Canarias.La limpieza y la seguridad muy buena. Bastantes locales y centros de distracción así como grandes centros comerciales. 
La playa es impresionante larga y limpia, con acceso fácil a lugares prácticamente vacíos de turistas. Sus aguas, tibias y transparentes , son el hogar perfecto para delfines y tortugas. También es verdad que llevaba a alguien que conocía el lugar. 
Pasear por la quinta avenida era un verdadero placer. Había centros comerciales de todo tipo y un gran ambiente. Es la última calle paralela a la costa.
Enfrente de Playa del Carmen se encuentra la isla de Cozumel. Es grandecita y va paralela a la costa. Algo que fue un acierto es alquilar una moto vespa. Con nuestros cascos nos dispusimos a conocerla. Hay un circuito que casi le da la vuelta a la misma. Se observa que está todo totalmente dirigido a los turistas. Los ferris, la estación marítima, los medios de locomoción, los restaurantes y locales de venta de recuerdos…
Ya nos habían indicado dónde podíamos almorzar. Y menos mal que les hicimos caso. En plena playa, bajo palmeras, pudimos comer unos camarones preparados de diferentes formas: en ajillo y empanizados.
Tuve la suerte de encontrar un hotel de los que se recomienda a los amigos. La habitación, espléndidamente decorada y provista de elementos para poder prepararte la comida, y para no pasar calor, estaba a pie de la piscina del mismo. Por la noche se pasaba muy bien conversando con otros huéspedes alrededor de la piscina o cenando tomando una cerveza fresquita.


Cancún
Mateo había llegado el día anterior a Playa del Carmen. Con él fui a Cancún pues tenía que arreglar unos asuntos en los juzgados de la ciudad. Nuestra estancia fue de sólo un día. Por la mañana me dedique a pasear por las grandes avenidas. Bonitas pero muy modernas y parecidas a tantas otras de otras tantas ciudades.
Por la tarde nos fuimos en ferri a la pequeña isla de enfrente de Cancún, la famosa Isla Mujeres. Aunque es pequeña está muy animada. Esto fue lo mejor de nuestra estancia en esta ciudad.
Y un poquito de historia. Isla Mujeres fue descubierta por los españoles durante una expedición comandada por Francisco Hernández de Córdoba en el año de 1517. En tiempos prehispánicos la isla estaba consagrada a Ixchel,  diosa maya de la Luna, el amor y la fertilidad; la cual recibía ofrendas con formas femeninas que los creyentes depositaban en sus playas. Al llegar los conquistadores españoles y observar las figuras, la bautizaron como Isla Mujeres.
Ya al día siguiente nos separamos. Mateo volvía a Guatemala y yo me dirigí a Mérida de Yucatán. 
A partir de ya, Cancún será sólo un aeropuerto para acceder a Playa del Carmen.
  
Y Mérida
En mi partida de nacimiento aparece que mi abuelo materno nació en Mérida de Yucatán. Cosas de las vida. Sus padres fueron a instalarse a México, allí tuvieron un hijo, y nos les irían muy bien las cosas porque decidieron volver a España. De paso por Cuba, tuvieron allí a otro hijo, hermano pues de mi abuelo, llamado Álvaro.
Por este motivo en mis deseos Mérida era uno de los destinos que quería visitar en mi vida.
Palacio de los Montejos en el Parque Central.
Mérida fue fundada en 1542 por el español Francisco de Montejo el Mozo y cien familias españolas. Esta ciudad fue construida sobre las ruinas de la población maya T'Ho', ya abandonada a la llegada de los españoles, en el siglo XVI. Cuando los soldados españoles entraron a T'Hó, en 1541, apenas había 200 casas de palma ocupadas por aproximadamente un millar de indígenas mal nutridos, junto a colosales ruinas y restos de edificios sorprendentes y bellos que coronaban agrestes cerros cubiertos de añeja arboleda.
Edificios del Parque Central de Mérida
La ciudad fue bautizada con ese nombre por la Mérida española, lugar de procedencia de algunos de los conquistadores, precisamente porque las edificaciones halladas en la ciudad maya abandonada les hicieron recordar las ruinas romanas de Emérita Augusta. Las piedras cortadas y labradas de la ciudad maya fueron utilizadas por los europeos para construir los edificios de la nueva ciudad.
Fachada principal de la Catedral
Es una ciudad grande y sin grandes edificios, casi todos de planta baja y un piso. Tiene bonitos edificios: palacios, iglesias, museos, casas… con impresionantes portadas. En el parque central se encuentra la solemne catedral, los edificios de gobierno municipal y estatal y el palacio de los Montejos, conquistadores de la ciudad. En la parte nueva hay palacetes de estilo francés.
Me dediqué a lo que había venido. El día de la llegada fui a localizar los lugares donde pretendía ir al día siguiente: archivo de la diócesis, registro civil y consulado de España. Y eso hice. Bien temprano ya estaba en el registro civil dónde me indican dónde se encontraba el archivo histórico estatal. En el registro eclesiástico también me dijeron el lugar dónde me tenía que dirigir. Y en consulado de España me dijeron que los archivos se encontraban en el Consulado General de la capital.
En el Archivo Histórico del estado de Yucatán.
Aunque me costó un poco localizarlo en el archivo histórico general me dieron todas las facilidades para buscar el acta de nacimiento de mi abuelo. Lo tenían todo digitalizado y consistía en busca libro por libro la misma. No era fácil porque la fecha de nacimiento no estaba clara: podía ser 1890 o 1893. Después tuvimos otra de 1891. Por más que lo intentamos no fue posible encontrar la partida de nacimiento. Tuve acceso a un documento judicial que no se puede asegurar que se refiriera a mi bisabuelo.
Exterior del Convento de Conkal
Después de dos horas, me dirijo en taxi a Conkal, localidad situada a dieciocho kilómetros de Mérida donde se encuentra el archivo diocesano. Al no saber el año, ni tampoco la iglesia dónde pudo ser bautizado, y por la hora de mi llegada próxima a la de cerrar el archivo, me indicaron una página web dónde podía localizar las actas de registro de bautismo. Lo busqué en los libros de 1890 de la Catedral y de otra parroquia y no encontré nada. A ver si con tiempo me dedico a buscarlo en las otras parroquias de aquel tiempo de Mérida y en otros años.
Además de esta tarea estar en Mérida me gustó a pesar de estar sólo, situación que evito en mis viajes. Pero no tuve nunca sensación de inseguridad en mi paseo de ida y vuelta por la tarde-noche desde el centro, dónde estaba el hotel, hasta dónde se encontraba el consulado español.
Y un detalle culinario: en una de las comidas me ofrecieron “Pollo al pibil”. ¡Algo excepcional! Estaba envuelto en hojas de plátano y el pollo estaba con una salsa-crema que tenía, entre otros ingredientes,  cebolla y pimientos. 
He estado buscando la receta en internet. Había varias. Esta se aproxima a la que comí:  http://www.guiadetacos.com/recetas_mexicanas/aves/51/pollo-pibil-yucateco-receta.html. Lo difícil será encontrar las hojas de plátanos, aunque he visto algunas recetas que utilizan el papel de aluminio: ¿sabrá igual?
Y a las ocho menos veinte de la noche del segundo día de mi estancia en Mérida tomé el autobús hacia San Cristóbal de las Casas, ya que se habían levantado los controles de los maestros que habían llegado a un preacuerdo con el gobierno, donde llegué sobre la una del mediodía del día siguiente.
Algo cansado, pero muy contento, a las siete y media de la tarde estaba en Ixmucané. Toni me dijo que Celia, que acababa de llegar de España, y Pepi, se habían marchado hasta el domingo a la Playa; y que en Ixmucané sólo estaban tres chicas, pues las demás seguían con las vacaciones de las Fiestas julias de Huehuetenango. Fiestas de las que escribiré en mi próxima crónica.


¡Hasta la próxima, primero Dios!

No hay comentarios.:

Publicar un comentario