La cena de amigos de San Nicolás |
Mi experiencia, en esta tercera etapa, y creo que lo fue siempre, es que se debe vivir cada momento como algo importante y que así se es feliz y se tiene una vida sana.
Muchas cosas he compartidos con ellos. ¡Qué grande es la amistad! |
¿Habrá algo tan inigualable que pasear tranquilamente por tu ciudad o por la orilla del mar o en plena naturaleza? ¿Se puede ser más feliz que cuando se lee un libro, se escucha música o se ve una buena película? ¿Habrá mayor alegría que estar con la familia o con los amigos? ¿Y realizando tu trabajo o tarea dando lo mejor de ti mismo?
Disfruto cuando en mi casa se realizan encuentros fraternales. |
Algo de eso
estoy viviendo ahora en mi casa de San Nicolás.
Paso los días en ella. Duermo más que cuando estaba en activo, leo, escucho música, me siento en la terraza contemplando la naturaleza, medito, preparo con verdadero placer la comida, arreglo la casa, hablo con los vecinos compartiendo con ellos los acontecimientos de la vida...
Nos vimos varias veces este mes. |
Quien no es feliz en el desarrollo de su vida diaria difícilmente será feliz en lo extraordinario. Y eso se descubre cuando se acaban las vacaciones, los encuentros y las ocasiones esperadas, cuando uno se levanta cada mañana o cuando se acaba el fin de semana. O sea cuando viene la "rutina".
Este mes de octubre que pasó tuve en casa varios encuentros con amigos que, por lo simple y sencillos que fueron, los viví como momentos únicos. Y ellos eran conscientes, y así me lo comentaron. ¡Qué bueno es no tener prisa para que se acabe lo que estamos viviendo para hacerlo plenamente y en ello ser feliz!
¡Hasta la próxima, primero Dios!
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