martes, 19 de julio de 2016

Feria de Huehuetenango

“Cayeron en tierra buena y dieron fruto”
¡Tierra buena! Personas dispuestas a seguir la voluntad de Dios. Esas dan frutos.
Pero el mismo Jesús advierte. Unos dan el treinta, otras sesenta, otras el ciento por ciento. Lo importante, al final, es dar fruto. Las circunstancias externas, las limitaciones, las contradicciones, la condición humana… puede limitar el dar todo lo posible. Pero lo importante es dar frutos de Amor, de Justicia, de Paz.
Mi segunda feria
Es la segunda fería que paso en Huehuetenango. El año pasado estaba en España. Se nota en mí que he pasado más dos años y medio aquí pues me situo de otra manera en ella.
Ixmucané está muy cerca del lugar donde se celebra la feria de Huehuetenango, a unos diez minutos andando. Nosotros estamos en El Terrero, una explada dónde dicen que antes había una laguna. Por eso cuando la municipalidad decide cambiarla de sitio hace unos años elige éste emplazamiento que es bastante grande y que incluye aparcamientos para los vehículos.
En la feria se encuentran tanto los lugares para comer y beber, como los puestos de venta de licores o los de venta de comida rápida o los puestos de turrón, de churros o de roscos. 
Hay tambien casetas de tiro con escopeta al cigarro como a otras cosas. Sí. La fería tiene un claro matiz ladino, criollo, incorporado a su cultura por los indígena. Y se celebra en  toda Guatemala.
La influencia de las ferias, de la FERIA que conozco, es clara. También existen esas manzanas cubiertas de caramelos y que tanto hemos comidos con nuestros padres cuando éramos pequeños e íbamos de recogida a casa.
Las familias, de toda condición, se encuentran en ella. 
Encontré a amigos reunidos con la familia amplia cenando el primer día que fuí. Hay muchos jóvenes como es natural y grupos de amigos. En esta ocasión he sentido que había mucha más gente que hace tres años. 
No suele ser un lugar en el cuál se baile, aunque a falta de sevillanas se pueden oir canciones típicas del lugar sobre todo corridos mexicanos.
 Y también existe el lugar que ocupan los “juegos” como les denominan aquí a las atracciones de feria, los “cacharritos”, la calle Infierno. Éstos son más bien antiguos. A muchos no los dejarían funcionar en las ferias de España por su falta de seguridad.
La feria acaba a la una de la noche, hora en la que comienza la Ley Seca. Es algo asombroso, pero así es. Tendría poco futuro en otros lugares. Tampoco hay iluminación especial ni portada con bombillas. ¡Les podría hacer alguna sugerencia!
Fui a la feria dos veces con diferentes grupos de amigos. El del domingo estaba acompañado por Danny, antiguo miembro de la Casa Miller; por Wesly, antiguo integrante de la Finca Juvenil ya independizado y por Luis, un chico de Colotenango que será el sujeto de mi próxima crónica. Con los dos últimos no he tenido mucho contacto. Pero fue un acierto invitarles.


A lo largo de la semana que dura la feria hay actitivades de todo tipo en la ciudad, como la procesión de la Virgen del Carmen, el dieciseis de julio, en honor de la que se celebra la feria o, la más vistosa, el desfile de caballos, que se desarrolla el sábado por las calles de la ciudad.
No estuve este año en el desfile de Caballos. Busco en Google alguna foto de este año y las encuentros de otros municipios. Sigo buscando y veo una mía del primer año que estuve aquí... con que la repito.
De todas formas vale el refrán que decimos: “Cada uno habla de la fería cómo le va en ella”. La fería es excelente porque yo me lo pasé muy bien.


¡Hasta la próxima, primero Dios!

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