Me llamó mi hermano Carlos para ir a coger aceitunas a su casa de Utrera de unos olivos que estaban cargados de frutos. La especialidad de las mismas eran manzanillas y picuas (su nombre más extendido es picual).
O sea que he realizado todo el círculo de la producción: el verdeo, la selección de las aceitunas, la preparación de las mismas y envasarla para regalarlas o comérmelas. En este momento me queda sólo medio bote.
La hice al estilo que le llaman en "cautica" ya que se utiliza la sosa cautica para su curación. Es un poco delicado utilizar este producto pero, siguiendo los pasos establecidos, se acelera el proceso y es más cómodo, pues no necesita tanta dedicación como otras formas de preparación.
La otra producción que he realizado durante el mes pasado y éste es el licor de limón. Los limones me fueron dado generosamente por mis vecinos José y Gloria de su casa de Alanís y eran bastantes y de muy buen porte.
Los pelé, los metí en un frasco y le eché el azúcar necesario. A los tres días ya estaba el almíbar del limón. Saqué los restos de los gajos y los herví con agua. Al final ésta la agregué al frasco, lo que suponía dos tercios del mismo. El resto lo rellené con ron blanco y ahí está esperando ser consumido.
Y de mi propia producción tengo reservados unos membrillos. De ellos quiero hacer tres productos: carne de membrillo, mistela y otra licor de membrillo. La más trabajosa es la primera. La mistela se hace con anís y el licor con ron.
Así aprovecharé la cantidad de membrillos que ha producido el árbol. El año pasado dio solamente tres. Este año ha sido generoso. El cuidado realizado ha dado sus frutos.
Aunque comenzaré la semana próxima ya que esté se prevé que estaré ocupado con la preparación de la celebración de mi cumpleaños.
¡Hasta la próxima, primero Dios!