El mes pasado, el siete de noviembre, tuve una de las actividades que normalmente realizo al llegar las primeras lluvias: recoger setas en el campo de mis amigos José Antonio y Dolores. Esta es toda una experta en ellas. Ya hace tiempo que no subo crónicas. Es verdad que he estado muy ocupado y que para escribir hay que tenerlo y sobre toda ganas de hacerlas.
En esta época se recogen los llamados por ella "hongos" o "champiñones silvestre". Una vez que se reconocen hay que ver estén "frescos". Para ello hay que mirar el himenio (laminillas) y recoger aquellas que las tengan marrones y no negras. Hay otras que no se suelen recoger. estar acompañado por alguien que entienda es fundamental para realizar esto.
Por la tarde nos fuimos a "Angostura", una dehesa propiedad de ellos que se encuentra a unos seis kilómetros de San Nicolas del Puerto. Simplemente estar paseando por medio de la sierra es ya todo un lujo. Está llena de encinas y en ella pastan, en total libertad, ovejas y cerdos ibéricos. Fui testigo de ver a corderitos recién nacidos. También algo insólito para mí y muy bello.
Íbamos en el coche recorriendo los lugares dónde según sus experiencias hay posibilidad que hubieran. Nos habíamos aprovisionados de unas pequeñas navajas y una cesta donde ir poniéndola. La cesta propicia que se posibilite la caída de las esporas al suelo, lo que no sucedería si utilizáramos bolsas de plástico. Se corta por el estipe (tallo), lo más cercano a la tierra. Nunca se arrancan, se tira de ellas.
Tras una hora u hora media pudimos rellenar de hongos las dos cestas. La ilusión que me provoca ir a cogerlas es muy grande. Estar paseando entre encinas, con la buena tarde que hacía, recogiendo este manjar y estando con los amigos es algo gratificante.
Y ahí no terminaba el día. Inmediatamente hay que prepararlas para poder conservarlas. Se limpia el píleo, retirando la piel exterior, se lavan bajo el grifo retirando la tierra y se cortan. Después en la sartén con ajos y opcionalmente con pimentón dulce, guindillas y vino blanco se refríen en aceite de oliva.
Y se procede a conservarla en recipientes en el congelador. Realmente una receta sabrosa tanto solas como con huevos o arroz.
Esta es una de las actividades que realizo en estos meses de estar más tiempo en casa. A ver si es posible que sigan las lluvias y podamos ir a otra vez.
¡Hasta la próxima, primero Dios!
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