miércoles, 20 de julio de 2016

Ejemplo de joven

 “Miran y no ven, oyen y no escuchan ni entienden”.
 Pueden ser muchos, podemos ser nosotros, puedo ser yo. ¡Qué manera de decirnos Jesús que despertemos! Que el mundo necesita personas activas, conscientes, capaces de descubrir lo que pasa a su alrededor, analizarlo y decidir cuál debe ser sus postura frente él.
No podemos ser simple mirones, simples oyentes… ese no es el tipo de hombres, de mujeres, que tienen que ser imagen de Dios.

Luis Santiago
Ya dije en la anterior crónica que estuve con un grupo de jóvenes en la fería. Uno de ellos era Luis.
A Luis lo conocí en Maya Man, el internado de chicos y chicas de básico que se encuentra en Colotenango. Yo estaba allí acompañando a Celia y a Pepi en las visistas periódicas de Ixmucané a las becadas que tiene en esa institución.
Y en ese colegio estaba él y Gerardy esperando al director, mi amigo Ricardo, pero éste no se encontraba allí en ese momento. Mientras esperaban a ver si venía estuve hablando con ellos. Más tarde les día jalón al centro de la localidad donde viven.
 La segunda vez que lo vi fue en el aniversario del Instituto Maya Man, al participar su instituto en los actos del mismo. Yo estaba allí representando a Ixmucané en esas actividades. Al final de ellas me invitaron a entregar los premios. 
Desde lejos veo a unos chicos que alzan los brazos saludándome. Yo pienso que es imposible que sea a mí porque de esa zona, donde está ese colegio, no conozco a nadie. Y entonces los recuerdos. 
A la hora de comer lo hicimos juntos y nos intercambiamos nuestras direcciones.
Y a partir de ahí hemos seguido en contacto. Él no se conecta mucho. Después me explicará que no tiene internet en su casa. Con Gerardy si he mantenido más contacto.
Antes de irme a México, y al preguntarme qué iba a hacer, le dije lo de mi viaje y que a mi llegada iría a la feria. Al preguntarle si quería venir, me dijo que sí.
Luis tiene una apariencia tranquila, va vestido de una manera más bien cuidada y su conversación es fluida y espontánea. Me hice pues una idea de él y de su entorno.
A lo largo del tiempo en la que tuvimos juntos en la feria me contó su vida. Me impresionó.
Cuando le pregunté, por hablar de algo, que si a sus padres les agradaba que estuviera en la feria de Huehue, me dijo que no tenía padre. Ya no seguimos hablando de ello.
Cuando nos pregunta el camarero qué íbamos a beber, y al pedir un litro de cerveza ya que éramos tres en ese momento, él dice que no bebe alcohol, lo que mantuvo durante todo el tiempo que estuvimos juntos. 
Le pregunto si era evangélico, me dijo que sí. Antes de venir a Huehue, sobre el mediodía, había estado en el culto que había comenzado a las diez de la mañana. Él pidió permiso para salir antes y venir a Huehue.
Estuvimos un buen tiempo en la feria y más tarde comenzó a contarme su vida.
Él vive sólo. La casa es alquilada y la paga su madre que vive en Cancún. Sus hermanas, una de ellas casada, viven también en México. Antes de casada su hermana mayor le ayudaba económicamente. Ahora ya no.
Aquí tiene un hermano mayor con el que apenas se relaciona y que vive con su pareja en el mismo municipio. No se tratan mucho.
Comenzó a trabajar a los once años mientras terminaba la primaria en un comercio de Colotenango en el que estuvo hasta los quince años. A los quince se fue con su madre a Cancún donde trabajó de jardinero y de albañil. Volvió y recomenzó a estudiar básico. Ahora tiene dieciocho años y le queda un año para terminarlo. Aquí tuvo varios trabajos. Salvo la luz, que paga su hermano, él se mantiene totalmente con el fruto de su trabajo. Él limpia la casa, hace la compra, se hace la comida, se limpia la ropa…
En la conversación me dice que no es cierto que no tenga padre, que éste vive. Que dejó a su familia cuando él tenía meses. Él es el más pequeño de los hermanos. El padre tiene ahora otra familia, con hijos, en un pueblo al lado del suyo y que no lo conocía hasta que por medio de su hermana mayor, y a petición suya, hace casi dos años, fue a verlo. “Para mí hablaba con un desconocido.” me dijo, “No me produjo ningún sentimiento”.
Ahora trabaja los sábados en un comercio y durante la mañana echa unas horas, pues estudia por las tardes. El año pasado fue el abanderado, el mejor de su curso, pero este año ha bajado el rendimiento. Piensa terminar básico –la ESO-, por supuesto seguir trabajando, y hacer diversificado. Quiere estudiar.
Escucharlo, verle como se le cambia la voz y comienza a llorar, y a la vez sentir que es una persona con una gran madurez, con unos principios muy consolidados, es algo que admiré. Al despedirnos me pidió que nos hiciéramos una última foto.
Me quedo sin palabras. Repaso en mi mente todo lo que me ha dicho y lo que yo he percibido en las horas que he estado con él. Fue una gran idea hablarle de la feria y el que él decidiera venir.
Cuando llego a Ixmucané, y le envío algunas fotos, le escribo:
“No sé cuándo verás este comentario, pero te digo que, si ya desde que te conocí vi que había una simpatía mutua, ayer descubrí a una persona increíble. Sigue así. Sólo el esfuerzo, la constancia, el superar las dificultades, el mantener el buen humor, esa risa… es lo que puede hacerte forjar un futuro mejor. A partir de hoy considérame tu hermano, tu amigo y ten la confianza suficiente para que pueda ayudarte en aquello que tú necesites y yo pueda. Un fuerte abrazo Luisillo”

El me contesta: “Gracias Alfred. Yo también conocí a una persona muy especial y es usted, jeje. Lo quiero mucho”

Le pregunté si le parecería bien que escribiera sobre él. No dijo que no. Se lo volví a preguntar y me dijo que sí, que esa era su vida. Y por eso, porque él me dio ese permiso, escribo sobre él.
¡Cuánta gente habrá cómo él, con historias increíbles! ¡Verdaderos ejemplos de la juventud de hoy! ¡Y para la juventud de hoy!
Me había hecho una idea de él por su comportamiento, por su presencia, por su manera de expresarse, por el equilibrio que mostraba, de pertenecer a una familia totalmente estructurada. ¡Y vive sólo y no ve a su madre desde hace año y medio! Y dice que tiene muchas ganas de abrazarla. ¡Qué todo te vaya tal y cómo lo tienes pensado, Luis!

 Un regalo




                  La red 







Como una estrella de mar atrapada en la red,
como el tisú tenso en el bastidor,
como espacio retenido por barrotes,
como olas movidas dentro del espejo,
como vino embriagante contenido en la copa…
 

Así soy yo para ti:
Una mariposa libre en la infinitud de tu voluntad,
un tronco apretado por cuerdas invisibles.
                                  
                                 



¡Hasta la próxima, primero Dios!

No hay comentarios.:

Publicar un comentario