jueves, 26 de enero de 2023

Marcharse

El domingo pasado, en el que la Iglesia celebraba "La palabra de Dios", el Papa Francisco en el Ángelus, manifestar que habría dejar atrás y renunciar a ciertas cosas para decir sí a la llamada de Jesús y escuchar lo que nos está pidiendo emprender en ese momento.

También decía que tarde o temprano se debería tomar esa decisión. La pregunta que nos deberíamos hacer es: ¿Dejo algunas certezas y emprendo una nueva aventura, o me quedo dónde estoy? 

La invitación de Jesús a sus discípulos de dejar todo y que le siguieran invita a esta reflexión al Papa: “Este pasaje del Evangelio me impactó, esa experiencia de servicio me conmovió" expresa el Pontífice, y continúa: “al igual que los primeros discípulos, tarde o temprano llega el momento en que es necesario tomar una decisión. Se trata de “un momento decisivo para todo cristiano, porque en él se juega el sentido de todo lo demás". 

El encuentro con Jesús: ¿Qué hago? ¿Dejo mi egoísmo, por ejemplo, para seguirle o permanezco en mí? Aquí es donde se juega el resto. Si uno no encuentra el valor para ponerse en camino, corre el riesgo de permanecer espectador de su propia existencia y de vivir su fe a medias”. Cuando lo leí descubrí lo importante que es el tener una mente clara para expresar aquello que uno siente.
Creo que en mi vida he tenido que "marcharme" por haber descubierto lo que se me pedía en ese momento.
He tenido la ocasión de hablar con ello con un matrimonio de Paradas. Pues de ella me marché motivado por una llamada, una invitación, realizada por una organización, a la que pertenecía y que me pedía salir de un lugar y una situación maravillosa.
También tuve que elegir, mucho antes, de no volver de mi "lugar de confort" de mi casa, de mi barrio, de mi ciudad, para irme a otra por mi opción de vida que había elegido.
Y lo mismo hice, ya más cercano en el tiempo, cuando terminada mi vida de profesor, decido saltar el muro para el otro lado, dedicando mi vida, aún con vigor, al servicio de los más necesitados. 
Y como dice Francisco, para "dejar" es correcto que empecemos "pidiendo perdón" de las cosas que no fueron buenas. Dejar esas cosas y se sigue adelante.
“Qué hermoso es dejar todo esto para experimentar, por ejemplo, el arduo pero gratificante riesgo del servicio, o dedicar tiempo a la oración para crecer en la amistad con el Señor ”.
Para Francisco, sin duda, hay que aceptar el reto de marcharse para realizar la vida y es precisamente a lo que nos invita Jesús hoy a cada uno de nosotros: "No tengáis miedo de marcharos si es para seguir a Jesús, siempre nos encontraremos aún mejor". 
Así me parece a mí. Dije que sí en estas ocasiones sin poner condiciones, e incluso sin saber las condiciones de esa decisión.
También hay que decir que "marcharse" no tiene que entenderse siempre como algo físico. Cada uno debe conocerse a sí mismo y entender de qué se tiene que alejar en su vida para ser coherente con su opción personal. 
¡Preciosas palabras del Papa!

¡Hasta la próxima, primero Dios!

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