¿Qué buen mes de julio? Me preguntan, a veces, cercanos y lejanos, sobre dónde y cuándo me voy de vacaciones. Mi respuesta es siempre no. El verano, en San Nicolás del Puerto, es para estar aquí. Digo esto siendo consciente que me fui un fin de semana a Tánger hace quince días. Pero sigo afirmando lo primero. Además siempre se dice que en vacaciones reconocemos que la mejor casa donde estar es en la nuestra.
Quedarme aquí es por muchas razones, pero sobre todo por dos: el clima en San Nicolás es excelente en estos meses y es el momento en el que vienen a verme más amigos.
Como en el resto del país este verano las temperaturas se han disparado. Ha habido varios momentos que, incluso aquí, se han superado los cuarenta grados. En dos días se alcanzaron los cuarenta y cinco. Algo muy difícil en la Sierra Norte de Sevilla. La temperatura normal en verano es de treinta y cinco. Es mucho calor. Y aunque sean altas, prefiero este tiempo. Soy friolero por definición.
Y la otra razón es que disfruto mucho recibiendo en mi casa a amigos. Y esta época de vacaciones es un momento idóneo. El que ellos sepan que estoy aquí posibilita su venida. Amigos cómo Ismael que de cinco días en Sevilla decide pasar dos días aquí con su familia. O mi querido amigo Jesús que, están de Rodríguez en su casa, viene a pasar el fin de semana conmigo. O como Carlos y Mari Carmen que de regreso de las playas de Cádiz se pasan a saludarme. Aquí coincidieron con Juanra y Vargas, ex alumnos de Alcolea del Río.
Y sin olvidarme de los dos matrimonios de mi barrio de Sevilla - Manolo y Carmen, Ángel y Tere - que cada año me alegran el verano con su visita.
Junto a ello algunas salidas de un día a invitaciones que me hacen amigos por alguna celebración, como el cumpleaños de Juan en La Campana, la estancia en El Portil con Amparo y Salvador o el almuerzo tradicional que tendré dentro de unos días en Paradas con la familia de Eli. ¡Cómo para irse de vacaciones!
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