Sevilla a las siete de la tarde del sábado 14 de marzo. Increíble. Obedientes. |
Una situación como la que estoy, estamos, viviendo sería impensable hace unos días. Cuando estoy escribiendo esto aún no ha salido el Presidente del Gobierno para anunciar el establecimiento definitivo del Estado de Alarma en España para intentar parar la extensión del coronavirus. Esta es la segunda vez que se declara desde la instauración de la democracia. Lo más importante de esa decisión sería el confinamiento en la casa de cada uno.
Se va a cerrar todo excepto las farmacias, las tiendas de comestibles, kioscos y las gasolineras. O sea todo lo que implique contacto con el público. Otros puestos de trabajos seguirán en funcionamiento.
Así se cierran colegios y universidades, bares, cafeterías, restaurantes, locales comerciales, lugares culturales y de ocio, parques, playas... Aquí en Sevilla se han anulados hasta las misas y no habrá procesiones durante la Semana Santa, algo que no sucedía desde 1933 en tiempo de la II República. Y se invita a todas las personas a permanecer en sus casas sin hacer ningún tipos de encuentros en las mismas.
Además se ha dado un cierto clima de miedo que ha hecho que supermercados enteros hayan quedado vacíos. Estos se vuelven a llenar durante la noche pero a su vez quedan vacíos. Un caso que extraña es la cantidad de papel higiénico que la gente acumula.
La respuesta general de la población es disminuir su presencia en la calle con las lógicas excepciones.
España
A día de hoy es el segundo país de Europa donde tiene más incidencia la enfermedad. Muchos países han prohibido, por ello, la llegada de españoles a sus países.
Las acciones para evitar la extensión de la enfermedad han sido retardada y se ha ido detrás de los acontecimientos, no impidiendo las grandes concentraciones públicas cuando ya teníamos el ejemplo de lo que estaba pasando en Italia.
Las acciones para evitar la extensión de la enfermedad han sido retardada y se ha ido detrás de los acontecimientos, no impidiendo las grandes concentraciones públicas cuando ya teníamos el ejemplo de lo que estaba pasando en Italia.
Hay lugares, pueblos y comarcas, que ya se han cerrado para que la enfermedad no se extienda. No se dejan entrar ni salir en territorios concretos. Eso pasará ahora en todo el país.
Me acuerdo que se estudia en historia lo que se hizo en Sevilla en el siglo XVII cuando la peste. Se cerraban barrios enteros, con la gente dentro, para que no se extendiera la peste a otros barrios. Aquello, cuando lo leía, me parecía increíble. Hoy esto está sucediendo. Claro que la medicina ha avanzado y no es lo mismo. En aquella peste murió el 46% de la población hispalense. El 21 de mayo de 1649 se decretó la prohibición de entrada en Madrid de personas y bienes procedentes de Sevilla. Hoy los madrileños, donde esta el foco más grande de la pandemia, intenta salir de su ciudad para trasladarse a sus segundas residencias.
Medidas que nos piden hacer
Así me vi en mi cita al hospital |
Lo que hay que potenciar es la higiene. Lavarse las manos con jabón, no besarse ni tocarse o darse la mano, mantener una distancia de un metro en los encuentros con los otros. También usar mascarillas y guantes en nuestra relaciones sociales.
Y no ir a los servicios de urgencia si no es imprescindible. Tampoco, después del Estado de Alarma, servirán las citas médicas previstas. Me libré por un día, pues ayer tuve cita con mi hematóloga. Para ello hay números telefónicos para los que se sienten mal a los que hay que llamar previamente.
Todo esto es lo que hoy estamos viviendo. Los españoles estamos enclaustrados sin poder salir de casa.
¡Hasta la próxima, primero Dios!
Animo amigo. Dios proveera y dara bendición a su pueblo solo hay q seguir teniendo fé
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