En Xela
Procuré en este viaje estar
más días en Guatemala. Pero las dos semanas que estuve en EEUU no me
permitieron más que tres semanas. Es mucho tiempo estar cuarenta días fuera de
mi casa. Y eso que tenía amigos que me regaban las macetas y cuidaran de ella.
Además aproveché mi ausencia para que hicieran alguna obra en la parte de arriba de la
misma. Y así fue.
Y en esos días, programados
desde antes con cada una de las personas con los que iba a estar, puede hacer
“casi” todo lo que quería hacer. Por tener esos días no fui a Huehuetenango por
lo que dejé de ver a gente muy cercana a mí.
Eso sí algunos pudieron venir a
verme a la ciudad base de mi estancia, Quezaltenango, como Manolo Sanz o como mis amigos Julio Cesar o Setphan. Y a otros, Emili, Ernesto y Hellen, los encontré tando en Xela como en la misma capital por coincidir que estaban viajando a ella. Una familia, guatemalteca-dominicana, que siempre encuentro muy cercana a mí ya la que quiero muchísimo.
Fuentes Georginas
Las Fuentes Georginas tienen
una larga trayectoria en el país como centro de descanso y recreación. Como su
nombre indica son varias fuentes de aguas termales que provienen del volcán
Zunil. El lugar, metido en el interior de una zona montañosa, fue descubierto
en 1902 por personas que trabajaban la tierra. Las fuentes se crearon cuando en
ese año se originó el volcán Santiguito.
La región de Quezaltenango es
un lugar templado por el día y frío por la noche y la mañana. La sensación de encontrarse
entre nubes, neblina, tomando un relajante baño en estas aguas termales es
magnífica. El balneario cuenta con siete piscinas de aguas termales.
Estas instalaciones cuentas
además con nueve cabañas que se pueden alquilar y pernoctaren ellas. Cada
cabaña, además de lo normal en una habitación de hotel, cuenta en su interior con
una pileta para dos personas donde llegan las aguas termales.
Me acompañó en esta ocasión Estuardo, un joven que es de un dinamismo increíble. Constantemente esta buscando y trabajando por tener un futuro mejor. Profesor en varios institutos de su localidad, es también alumno de la Universidad, tiene un local de internet y un despacho de contabilidad. Este año dice que quiere emprender otra carrera. Y aún creo que me dejo algo en el tintero. Es un gran conversador y, aunque no tenemos un trato muy continuo, es un excelente amigo y muy divertido. Yo le suelo decir que el futuro es suyo. Espero que nunca deje de soñar.

En los dos días que estuvo conmigo, lo pasamos realmente bien, aunque hacer fuego en la chimenea se nos resistió toda la noche. Y eso que Estuardo está acostumbrado a prenderlo en su casa.
Estas fuentes son un lugar señalado en mis visitas.
¡Hasta la próxima, primero Dios!
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Pasaje Enrique, lugar de encuentro en Xela |
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