Dentro de mi viaje de este año Guatemala, y aunque pasé por aquí una tarde previamente, me desplacé a Huehuetenango con motivo de la beatificación del Hermano Miller.
Pasear por la ciudad fue asombroso. Aunque había quedado con unos amigos, lo que me sorprendió fue la cantidad de gente que conocía desde mi estancia de tres años en ella, y aún más las personas que me saludaban con cariño.
Entre las primeras estaban el Cardenal Ramazini, las hermanas Carmelitas, los hermanos de La Salle, la familia Sanz, el doctor Amílcar, los ex-alumnos de la Casa Miller, los profesores y personal administrativo del Colegio de La Salle, amigos de Ixmucané...
Pero sorprendente fue la cantidad de personas que me reconocían en mis paseo por la ciudad: miembros de la comunidad del monasterio, meseros, personal de comercios y de hoteles, acólitos de la catedral, amigos de amigos...
Huehuetenango me acogió siempre bien. Y ahora lo he disfrutado mucho.
El hermano James Miller, es un Hermano de las Escuelas Cristianas de La Salle, que nació en 1944 en Stevens Point, Wiscosin, miembro del Distrito Lasallista de Winona, ahora Distrito de Midwest en Los Estados Unidos Americanos.
James Miller también conocido como Hermano Santiago murió asesinado por la espalda trágicamente el 13 de febrero de 1982 en Huehuetenango, Guatemala.
Guatemala ha sufrido un largo y tenebroso periodo de represión a través del Siglo XX, con sucesivos gobiernos militares, y con una lucha de guerrillas de izquierda procurando hacerse con el poder. En los 70’s muchos líderes políticos, indígenas, eclesiales y obreros fueron asesinados y varios diplomáticos extranjeros fueron secuestrados y asesinados. Informes mostraban que campañas anti insurgencia estaban destruyendo pueblos y matando a decenas de miles de indígenas.
El Hermano Martín Spellman describió la situación de los guatemaltecos, y en particular de los indígenas, en un artículo de Mission Forum:
"Los Hermanos De La Salle están ayudando a unos jóvenes descendientes de los mayas a recuperar su dignidad y el sentido de estar en su tierra natal... Los Hermanos animan a los indígenas a mantener sus lazos con las costumbres y la cultura de sus ancestros y de sentirse orgullosos de su gran pasado”.
De acuerdo con informes de Amnistía Internacional, los escuadrones de la muerte semioficiales han asesinado más de 20,000 personas desde 1966. Cada día al borde de las carreteras aparecen entre ocho y diez cadáveres con muestra de tortura. En 1982 un artículo de la revista Sojourners informaba que los escuadrones de la muerte del gobierno habían cometido unos 13,500 asesinatos solo en 1981.
En este contexto es asesinado el Hermano Miller. La razón de su muerte es la opción que había tomado a favor de los desfavorecidos de Guatemala. El mismo escribe unas fechas antes de su asesinato.
Seferino con la reliquia del Hermano Santiago.
“No puedo terminar esta carta sin pedirles sus oraciones por Guatemala (y por toda Centroamérica)” concluía la carta. “El nivel de violencia aquí está alcanzando proporciones espantosas (asesinatos, torturas, secuestros, amenazas, etc.) y la Iglesia está siendo perseguida a causa de su opción por los pobres y desposeídos. La población indígena de Guatemala, atrapada e indefensa entre el Ejército y las fuerzas rebeldes que operan en el país, lleva el peso de la violencia. Personalmente estoy harto de violencia, pero sigo sintiendo un fuerte compromiso para con los pobres de América Central.”
Así cuenta uno de sus hermanos su asesinato:
“Algunas cosas están muy claras. Los tres hombres que lo asesinaron, parecen haber estado rondando cerca de la esquina del Centro Indígena mientras el Hno. Santiago y un joven estaban trabajando en la pared de la casa... El Hno. Santiago mandó al joven dentro a buscar alguna herramienta... los asesinos corrieron... y abrieron fuego. Parece que le dispararon seis veces. Algunas balas lo atravesaron y otras pueden estar dentro del cuerpo. Una de las balas era explosiva y esa debe haberle causado la muerte. También se le rompió un brazo, no por las balas sino por la caída. Ningún policía apareció durante los siguientes 45 minutos”.
El Papa Francisco emitió el decreto de Martirio en noviembre de 2018.
La celebración de la beatificación fue muy importante para la ciudad y diócesis de Huehuetenango. Fue presidida por el cardenal José Luis Lacunza, obispo de David en Panamá, acompañado por el obispo de la ciudad y recién nombrado cardenal Álvaro Ramazini junto con el episcopado de toda Guatemala. Participó un número importante de los miembros de la congregación de La Salle de Centroamérica así como de la comunidad católica de Huehuetenango (sacerdotes, religiosas y laicos). Entre ellos estaban antiguos alumnos de la Casa Miller y del Colegio de La Salle.
Aproveché esta estancia en Huehuetenango para reunirme con amigos. Pasé un día magnífico con la familia Sanz y sus amigos entre los que se encontraba mi amiga Colocha. Con ellos compartir una paella muy original.
Con Sefe, vestido con su traje típico de Todo los Santos, Rinelson y Evelio. Antiguos alumnos de la Casa Miller. Uno es de etnia Man, el del medio Q'anjob'al y el otro Jakalteko. Todos mayas. |
En mi estancia en esta ciudad tuve una relativa relación con los hermanos de la Salle así como con los alumnos de la Casa Miller. Con algunos de ellos he mantenido, y mantengo, una estrecha amistad a lo largo de estos años. Me encantaba la tarea que hacían los hermanos de La Salle al permitir a muchachos indigenas alcanzar una educación superior a la que le permitiría la situación económica familiar. Algo muy parecido al que hacíamos en Ixmucané con las chicas. Se daba el caso que a la vez había hermanos de las chicas en esta casa.
La figura del hermano Miller me atrajo desde que conocí cómo había desarrollado su trabajo pastoral que le había llevado al martirio. Por ello tuve mucho cuidado de que mi estancia en Guatemala coincidiera con su beatificación.Aproveché esta estancia en Huehuetenango para reunirme con amigos. Pasé un día magnífico con la familia Sanz y sus amigos entre los que se encontraba mi amiga Colocha. Con ellos compartir una paella muy original.
Y continué mi viaje
Aún me quedaba una semana de estancia en Guatemala. Volver a la playa, objeto importante de mi viaje, lo tenía previsto. La asistencia a la beatificación me hizo interrumpir mi estancia. Esta vez fui con mi amigo Danilo, profesor del colegio La Salle, y con el que el año pasado viajé a El Estor.
Un verdadero placer ir a Tilapa. La estancia en la playa me recupera en todo los sentidos. Mis sensaciones ya las expresé en la anterior crónica. Al repetir me hizo sentir aún mejor.
Pasar otra vez por Xela, y encontrarme con amigos de hace años, me hizo ilusión.
Así como, ya en la capital, encontrarme con Enmanuel ex lasallista. Solemos quedar cuando estoy en Ciudad de Guatemala. Esta vez me llevó a una parte de la capital que no conocía: Ciudad Cayalá.
Han sido unos días maravillosos. Me sirve mucho esta visita a este querido país. Muchos de amigos desean visitarme. No todos pueden pagarse el pasaje. Siempre los tendré presentes.
Aún me quedaba una semana de estancia en Guatemala. Volver a la playa, objeto importante de mi viaje, lo tenía previsto. La asistencia a la beatificación me hizo interrumpir mi estancia. Esta vez fui con mi amigo Danilo, profesor del colegio La Salle, y con el que el año pasado viajé a El Estor.
Danilo preparando unas conchas crudas como aperitivo en la cocina del hotel. |
Un verdadero placer ir a Tilapa. La estancia en la playa me recupera en todo los sentidos. Mis sensaciones ya las expresé en la anterior crónica. Al repetir me hizo sentir aún mejor.
Con Jose Manuel Sanz en Xela |
Con Hugo, amigo de Huehuetenango, en la capital |
Han sido unos días maravillosos. Me sirve mucho esta visita a este querido país. Muchos de amigos desean visitarme. No todos pueden pagarse el pasaje. Siempre los tendré presentes.
¡Hasta la próxima, primero Dios!
Rosa de la Paz del Palacio de la Cultura. Esperanza de que un día en Guatemala haya equidad. |