sábado, 14 de diciembre de 2019

Sur de los Grandes Lagos

Continuación de la anterior crónica

Intenté ponerme en contacto con Javier para agradecerle su labor con nosotros en mi viaje a Kansas City. Le escribí esto:

Buenas noches Sr. SEVILLA:
Soy Alfredo González de la Lastra y nos encontramos en una gasolinera.
Quisiera que leyera el último articulo de mi blog.
Si hay algo en él que deba quitar me lo dice.
Gracias. Y ya sabe por donde encontrarme.
http://laterceraetapa2.blogspot.com/
La respuesta no tardó en llegar:
Don Alfredo,
Que agradable sorpresa recibir su nota y sobre todo leer sobre nuestro breve encuentro durante la semana; me ha llenado de gusto que pequeños detalles de convivencia no pasan desapercibidos. Con frecuencia no nos damos cuenta del impacto que pueden tener nuestras acciones y pueden marcar la diferencia entre una experiencia positiva y un mal rato. Espero que su viaje continúe sin contratiempos y disfruten su paso por Missouri.
Con gusto quedo a sus ordenes por lo que se les ofrezca.
Javier Franco Sevilla
P.D. El único detalle al leer el blog es que solo llevo tres años de vivir en los EEUU. Mi infancia la pasé en México pero ahora el destino me ha llevado a vivir en varios lugares y esta última etapa, en EEUU, es aún corta.
La vida puede ser más bonita y fácil si éstas
relaciones se multiplicaran. 

Viajando por el sur de los grandes lagos. 

Me quedé con ganas de más. El año pasado, de camino a Guatemala, aproveché la ocasión que me daba el boleto de avión y, desde Atlanta, hice un viaje por las ciudades del Mississipi y una parte de los grandes Lagos. Me gustó visitar estas ciudades y unos territorios que no son especialmente turísticos en Estados Unidos, si exceptuamos la ciudad de Nueva Orleans. 
Este mes de noviembre he visitado las ciudades de Kansas City, de Cleveland, Indianápolis y ya regreso la ciudad de Atlanta. 
Llegué al aeropuerto de Atlanta y conecté en seguida con otro rumbo a Indianápolis. Esa misma noche alquilé un automovil y recorrí 284 km, para llegar a Vandalia en el Estado de Illinois, donde vive Juan Pérez, un amigo de Guatemala.
Kansas City
Al día siguiente nos fuimos a visitar Kansas City a 500 km. Me gustó mucho pues el centro de la ciudad tiene una aire muy andaluz, de principio del siglo XX, incluida su réplica de la Giralda y de la fuente de la Plaza Virgen de los Reyes de Sevilla. Esta Giralda tiene una altura de unos 50 metros.
Cuando el arquitecto urbano JC Nichols visitó Sevilla, en la década de 1920, quedó tan impresionado con la Giralda que construyó una réplica a media escala en el Country Club Plaza. Un colosal centro comercial al aire libre de 14 manzanas inspirado en la arquitectura monumental de Sevilla. 
Su artífice concibió, en los años veinte, uno de los primeros "malls" de norteamérica, adonde la población pudiera acercarse a comprar con el coche y al mismo tiempo regocijarse en los patios románticos y extravagancias florales que Nichols "recordaba" de su viaje a España. El resultado es que abundan fuentes, grupos escultóricos, edificios... que nos resultan conocido. 
Esto fue solo el comienzo de una buena relación entre la ciudad americana y Sevilla que, aunque miles de kilómetros de distancia, ambas firmarían un hermanamiento el 25 de marzo de 1969.
Pero Kansas y Sevilla seguirían manteniendo esta buena relación, un buen contacto y un gran cariño mutuo. 
Sería con la llegada de la Exposición Universal de 1992 cuando para el Pabellón de Estados Unidos se encargó una copia de la estatua de  Cyrus E. Dallin en Kansas City, Missouri. Dicha obra sería bautizada como The Scout (El Explorador), un indio sioux a caballo inspeccionando el paisaje. Sobre su caballo que se tapa el sol con la mano para poder mirar al horizonte. 
Fue concebido por Dallin en 1910 y expuesto en la Exposición Internacional Panamá Pacífico de 1915 donde ganó la medalla de oro. Ésta tiene unos tres metros de altura.  La estatua fue dedicada en 1922 como un monumento permanente a las tribus indias locales.  
Después de la Expo la copia de la estatua de "El Explorador" está colocada en la esquina de la calle Samaniego con Kansas City. El famoso indio mira hacia la calle Greco y algunos sevillanos se arriesgan a afirmar que mira hacia allí porque esta queriendo ver la, ahora antigua, fábrica de Cruzcampo. 



Cleveland

Desde Kansas City volvimos a Vandalia y desde allí continué mi recorrido. Hice alrededor de 800 km. 
Estos se me hicieron un poco largo, es normal, pero lo hice bastante bien. Gracias al navegador se llega a cualquier sitio y me acostumbré bastante bien a la conducción del coche automático que era muy cómodo y seguro.

El ir por carretera, y de día, te permite darte cuenta de las características del espacio que estás recorriendo. El tipo de terreno que es, los diferentes tipo de agricultura, el poblamiento... El tiempo no me fue propicio: rachas de viento, lluvia, nieve y una cantidad de hojas que chocaban con el coche debido a que había una gran cantidad de árboles de hoja caducas que el viento arrancaba de éstos y los volcaba a la carretera. No había vivido nunca esta experiencia. 
Había dos razones para llegar a esta ciudad: Cleveland está al sur del lago Eire, unos de los cinco grandes lagos, y porque allí vive un amigo conocido en Tilapa desde hace años. 
Él está trabajando de jardinero en una empresa en la que había trabajado hace unos años. Me decía que en la zona de los grandes lagos no hay mucha emigración latina. Esta muy al norte y el clima, con nevadas abundantes, no atrae mucho a personas acostumbradas a climas más cálidos.

En Cleveland paseé con Alexandre por la ciudad. Pero el tiempo no invitaba a estar al aire libre.

Indianápolis
A esta ciudad llegué desde Atlanta, la rodeé más tarde yendo a Cleveland y volvía a ella para volver a Atlanta. No estuve mucho tiempo. Me dio tiempo, por la noche, de dar una vuelta por el centro. 
Las ciudades al no tener centros históricos son muy parecidas. Las identifica algún rascacielo más o menos original, algún edificio administrativo de finales del XIX o principio del XX o alguna estatua propia. O la decoración del aeropuerto.

Atlanta
Ya de regreso a Atlanta, camino de Guatemala, estuve un día con Enrique, un amigo que me acompañó ya el año pasado. 
Al llegar a Atlanta, Georgia, la diferencia con Cleveland, en cuando la cantidad de latinos, es notoria. Por todas partes escuchas español. 
Por la tarde fui a una cancha en su ciudad donde había una liguilla de futbol entre latinos. Es más, él jugaba con otros amigos de San Juan Ixcoy, su pueblo en Huehuetenango y entre ellos hablaban "Q'anjob'al", su idioma maya.
En Atlanta, Enrique fue a buscarme en su coche al hotel y me llevó a conocer la ciudad, cosa que no pude hacer el año anterior.
Atlanta es muy bonita. Hay muchas cosas que ver. También no es lo mismo ir solo que alguien que conozca la ciudad. 

Agradezco mucho a estos amigos por haberme acompañado buscando tiempo para hacerlo. Su compañía, su recibimiento, fue excepcional.
Escribo esto desde Guatemala donde estoy continuando mi viaje. Éste será el objeto de las siguientes crónicas.
¡Hasta la próxima, primero Dios!




No hay comentarios.:

Publicar un comentario