A Guatemala se le llama cariñosamente "El país de la eterna primavera". Es un denominación acertada, pero a mi juicio se queda corta. Es un país precioso. Y para muestra estas fotos realizadas por mí en mi última visita al mes de haber llegado de él.
He querido mostrar algo de la diversidad de ese hermoso país. No se verá que, a pesar de ello, está condenado a estar en la cola de los índices básicos de desarrollo en materia de educación, sanidad, comunicaciones, democracia, seguridad, igualdad..., porque es dirigido por una pequeña parte de la población que tiene en su mano los destinos del país que dirigen la economía, los tres poderes clásicos, las fuerzas de seguridad...
El conjunto de la población, más de dos tercio de ella indígena, la considero una de la mayor riqueza de Guatemala. La parte de ella que conocí me han marcado para siempre.
¡Hasta la próxima, primero Dios!
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