“Cayeron en tierra buena y dieron fruto”
Pero el mismo Jesús advierte. Unos dan el treinta, otras
sesenta, otras el ciento por ciento. Lo importante, al final, es dar fruto. Las
circunstancias externas, las limitaciones, las contradicciones, la condición
humana… puede limitar el dar todo lo posible. Pero lo importante es dar frutos
de Amor, de Justicia, de Paz.
Mi segunda feria
Es la segunda fería que paso en Huehuetenango. El año pasado estaba en España. Se nota en mí que he pasado más dos años y medio aquí pues me situo de otra manera en ella.
En la feria se encuentran tanto los lugares para comer y beber,
como los puestos de venta de licores o los de venta de comida rápida o los
puestos de turrón, de churros o de roscos.
Hay tambien casetas de tiro con
escopeta al cigarro como a otras cosas. Sí. La fería tiene un claro matiz ladino, criollo, incorporado a su cultura por los indígena. Y se celebra en toda Guatemala.
La
influencia de las ferias, de la FERIA que conozco, es clara. También existen
esas manzanas cubiertas de caramelos y que tanto hemos comidos con nuestros
padres cuando éramos pequeños e íbamos de recogida a casa.
Las familias, de toda condición, se encuentran en ella.
Encontré a amigos reunidos con la familia amplia cenando el primer día que fuí. Hay
muchos jóvenes como es natural y grupos de amigos. En esta ocasión he sentido que había mucha más gente que hace tres años.
No suele ser un lugar en el cuál se baile, aunque a falta de
sevillanas se pueden oir canciones típicas del lugar sobre todo corridos
mexicanos.
Y también existe el
lugar que ocupan los “juegos” como les denominan aquí a las atracciones de
feria, los “cacharritos”, la calle Infierno. Éstos son más bien antiguos. A muchos no los dejarían funcionar en las ferias de España por su falta de
seguridad.
La feria acaba a la una de la noche, hora en la que comienza
la Ley Seca. Es algo asombroso, pero así es. Tendría poco futuro en otros
lugares. Tampoco hay iluminación especial ni portada con bombillas. ¡Les podría
hacer alguna sugerencia!
Fui a la feria dos veces con diferentes grupos de amigos. El
del domingo estaba acompañado por Danny, antiguo miembro de la Casa Miller; por
Wesly, antiguo integrante de la Finca Juvenil ya independizado y por Luis, un
chico de Colotenango que será el sujeto de mi próxima crónica. Con los dos últimos no he tenido mucho contacto. Pero fue un acierto invitarles.

De todas formas vale el refrán que decimos: “Cada uno habla de la fería cómo le va en
ella”. La fería es excelente porque yo me lo pasé muy bien.
¡Hasta la próxima, primero Dios!
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