jueves, 3 de abril de 2025

Los hijos de la Vida


Creo que todos nos alegramos cuando nuestros amigos tienen hijos. La alegría por la llegada del hijo de un amigo es un sentimiento natural que se puede expresar con orgullo y conmoción. Es como si los amigos se hubieran duplicados. Los vemos y vemos a ellos. Algunos con el tiempo, se parezcan o no, tienen sus gestos, su forma de andar, sus tic. Los amamos, los agarramos, los besamos... son también algo nuestro en la medida de que el amigo lo es también. Escribe Khalil Gibran, hablando de los hijos: "Tus hijos, son hijos e hijas de la vida deseosa de si misma". Tener un hijo es ampliarse, extenderse, ensancharse. Son parte de uno. Por eso darías tu vida por ellos, tengan la edad que tengan. 
El amor, en su estructura más auténtica, implica alteridad, es siempre un don, significa salida de sí para convertirse en entrega al otro. Nos recuerda Dan Brown, parafraseando las palabras del Evangelio: "Ningún amor es más grande que el de un padre por su hijo".  En principio parece una contradicción, ellos son hijos de la vida y a la vez los padres tienen el amor más grande hacia ellos.
Un padre, madre, ama inmensamente a sus hijos y sin embargo ellos no les pertenecen. La razón y el amor está dirigida al mayor beneficio del hijo. Al deseo del mayor esplendor de el mismo. Y por ello, por su libertad, uno abre la mano para que vuelen, y se separen. 
No nos queda más que aceptar y darle gracias a la Vida por haberles dado la vida. Lo demás depende de ellos.

 

¡Hasta la próxima, primero Dios!



P D. La amistad es una relación entre dos o más personas que implica dar y recibir cariño, apoyo, cuidado y proximidad física. Algunas de las bases de la amistad son la confianza, el apoyo emocional, la comunicación profunda y la aceptación del otro tal y como es. Ninguna amistad esta basada en el interés, sea cual sea éste.

martes, 1 de abril de 2025

Miguel Ángel

Hace unas horas he llegado de Arahal. Viniendo en el coche he disfrutado del paisaje por la vega de Carmona. El sol estaba a una hora de ponerse por el oeste. El verde de las espigas, creciendo después de tanta lluvia e iluminadas por la suavidad de los rayos de sol en ese momento, me daba una sensación de paz y serenidad extraordinaria que era acompañaba, en el viaje de vuelta, por la música de Radio Clásica. Si a eso se le añade la satisfacción del recuerdo de mi estancia en Arahal esta tarde, podría definirlo de un viaje único.  


Volvía a este pueblo después de haber estado este pasado domingo en él. Mi intención fue almorzar con Miguel Ángel, compañero, amigo, hermano mío. Estuve en la misa de once dónde el protagonismo de los niños elevaba la liturgia a una calidad increíble. Ellos, los catequistas y la originalidad de Miguel Ángel, hizo que viviéramos una Eucaristía cercana y profunda. 

Me quedé asombrado, porque los niños al llegar a la iglesia, antes de sentarse en sus bancos, pasaban por el sagrario. Unos se santiguaban solamente, y otros se quedaban un rato delante del sagrario. Me pareció un hábito que decía mucho de lo que se le invita a vivir en las catequesis. Y es más, algunos padres acompañaban a sus hijos al sagrario. 

Después, y como no estaba nada previsto, Miguel Ángel me propuso a ir a Montellano a almorzar. Nada, uno treinta y seis kilómetros. En el camino me propuso ir a El Bosque, el doble de kilómetros. Para no ser menos, le propuse ir a Ubrique, pueblo de mi padre, a visitar a Francisco, esposo de una prima hermana, y a sus hijos. Ni él ni yo tememos viajar. Es más disfrutamos conduciendo.

Hoy a Miguel Ángel lo han declarado, el Pleno del Ayuntamiento de Arahal, "Hijo Adoptivo", y lo han hecho por unanimidad de sus concejales: 6 no adscritos (eran del PSOE), 3 del PP y 8 de Adelante Izquierda Unida. La intervención de cada uno de los portavoces ha sido una alabanza a su actuación con las personas del pueblo. Han alabado su acogida a los emigrantes que no encuentran sitio en albergues. Ahora tiene en su casa a cinco personas. También por recibir en el verano a niños Saharauis, de Bielorrusia, de República Dominicana... De estar preocupado por la falta de vivienda para los que no tienen posibilidad de alquilar o comprar una. Se le ha reconocido cómo sacerdote el estar  atento a la necesidad de la gente, como hacía Jesucristo. El presentar el verdadero rostro de la Iglesia. La representante de Izquierda Unidad le ha dicho tal cantidad de calificativos que creo que ha acabado con todos los que se le podía decir.

El salón de pleno del ayuntamiento estaba completo. He echado en falta a algunas personas. Sé que invitaron al arzobispo a este acto. No ha venido. ¡Allá él! Podría haber mandado, si él no podía, a uno de sus obispos auxiliares, o al vicario episcopal de la zona. Habría sido una gran oportunidad de mostrar su respaldo a unos de sus sacerdotes que vive un estilo de Iglesia que le da luz y transluce la verdad del Evangelio encarnado en nuestro mundo. 

Después vino la intervención de homenajeado. Su sencillez de vida, su generosidad, su claridad en lo que él cree y cómo lo ha vivido en estos cuarenta y cinco años de estancia en Arahal, su humildad ante el reconocimiento que le hacía el Ayuntamiento, su fidelidad a un estilo que entiende que debe vivir, ha sido el centro de su intervención. Terminó con la frase del evangelio de Lucas (17,10): "Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que se os ha ordenado, decid: «Siervos inútiles somos; hemos hecho solo lo que debíamos haber hecho»".

Fue un verdadero placer estar al lado de él, después del acto, junto con sus hermanos presentes. En la calle se le acercaba mucha gente para felicitarlo por ese reconocimiento. Por mi parte, cuando ya me marchaba, y les decía a los amigos el por qué me encontraba en el pueblo, todos manifestaban su acuerdo con ese reconocimiento.

Ha sido un reconocimiento muy justo. Un acto emotivo, sobrio y justo. Me ha encantado participar con él. El alcalde, antiguo alumno mío, me dijo: "Y ahora a ti te pondremos una calle". "Ni de broma", le dije. "Con este reconocimiento a Miguel Ángel, ya tengo bastante."

¡Hasta la próxima, primero Dios!



Hay que perdonar alguna referencia no exacta.

¡Por fin aprendí cómo se pone un vínculo en mi blog! ¡Poco a poco, Alfredo!