Este pasado fin de semana ya estuve en casa. Tanto el sábado como el domingo, recibí visita de amigos. Con estos dos grupo he tenido una relación muy cercana compartiendo parte de mi vida personal con ellos. Y a veces con una gran profundidad. Por ello son unos amigos muy especiales. Nos conocemos muy bien. Y con ellos mantengo una relación periódica. No hace falta verse cada semana para considerarnos amigos.
He pensado mucho en que continuamente estoy rodeados de amigos, de aquí y de allá. De mi pueblo o de Conchinchina. Por eso me he planteado diversas preguntas: ¿Es esto normal?¿Necesito estar en contacto con mis amigos? ¿Qué me aporta encontrarme con ellos? Fui investigando sobre ello y encontré un articulo realizado por el personal de Mayo Clinic que me aportó respuesta a estas preguntas. Yo las he replanteado desde mi experiencia.
Las amistades me aporta bienestar que repercuten en mis sentimiento, en mis opciones y en mi salud mental y física. No se me hace difícil hacerlas. Y las hago continuamente. Tengo amistades desde hace más de cuarenta años y otras recientes. Tampoco se me hace difícil mantenerlas.
Creo que los buenos amigos son buenos para mi salud. Los amigos pueden ayudarme a celebrar los buenos momentos y apoyarme en los malos. Los amigos pueden prevenir el aislamiento y la soledad y ofrecerme compañía si la necesito. Los amigos también aumentan la sensación de que formo parte de un grupo, o dicho de otra manera sentimiento de pertenencia, me dan felicidad, mejoran la confianza en mi mismo y mi autoestima. Por ello invierto mucho en mantenerlas y mantengo una actitud positiva ante nuevas personas. Recuerdo el lema de uno de los Encuentros por la Paz que realizábamos en mi Instituto: "El desconocido puede ser tu amigo". De hecho mi forma de ser es de acoger a aquellos que no conozco, sobre todo los que me presentan mis amigos. Soy consciente que formar y mantener amistades saludables implica dar y recibir. Algunas veces soy yo quien da apoyo, y otras veces soy quien lo recibe. Hacer saber a mis amigos que me importan y que los aprecio ayuda a fortalecer el vínculo. Es tan importante que yo sea un buen amigo, como que me rodee de buenos amigos.
La inversión realizada vale la pena por el placer y el confort que la amistad ofrece. Esta inversión puede ser de disponibilidad, de viajar a aquellos lugar donde los tengo, de ofrecer mi casa para los encuentros, invitación a aquellos que viven lejos para que utilicen mi casa, ofrecer los medios de los que dispongo. En fin lo que sé es que ¡Soy feliz con ellos!
!Hasta la próxima, primero Dios!
Añadido unos días posteriores. Otras ocasiones en la que en esta misma semana he podido compartir mi vida con otros grupos de amigos: El viernes fue con amigos de San Nicolás. Nos reunimos una vez por trimestre para cenar o almorzar en mi casa. Esta ocasión fue por la despedida del verano.
Y el sábado fue un pequeño viaje a Zafra, localidad de la región cercana de Extremadura, con ocasión de la conocida Feria de Ganado.
Tras una vuelta por la misma nos dirigimos al centro de la ciudad. Me encantó. Prometo volver. A ella fui con vecinos de San Nicolás y Alanís. El grupo en el que participo llamado Amigos del Loli fue con el que compartí el almuerzo en la Plaza Mayor de Zafra.