![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgCxvYl4I_2xuEBi4hZbqhrEmar9tFfRwA9ykM0JsP8lDTKiloMpfmFPKJKWMdRTVJdFKumkve6eoeXl-ZPUq7GZDSuFTm3An3fMPvddG6hvtL4pUWtmhS2wuHqalBXkLCc_gs7eLDcZdbuxKLxzk9sAD-qHGh7VfFRPP3unSvef4xKGVJRd-F6Y8Y7_w/w640-h294/20220807_150844.jpg) |
Juan disfrutando del encuentro familiar, con la mujer de su hijo. |
Esa situación se me ha dado más de una ocasión. Alguien me advierte que soy el único que esta en una reunión familiar sin ser parte de ella. La relación con ésta en concreto no fue por una iniciativa mía sino que partió de ellos,
Yo estaba sentado en mi despacho de la parroquia. Alguien me dice que hay esperándome unas mujeres para hablar conmigo. Les invito a pasar y me encuentro con cuatro señoras que vienen a pedirme un favor. Me cuentan un incidente en una feria del pueblo de hace unos años. Por él, y por las consecuencias que tuvo, sus maridos se encuentran en la cárcel de Sevilla. Han sido condenados por la mínima pena que tiene ese delito. Y me piden que fueran a interceder por ellos para que pudieran darle permiso en la fiesta de Navidad. Ellos lo han solicitado pero piensan que si hablo con el director de la misma, pudieran darles ese permiso. Para mí es una situación nueva. No tenía precedente de cómo actuar. Pensé que podía, debía, hacerlo y les prometí que lo haría.
Me entrevisté con el director. Éste me dijo que ellos tenían un buen comportamiento. Que la pena era la mínima y que posiblemente no cumplirían ni un año en prisión. Pero no me dijo nada del permiso que solicitaban. Después fui a verlos a ellos y los conocí. Tenían el rostro como el de los trabajadores que están expuestos al sol. Eran tres hermanos y otro más. Les conté mi entrevista con el director a través de un cristal con una ventana muy estrecha, de tal modo que no los veía a todos a la vez. Me impresionó muchísimo. Eran instalaciones antiguas. Esto sucedió hace más de treinta y cinco años. Pensar que ellos quedarían dentro mientras yo salía a la calle me produjo una rara sensación. Volví al pueblo, les conté a las esposas lo que había pasado y a la espera de noticias nos despedimos.
Estoy haciendo la homilía en la misa de Navidad. Y por la puerta lateral de la iglesia empiezan a entrar personas. Mujeres, niños, hombres entran y, como son muchos, hace que los que estábamos dentro giraramos para verlos entrar. Yo, cuando ya están en la nave central los reconozco, más por las mujeres que por los hombres. Interrumpo la homilía y expreso mi alegría, diciendo: "Ahora sí que estamos todos los que han deseado estar en esta misa, sin que se lo impidiera nada ni nadie. Bienvenidos".
Voy en busca de ellos, después de la Eucaristía, y con abrazos y besos, me dan las gracias por lo que hice. Y eso se repite en cada una de las personas que saludo. Yo no hice más de lo que tenía que hacer, le digo una y otra vez.
Y al cabo de los años, estando en otra parroquia, entran en mi despacho una pareja que me dice que quiere que los case. Yo les pregunto si eran del barrio y me dicen que no. Le manifiesto que yo no caso a parejas si no son del barrio. Ella me dice: "Usted me va a casar". " ¿Y eso por qué?" le respondo. "Cuando le diga quién soy" me contesta. Ante mi asombro me dice; "Soy hija de uno de los albañiles de Paradas a los que usted hizo que vinieran a pasar la Navidad con sus familias". "Yo te caso dónde quieras y dónde sea" le digo con mucha alegría, levantándome para besarlos.
Cada año, recientemente nos reunimos la familia. Fue éste domingo pasado. ¡No soy ya un extraño a ellos, son, como con otras, parte de ellos!
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhucEQX6bZwQL82Yp77_qPtAkLxBrwhoduAePxy-aDKLhzkadJv87yDY5-oMzdg6e4dVVQwVKbT08Z1tc891vdVWQ-GECHIHn1Ybe8HFldXq_M7tU4z_WW9fS3HoiR6WQVzJ6nRtW0EmJaw20lNyA8QgmxFM5235-4KVzHj-inaXqRY8Xtc-Jr-tY7DWA/w640-h294/image%20(3).jpg)
¡Hasta la próxima, primero Dios!