El sábado estuve en el bautismo de Gracia en la Parroquia de Santa María de Carmona. Ese nombre este pueblo es muy normal, ya que la Virgen de Gracia es la patrona, y el bautismo se celebró delante de esta imagen que estaba en su novena anual. Por cierto la parroquia de Santa María es imponente. Tuve la oportunidad de verla antes de la celebración del bautismo. .
Edificada en distintas fases entre los siglos XV y XIX. Es de estilo tardo-gótico andaluz. El templo tiene una planta rectangular. Tiene tres naves. En las naves laterales hay entradas a capillas. En un lateral se conserva el Patio de los Naranjos, que fue el patio de abluciones de la antigua mezquita mayor de la ciudad. Carmona, ciudad histórica y monumental, bien merece una visita.
El interior contempla un gran planta de salón formada por tres naves y capillas laterales. Destacan las bóveda de nervadura de las naves, de carácter estrellado en la cabecera y sexpartito en los pies del templo. La estructura de las nervaduras del cimborrio en la nave central, presenta mayor complejidad y se encuentra decorada con medallones que representan ángeles en las claves de los arcos. Sus columnas son el resultado de la unión del conjunto de nervaduras.


El tiempo ha pasado y puedo decir que algunos de mis alumnos hoy son buenos y queridísimos amigos. Me gané su respeto cuando los traté con cariño y consideración, cuando les enseñé con rigor y los evalué de manera exigente. Siempre quedó claro que estaba ahí para acompañarlos y que les exigía para que desarrollaran todo su potencial.
Pero todo esto se puede pensar desde otro ángulo. Nuestro trabajo como docentes es enseñar, promover y acompañar los aprendizajes. Ya no sirve el modelo decimonónico del docente que daba clases magistrales y al que había que rendirle pleitesía. Hoy los estudiantes pueden conseguir toda la información que quieran en libros y la Web, entonces el docente es quien explica y propone actividades para asimilar saberes y desarrollar habilidades. Así las cosas ¿Qué tiene de malo hacerse amigo?
Claro, algunos dirán: si somos amigos le tendré que aceptar descompromisos en el aula; vaya, hasta tendré que aprobarle incluso si no estudia. Tener una relación cercana con lo alumnos no significa que pierdas tus papales y mantengas tu misión y tu lugar. De no hacerlo, puede ser una forma nociva de ver la amistad.


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