miércoles, 5 de abril de 2017

Los Huaoranis




 “Si ustedes permanecen fieles a mi palabra, serán verdadera-mente mis discípulos: conocerán la verdad y la verdad los hará libres”
Pueblos no contactados

Davo se "vistió" de gala, agarró las lanzas y salió de su casa para recibirnos.
Cuando me enteré de la historia de los Huaoranies y que estábamos en su territorio hice todo lo posible para que me llevaran a conocerlos. Y resulta que el jefe, Dabo, estaba a una media hora en carro de la Unidad Educativa del Milenio. 
Allí fuimos el viernes día que, por motivos de un corte de carretera, teníamos libre.
Este momento me pareció muy interesante. Él hablada con dificultad. Le dije que era español cuando conseguí entender lo que me preguntaba. Es mostró muy cercano a nosotros.
Y nos recibió muy bien, aunque después nos pediría que le diéramos veinte dólares por las fotos en la que había posado.
Dabo tiene una historia muy curiosa. Ha intervenido muy activamente en la vida de su nación desde siempre, siendo ahora el jefe de los Huaoranis.
Los huaoranis o waoranis son un pueblo que habitan al noroccidente de la Amazonía, al oriente de Ecuador. Se subdividen en distintos grupos. La población total es de unas 2461 personas. Los Huaoranis conservan su aislamiento y viven desnudos, las mujeres usan una prenda en la cintura hecha de la corteza de un árbol y el hombre usa un cordón vegetal en la cintura que aprisiona su órgano sexual.
Su lenguaje es el wao terero que se considera una lengua aislada, o lengua que no tiene relación, no está emparentada, con otra lengua hablada actualmente. Lo mismo se dice del eusquera.
Su territorio ancestral está situado entre el río Curaray y el río Napo, este afluente del Amazona. Un área de aproximadamente 30.000 kilómetros cuadrados que por siglos los huaorani han defendido de enemigos indígenas, coloniales y ecuatorianos. Hace unos años era amenazado su espacio por la explotación petrolífera y prácticas ilegales de registros de tierras por colonos venidos de otras partes del Ecuador.
En 1990 lograron el reconocimiento de su propiedad colectiva sobre una reserva indígena de 6.125 kilómetros cuadrados (la mitad de la provincia de Granada), que les permite una existencia semi-autónoma. Esta zona está rodeada por el parque nacional Yasuní y proporciona una cierta medida de protección del medio ambiente.
Los chicos viendo
las fotos que les hice.
Los Tagaeri y los Taromenane. En los últimos 40 años, un parte de los huaranis se han asentado en establecimientos permanente en comunidades, aunque su vida es de nómadas, pues no suelen utilizar la agricultura.
Algunas familias waorani, como los tagaeri y el grupo taromenane, enemigos entre ellos, han rechazado todo contacto con personas extrañas a su grupo y se mueven continuamente en áreas más aisladas, generalmente en dirección a la frontera peruana. A estos se les llama “no contactados”. Los tagaeris es un grupo minúsculo, un clan consanguíneos que han profundizado en su propia extinción.
Oficialmente se le ha reservado un espacio en la reserva Yasuní, dónde no se puede acceder.
Desde 1958 hasta 1977 la fama de ferocidad de los Tagaeri creció debido a los múltiples ataques a la naciente capital de la provincia de Orellana. En 1987 lancearon a monseñor Alejandro Labaka y la hermana Inés Arango. Este pueblo gritaban con las lanzas el deseo de permaneces viviendo libres en el que siempre su mundo: La selva.
Ante la intención de localizarlos y “civilizarlos” la organización de la Nacionalidad Huaorani de la Amazonia Ecuatoriana, son sede en Puyo, estableció: “No podemos prestarnos para que sean sometidos a la civilización del blanco, pues es el único grupo que conserva intactas nuestras tradiciones huaoranis ancestrales, que se perdieron con la evangelización del Instituto Lingüístico de Verano, entre 1957 y 1967”
Algunos de estos chicos van a la Unidad Educativa dónde estamos.
¿Cómo se sentirán encerrados entre cuatro paredes todas las mañanas?
El objetivo del ILV estuvo directamente vinculado al de las empresas petroleras estadounidenses, que incluía la “pacificación” y la “sedentarización” de este grupo, para permitir las labores de exploración y explotación petrolera, lo que dio paso a la aculturación del pueblo huaorani.
Este interés evangélico sucedió tras el asesinato de cinco misioneros protestantes en 1956, por personas de este pueblo, en lo que se ha llamado la operación Auca. Los quechuas llamaban a los huaoranis, peyorativamente, awqa o auka. Para saber más:
Los tagaeris han demostrado su rechazo no solo con la sociedad blanca, sino también con los demás indígenas, con quienes mantienen un estado de guerra, como suedió en noviembre del 2000, cuando mataron a dos Kichwas.
En 1992, trabajadores dedicados a la explotación petrolera en el Parque Nacional Yasuní tuvieron enfrentamiento con otro grupo Huaorani no contactado y desconocido hasta entonces: los Taromenane.

En 1993, algunos Huaoranis de Tiguino, ingresaron al territorio Tagaeri y raptaron a una joven mujer llamada Omatuki, quien habló de los tagaeri y sus posibles relaciones con Taromenane. Este grupo habría dominado a los tagaeri. Según algunos huaoranis existirían otros grupos más que no han sido contactados, y que vivirían selva adentro. ¡Todo esto en el siglo XXI!

Parque Yasuni

El Parque nacional Yasuní es un parque nacional ecuatorianos que se extiende sobre un área de 9,820 kilómetros cuadrados a unos 300 kilómetros al este de Quito. El parque, fundamentalmente selvático, fue designado por la Unesco como una reserva de la biosfera y es parte del territorio donde se encuentra ubicada la nación huaorani.
Yasuní es una de las zonas de la Tierra más biodiversas, los estudios hablan de 150 especies de anfibios, 121 de reptiles, 598 especies de ave, entre 169 confirmadas y 204 estimadas de mamíferos. Y en flora se han identificado 2113 especies y se estima que existirán alrededor de 3100.

Unidad Educativa del Milenio Yasuní
Llegar a una Unidad Educativa, en plena selva, te impacta. La belleza está por todo lado. La Naturaleza te abraza.
Como siempre, las instalaciones muy bien. Esta era la residencia escolar.
Las Unidades Educativas del Milenio, razón de mis viajes, son más o menos iguales en su concepción. Esta de Yasuní tiene, como la anterior de Playas de Cuyabemo, residencia estudiantil. En esa residencia nos quedamos seis días. Unos cuarenta chicos y chicas viven en ella. Aquí hay algunos chicos de nivel educativos más pequeños.
Llegamos el domingo 12 de marzo a la Comunidad Santa Elena en el Pindo. Necesitamos dos días para cambiarnos de provincia y llegar al nuevo destino. Con dos paradas Nueva Loja capital del Cantón Lago Agrio y de la provincia de Sucumbíos y Francisco de Orellana capital de la provincia de Orellana.
Los estudiantes se muestran muy interesado por conocer
quienes somos. La llegada de visitantes les despierta
curiosidad. Eso nos permite también conocerlos
y acercarnos a su entorno.

Nos fuimos el día 21 de marzo para cumplir el principio de estar siete días lectivos en cada unidad educativa. El parecido de ambas es que estaban en reservas naturales y al este del país. La diferencia que para llegar a la primera había hacer siete horas de transportes, sin contar la espera entre unos y otros, desde la capital y para la segunda en dos horas, una de ella por camino de tierra, se llegaba a la unidad. Y eso es algo a tener en cuenta.
La unidad sólo tiene clases matutinas y está rodeada de la selva.
En la Unidad Educativa había un grupo de teatro y otro
de danza. Este último nos ofrecieron dos bailes típicos
y nos regalaron una lanza. Precioso recuerdo.
Nos recibieron muy bien.  Los chicos, sobre todo los de la residencia, muy cercanos a nosotros, nos hicieron el último día todo un espectáculo de danzas y canciones. Fue un magnífico gesto. El regalo que nos hicieron de unas flechas lo valoramos mucho.
Que en plena selva haya un centro educativo con esas infraestructuras es increíble. Aunque tiene la dificultad de la lejanía para los docentes.

 Fiesta en la selva
Junto a Luis llegando al lugar de la fiesta.
El fin de semana del 18 y 19 de marzo lo pasamos en Yasuní. El domingo nos invitaron a participar en la fiesta de una comunidad vecina a la nuestra. Se encuentra a una hora por caminos abiertos en la selva y mantenido por las compañías petrolíferas pues paralelos a ellos van las conducciones del petróleo.
La capilla católica del lugar. Una sencilla y simpática construcción.
Allí fuimos con amigos de la comunidad donde vivíamos. Allí se juntaron bastantes comunidades de los alrededores. Celebraban el aniversario de la creación de la misma.
La preocupación de los que vivían en la comunidad por hacernos la estancia agradable nos llenó de gozo.
Me resultó interesante ese ambiente de encuentro, sobre todo deportivo, entre gente de distintos lugares, pero que van para darle mayor importancia a esas fiestas. Fue curioso el campeonato de futbol femenino que presenciamos.
Además de la presencia en la fiesta fueron muy interesante las relaciones que establecimos con los habitantes de la comunidad en la que está la Unidad Educativa. La Amazonía ecuatoriana, ¡un lugar para volver!
 
  “Hasta la próxima, primero Dios”

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