Con la llegada del mes de noviembre aparecen los frutos propios de este mes en la Sierra Norte de Sevilla. Son varios y de diferentes tipos. Algunos son consumidos tal cual. Otros sufren alguna transformación. Estos dan la posibilidad de que cada persona pueda darle un estilo propio. Para mí es un entretenimiento que me guta.
Excepto las bellotas que dan encinas y alcornoques, que por ahora se utilizan preferentemente para la alimentación de cerdos, y no se aprovecha para la alimentación humana, hay una gran cantidad de ellos.
Los cerdos de pata negra, cerdos ibéricos. corretean por las dehesas en libertad, los conocidos como de montanera. La montanera es normalmente la última fase de la cría del cerdo ibérico y consiste en dejar pastar al cerdo en la dehesa, donde se produce el engorde tradicional, entre bosques de alcornoques y encinas, siendo su fruto, la bellota, el alimento fundamental antes del sacrificio. Aquí en nuestro entorno es normal que una vez destetados estén en las dehesas.
Las setas llamadas faisanes
La población de la Sierra Norte de Sevilla espera las lluvias para que aparezcan «los faisanes» unas setas de características parecidas a los Boletus que se preparan fritas con ajos y guindilla aunque también se pueden freír unos pimientos.
En la finca que está por encima de mi casa, bajo las encinas, pueden crecer en su momento unos hermosos faisanes. Mi vecino Antonio me los ofrece lo mismo al natural que ya guisados. Realmente es una delicia al paladar.
Los membrillos
Es una fruta que se da también en este terreno. En mi patio tengo uno. Mi desconocimiento del momento y del modo de la poda hizo que el que había estado presente en él desde que compré la casa se perdiera. Y el nuevo aún no tiene la edad de dar frutos por lo que he tenido que comprarlos este año.

Su realización es bastante sencilla. La misma cantidad de azúcar y del fruto, y cocerlos una vez limpios. Batirlos y ponerlo en los recipientes.
Si se quiere se le puede añadir, antes de cocerlos, tanto nueces como piñones. Y una vez cocido algún vino dulce o anís de guinda. Depende de los gustos. En la variación se encuentra.
Licor de Madroños
También un fruto propio de aquí, el madroño. Y también tengo un árbol de madroño en el patio de mi casa. Son tan delicados por cierto, que no se han prestado para su cultivo y comercialización masivos, por eso los disfrutamos sobre todo en las salidas al campo.
Aquí hay muchos árboles de madroños en el monumento natural del Cerro del Hierro. De allí son los que yo uso para hacer el licor.
Ponerlos en un bote de cristal con anís, aguardiente, semiseco con una rama de canela. Y esperar unos seis meses para consumirlo. Una copita de licor de madroño en verano con unos hielos es un sabor especial.
¡Hasta la próxima, primero Dios!
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En tiempo de reducción de los encuentros entre la familia y los amigos hay que intentar relacionarse en pequeños grupos. |
mmm
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