domingo, 9 de diciembre de 2018

Recorriendo el Misisipi 3º

De San Luis a Chicago
Juan es uno de mis amigos con los que he estado en mi visita a EEUU. Amigo de Guatemala, lo conocí, como a Enrique, en la Casa Miller de Huehuetenango. Lleva aquí dos años. Él dice que le quedan otros tantos. Está trabajando para pagar la construcción de la casa de sus padres en su pueblo de Huehuetenango. Más tarde construirá su casa para él y su esposa.


En Vandalia pude cocina en la casa de Juan 
hacer la cena a él y a sus amigos. 
Vive en uno de los moteles, tan vistos en las películas americanas, con su hermano pequeño. Juan Carlos, y un paisano suyo, Pascual. Como siempre las amistades es un referente para todos los que van a países diferentes al suyo. Es una buena ocasión para facilitar la llegada y encontrar trabajo. Allí tuve la oportunidad, mientras ellos trabajaban, de preparar una cena típica española. 

Me tocó un poco de mal tiempo. Así amaneció un día.














Vandalia, curioso nombre, es la ciudad en la que vive Juan. Fue capital del Estado de Illinois, hacia principio del siglo XIX, del 1819 al 1839. 
Es un pueblo pequeño, unos 6.000 habitantes, tranquilo, con casas individuales y bajas rodeadas de jardín. Conserva, como principal monumento, el edificio del capitolio de aquellos años. En Vandalia ocupó escaño el futuro presidente Lincoln. En ella trabajó de abogado.
El edificio del Capitolio cuando Vandalia era capital de Illinois.

En este pueblecito estuve uno cinco días. Dos días fui a Chicago con Juan.

Chicago es la tercera ciudad de Estados Unidos. Se encuentra al norte del Estado. Tuvimos que hacer unas cinco horas para llegar. No tuvimos problemas para encontrar el hotel, ni circular por sus calles. El GPS nos llevaba allí donde queríamos ir. 
Chicago no tiene un centro histórico antiguo porque sufrió un gran incendio en el siglo 1871. Bueno su antigüedad era de 1833, cuando fue fundada. Gran parte de los edificios de la ciudad, que estaban construidos con mucha madera, desaparecieron. Este incendio favoreció después que se hiciera una ciudad más programada y con materiales que no favorecieran estos incendios. Por ello la ciudad es como la parte nueva de cualquier ciudad del mundo desarrolado: Grandes avenidas, edificios gigantes y parques. 

Nos llamó la atención el lago Míchigan en cuyo margen se encuentra la ciudad. Es muy extenso: 58.000 km, casi dos tercios de la de Andalucía. Parecía que estuviéramos frente al mar. Estuvimos en sus playas con un frío inmenso. Al día siguiente nevaría.
Entre sus edificio vimos el "Wrigley Building". El edificio fue diseñado por la firma arquitectónica de Graham, Anderson, Probst & White con la forma de la Giralda de la Catedral de Sevilla combinada con elementos renacentistas franceses.
No deja de ser algo curioso en lo que se refiere a utilizar como modelos para construcciones modernas monumentos  antiguos y con funciones totalmente distintas. 
En Chicago buscamos dónde podíamos escuchar la música propia de la ciudad: el Blues. Fuimos por la noche a un club que se anunciaba cómo el lugar ideal para hacerlo.  El lugar, el ambiente, la música, los cantantes... todo nos encantó. Pero a las músicas que he escuchado en este recorrido ascendente del Misisipi tendrá su lugar en este blog próximamente.


Interesante ante para mí, fue contemplar las grandes extensiones de tierra cultivadas que cruzamos en nuestro camino de ida y vuelta. Los graneros, que conocía por las películas, me llamaban la atención. Y están tal cual aparecen en éstas. Algunos también casi destruidos.

Fue una gran alegría conocer esta zona de EEUU y más estar estos días con Juan un hombre formal y sensato y a la vez divertido y simpático como nadie. Su amistad es para mí de una satisfacción.
¡Hasta la próxima, primera Dios!




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