Mi estancia en Xela, Quezaltenango, la reduje a dos días. Estuve con dos amigos que tengo allí Rafael y Samuel. Con Rafael estuve en el restaurante de Samuel. Ya hemos quedado en vernos cuando éste cuando vaya a su tierra natal, El Puerto de Santa María, en los tres próximo meses. Con Rafael es posible que me vuelva a ver a la vuelta de la playa.
También, en el hotel, conocí a Juan y Elby de El Salvador. Quizás sean los que en el futuro me hagan decidir a conocer ese país. Me encuentro muy bien el hotel donde me alojo.
Después me encaminé hacia Huehue. Este viaje es especial. Lo realizo en las buses llamados de parrilla, porque arriba del bus tiene una parrilla donde se atan grandes bultos que llevan personas que viajan o que mandan como portes a la ciudad. Dentro también tienen unas parrillas por encima de los asientos donde se colocan las maletas y mochilas.
El autobús tiene vida propia. En el viaje se da una representación de la Guatemala más autentica. Durante el camino, que dura dos horas y media para unos sesenta kilómetros, van subiendo y bajando personas. Unas viven en las localidades por donde pasa el bus. Yo noté en estos momentos jóvenes, vestidos con uniformes, que iban a las escuelas donde se puede puede estudiar básico diversificado. En especial lo note cuando se bajaron en Malacatancito donde se pueden cursas estos estudios. Pero lo más divertido es las personas que entran y no van a hacer el viaje.
Entran vendedores de frutas peladas y metidas en un plástico, de dulces, de pollo frito, de tamales, de caramelos, de bebidas, de frutos secos...
También hay quienes venden medicinas que lo curan todo, desde el mal olor de boca hasta las piedras de los riñones. Escucharlos es muy divertido. conocen todas las enfermedades a las que puede curar el producto.
Suben personas sordas que te dejan un papelEs ito en tus rodillas para que después les de dinero. Personas con sus manos o brazos mutilados para pedir lo mismo.
Otro tipo de personas son los predicadores de las distintas "iglesias" evangélicas.. Estos son, con perdón, un autentico "coñazo". Hablan y hablan de lo divino y de lo humano. Son auténticos profesionales de la biblia. Repiten versículos añadiendo el libro, capítulo donde están escritos. Sueles ser textos del Antiguo Testamento y tienen un enfoque dirigido hacia la naturaleza pecaminosa propio de una fe individualista y opresora. Esto no me resulta nada divertido. Al final pasan por el pasillo pidiendo una limosna.
Ya dije que se tarda dos horas y media para unos sesenta kilómetros. El motivo de ese tiempo es en principio las múltiples paradas que debe hacer en el recorrido, pero en realidad se debe al estado del asfalto y la orografía por donde discurre. El camino pasa por medio de la montaña y por lo tanto con numerosas curvas, que con la gran cantidad que grandes camines que circulan por la misma, impiden adelantar. Y sobre el estado del asfalto es mejor no hablar. Desde que llegué en el 2013 hay un hundimiento en la misma que tras once años no han arreglado. Esto es Guatemala pura.
Tras llegar a la Terminal de Huehue almorcé en el restaurante de Giovanni y Angélica que me recibieron llamándome por mi nombre. Es muy agradable sentirse recordado por los otros. Tras un caldo de gallina me dirigí en taxi al hotel donde me quedo siempre en Huehue. También recibido por las recepcionista por mi nombre.
¡Hasta la próxima, primero Dios!
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