¡Estos son mi madre y mis hermanos!
Esta frase de Jesús, ¿Excluye o incluye? Posiblemente el que le
anuncia la presencia de su familia no podía esperar esta frase de Jesús. ¿Y nosotros?
Son parte de Él, somos parte de Él, todos aquellos que cumplen la
voluntad de su Padre.
El Padre, la madre, sus hermanos, Jesús, nosotros, todos… estamos
invitados a realizar la voluntad de
Dios. Y escuchábamos ayer lunes en el profeta Miqueas: “Lo que Dios desea de
ti: simplemente que respetes el derecho, que ames la misericordia y que andes
humilde con tu Dios”
Un viaje de treinta y dos horas.
Hace dos semanas que no subo ninguna crónica a este blog. Desde el
día seis hasta el día catorce he estado fuera de Guatemala porque tenía que
hacerlo.
Salí hacia la frontera de La Mesilla en el autobús de las cinco y
media de la mañana desde Huehuetenango. Llegué a la aduana un poco antes de las
ocho. Mi sorpresa fue cuando me dicen que deben revisar mi pasaporte, y eso lo
tenía que hacer el jefe de la oficina. Había llegado el siete de abril y, ese
día seis de julio, podían haber pasado los noventa días, pues hay meses que
tienen treinta y un día. No me lo creía. Pero conté y si era así estaba en el
noventa día. Cuando llega el jefe de la oficina a las ocho, después de repasar
todo el pasaporte, me deja salir sin ningún problema.
El primer inconveniente había sido solucionado. El segundo me lo
iba a encontrar inmediatamente. Por la huelga de maestros las carreteras
sufrían cortes y detenían a los camiones y a los autobuses. Por esta razón
tenía que ir hasta la capital del Estado de Chiapas, Tuxtla, a tomar el autobús
que me llevara a Playa del Carmen. No podía tomarlo ni el Comitán ni en San
Cristóbal de las Casas.
La opción era evitar las grandes ciudades para no encontrar estos
cortes de carreteras. Así que llegué a Comitán en microbús y en otro me dirijo,
dando una gran vuelta para evitar entrar a San Cristóbal, a Tuxtla. Esto me
llevó seis horas.
Me impresionó esta ciudad en mi recorrido que hice en taxi hasta
la terminal de autobuses. La encontré limpia, moderna y muy adornada con
fuentes y estatuas. Después me he enterado que ha estado disputándose la
capitalidad del Estado toda la vida con San Cristóbal.
Allí a las tres y cuarenta minutos de la tarde tomé el autobús
hasta Playa del Carmen. El autobús estaba dotado de WC tanto para señoras como
para caballeros. Y menos mal porque el viaje iba a durar veintiuna horas.
Además sin parar durante más de dieciséis horas hasta que entró en la estación
de autobuses de Chetumal, donde se bajaron pasajeros. También paramos en Tulum,
ya cerca de Playa del Carmen lugar que, si vuelvo alguna vez, deseo visitar.
Y sobre la una de la tarde llegué a la estación de Playa. Habían
pasado pues treinta y dos horas de viaje continuado. Había tomado dos
autobuses, dos microbuses, un Tuc-tuc en la Mesilla y un taxi desde La Mesilla
hasta Cuauhtémoc.
La verdad es que no se me hizo largo el viaje. Dormí gran parte
del mismo. Pero mientras estaba despierto pasé por paisajes maravillosos. Casi
siempre la carretera pasaba por medio de un bosque tropical bien tupido. No
había prácticamente poblaciones, ni casas en el camino. Ver el verde intenso a
cada lado de la carretera era para mí una gozada.
A esta vegetación se le llama “Bosques Húmedos de Yucatán” que se
extiende en las tierras bajas tropicales de México, Guatemala y Belice y cubre
un área de 69.700 kilómetros cuadrados, casi toda la región de Castilla-La
Mancha. Esta ecorregión tiene un clima húmedo tropical y cuenta con una alta
biodiversidad. Es un corredor biológico que conecta las zonas forestales del
norte de la península de Yucatán con las de América Central.
Aunque existe alguna protección, la ecorregión está amenazada por
la tala de árboles y la ganadería extensiva.
México
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Terminal de Autobuses de Tuxtla. |
Entrar
en México es entrar en un país muy diferente de Guatemala en lo que se refiere
a su organización. Todo cambia para mejor: estado de las carreteras, la
limpieza, la urbanización, los autobuses, la seguridad, las terminales de
autobuses, el comercio, la ausencia de perros en la calle, los mobiliarios
urbanos…
Esta es
la sensación que ya he tenido cuando he estado en San Cristóbal de las Casas en
otras ocasiones. Pero en este viaje, que ha sido por otros estados diferentes a
Chiapas, lo he corroborado y la he ampliado.
También
la vida es más barata que en Guatemala. Por mil quetzales me dieron dos mil
cien pesos. Pero además los productos están más bajos. Y eso se nota.
La idea
era salir, en esta ocasión que debía estar más días que un simple fin de
semana, a conocer otros sitios de México y que me fuera accesible. Los estados
que lindan con Guatemala eran los que más posibilidades tenían en mi elección.
Quintana Roo y Yucatán me atraían. El primero por Playa del Carmen y el segundo
porque estaba la ciudad que quería, debía visitar como explicaré más abajo. A
este recorrido, y porque Mateo debía ir allí por asuntos de su trabajo, uní
Cancún.
Pero el lugar donde pensaba ir a pasar más tiempo era Playa del
Carmen.
Miguel Eduardo
Había otro motivo para esta elección. Ir a un lugar desconocido y
sólo tenía como atractivo que allí vive alguien a quien conocía. Él podía
ayudarme a conocer la ciudad y ayudarme en la elección del hotel para que este
fuera céntrico y no muy caro. Allí estaba Miguel Eduardo al que había conocido
en la Casa Miller el primer año que estaba en Huehue. El contacto a través de
Facebook me había despertado el interés de ir a conocer el sitio donde trabaja
en la restauración como cajero de un restaurante.
Su historia es muy ejemplar. Cuando terminó de estudiar Perito
Contador en La Salle, tenía que trabajar y se vino a Playa del Carmen. Su padre
había pedido un préstamo para que el pudiera trabajar. Y ahora, una vez acabado
de estudiar y con muy buenas notas, tenía que devolver el préstamo. Aquí lleva casi
dos años. Ya ha podido hacerlo. Y ahora sigue para no tener que pedir nuevos
préstamos para que puedan terminar de estudiar básico, la ESO, dos de sus
hermanos. Para la mitad del próximo año piensa que ya habrá conseguido sus
propósitos y piensa volver a Huehue y seguir estudiando, además de trabajar, en
la universidad. Creo que es para quitarse el sombrero ante este tipo de jóvenes
que tienen claro sus objetivos, y que los consiguen a costa de no vivir su
juventud como tantos otros del primer mundo. Y no es el único.
Me daba las gracias por haberle hecho posible vivir unos días,
para él, extraordinarios, entre ellos el conocer la isla de Cozumel, que está
al frente de Playa del Carmen.
Playa del Carmen
He estado muy feliz en este lugar. Es una playa muy conocida y de
alto nivel. En algunos momentos creía estar en unas de las playas de la Costa
del Sol o del sur de Gran Canarias.La limpieza y la seguridad muy buena. Bastantes locales y centros
de distracción así como grandes centros comerciales.
La playa es impresionante
larga y limpia, con acceso fácil a lugares prácticamente vacíos de turistas. Sus aguas, tibias y transparentes , son el hogar perfecto para delfines y tortugas. También es verdad que llevaba a alguien que conocía el lugar.
Pasear por la quinta avenida era un verdadero placer. Había centros comerciales
de todo tipo y un gran ambiente. Es la última calle paralela a la costa.
Enfrente de Playa del Carmen se encuentra la isla de Cozumel. Es
grandecita y va paralela a la costa. Algo que fue un acierto es alquilar una
moto vespa. Con nuestros cascos nos dispusimos a conocerla. Hay un circuito que
casi le da la vuelta a la misma. Se observa que está todo totalmente dirigido a
los turistas. Los ferris, la estación marítima, los medios de locomoción, los
restaurantes y locales de venta de recuerdos…
Ya nos habían indicado dónde podíamos almorzar. Y menos mal que
les hicimos caso. En plena playa, bajo palmeras, pudimos comer unos camarones
preparados de diferentes formas: en ajillo y empanizados.
Tuve la suerte de encontrar un hotel de los que se recomienda a
los amigos. La habitación, espléndidamente decorada y provista de elementos
para poder prepararte la comida, y para no pasar calor, estaba a pie de la
piscina del mismo. Por la noche se pasaba muy bien conversando con otros
huéspedes alrededor de la piscina o cenando tomando una cerveza fresquita.
Cancún
Mateo había llegado el día anterior a Playa del Carmen. Con él fui
a Cancún pues tenía que arreglar unos asuntos en los juzgados de la ciudad.
Nuestra estancia fue de sólo un día. Por la mañana me dedique a pasear por las
grandes avenidas. Bonitas pero muy modernas y parecidas a tantas otras de otras
tantas ciudades.
Por la tarde nos fuimos en ferri a la pequeña isla de enfrente de
Cancún, la famosa Isla Mujeres. Aunque es pequeña está muy animada. Esto fue lo
mejor de nuestra estancia en esta ciudad.
Y un poquito de historia. Isla Mujeres fue
descubierta por los españoles durante una expedición comandada por Francisco
Hernández de Córdoba en el año de 1517. En tiempos prehispánicos la isla estaba
consagrada a Ixchel, diosa maya de la
Luna, el amor y la fertilidad; la cual recibía ofrendas con formas femeninas
que los creyentes depositaban en sus playas. Al llegar los conquistadores
españoles y observar las figuras, la bautizaron como Isla Mujeres.
Ya al día siguiente nos separamos. Mateo volvía a Guatemala y yo
me dirigí a Mérida de Yucatán.
A partir de ya, Cancún será sólo un aeropuerto
para acceder a Playa del Carmen.
Y Mérida
En mi partida de nacimiento aparece que mi abuelo materno nació en
Mérida de Yucatán. Cosas de las vida. Sus padres fueron a instalarse a México, allí
tuvieron un hijo, y nos les irían muy bien las cosas porque decidieron volver a
España. De paso por Cuba, tuvieron allí a otro hijo, hermano pues de mi abuelo,
llamado Álvaro.
Por este motivo en mis deseos Mérida era uno de los destinos que
quería visitar en mi vida.
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Palacio de los Montejos en el Parque Central. |
Mérida fue
fundada en 1542 por el español Francisco de Montejo el Mozo y cien
familias españolas. Esta ciudad fue construida sobre las ruinas de la población
maya T'Ho',
ya abandonada a la llegada de los españoles, en el siglo XVI. Cuando los
soldados españoles entraron a T'Hó, en 1541, apenas había 200 casas de palma
ocupadas por aproximadamente un millar de indígenas mal nutridos, junto a
colosales ruinas y restos de edificios sorprendentes y bellos que coronaban
agrestes cerros cubiertos de añeja arboleda.
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Edificios del Parque Central de Mérida |
La ciudad fue
bautizada con ese nombre por la Mérida española, lugar de
procedencia de algunos de los conquistadores, precisamente porque las
edificaciones halladas en la ciudad maya abandonada les hicieron recordar las
ruinas romanas de Emérita Augusta. Las piedras cortadas y labradas
de la ciudad maya fueron utilizadas por los europeos para construir los
edificios de la nueva ciudad.
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Fachada principal de la Catedral |
Es una ciudad grande y sin grandes edificios, casi todos de planta
baja y un piso. Tiene bonitos edificios: palacios, iglesias, museos, casas… con
impresionantes portadas. En el parque central se encuentra la solemne catedral,
los edificios de gobierno municipal y estatal y el palacio de los Montejos,
conquistadores de la ciudad. En la parte nueva hay palacetes de estilo francés.
Me dediqué a lo que había venido. El día de la llegada fui a localizar
los lugares donde pretendía ir al día siguiente: archivo de la diócesis,
registro civil y consulado de España. Y eso hice. Bien temprano ya estaba en el
registro civil dónde me indican dónde se encontraba el archivo histórico
estatal. En el registro eclesiástico también me dijeron el lugar dónde me tenía
que dirigir. Y en consulado de España me dijeron que los archivos se
encontraban en el Consulado General de la capital.
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En el Archivo Histórico del estado de Yucatán. |
Aunque me costó un poco localizarlo en el archivo histórico
general me dieron todas las facilidades para buscar el acta de nacimiento de mi
abuelo. Lo tenían todo digitalizado y consistía en busca libro por libro la
misma. No era fácil porque la fecha de nacimiento no estaba clara: podía ser
1890 o 1893. Después tuvimos otra de 1891. Por más que lo intentamos no fue
posible encontrar la partida de nacimiento. Tuve acceso a un documento judicial
que no se puede asegurar que se refiriera a mi bisabuelo.
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Exterior del Convento de Conkal |
Después de dos horas, me dirijo en taxi a Conkal, localidad
situada a dieciocho kilómetros de Mérida donde se encuentra el archivo
diocesano. Al no saber el año, ni tampoco la iglesia dónde pudo ser bautizado,
y por la hora de mi llegada próxima a la de cerrar el archivo, me indicaron una
página web dónde podía localizar las actas de registro de bautismo. Lo busqué
en los libros de 1890 de la Catedral y de otra parroquia y no encontré nada. A
ver si con tiempo me dedico a buscarlo en las otras parroquias de aquel tiempo
de Mérida y en otros años.
Además de esta tarea estar en Mérida me gustó a pesar de estar
sólo, situación que evito en mis viajes. Pero no tuve nunca sensación de
inseguridad en mi paseo de ida y vuelta por la tarde-noche desde el centro,
dónde estaba el hotel, hasta dónde se encontraba el consulado español.
Y un detalle culinario: en una de las comidas me ofrecieron “Pollo
al pibil”. ¡Algo excepcional! Estaba envuelto en hojas de plátano y el pollo
estaba con una salsa-crema que tenía, entre otros ingredientes, cebolla y pimientos.
Y a las ocho menos veinte de la noche del segundo día de mi
estancia en Mérida tomé el autobús hacia San Cristóbal de las Casas, ya que se
habían levantado los controles de los maestros que habían llegado a un
preacuerdo con el gobierno, donde llegué sobre la una del mediodía del día
siguiente.
Algo cansado, pero muy contento, a las siete y media de la tarde
estaba en Ixmucané. Toni me dijo que Celia, que acababa de llegar de España, y
Pepi, se habían marchado hasta el domingo a la Playa; y que en Ixmucané sólo
estaban tres chicas, pues las demás seguían con las vacaciones de las Fiestas
julias de Huehuetenango. Fiestas de las que escribiré en mi próxima crónica.
¡Hasta
la próxima, primero Dios!