lunes, 29 de enero de 2024

Viajar antes de hacerlo

Llevo preparando este nuevo viaje a Guatemala desde hace unos meses. Se dice qué  cuando lo haces, de alguna manera, ya estás viajando. Un viaje se realiza antes, durante y después. Y en todas estas fases se disfruta. Yo lo hago. No es sólo comprar el boleto. Son muchas cosas. En mi caso he ido realizando muchas tareas. Eso me ocupa e intento hacerlo detenidamente. A unos diez días de salir creo que casi todo lo tengo realizado o programado para tenerlo.

Además he tenido que cambiar el día anterior a mi viaje porque se ha añadido, casi a última hora, otro viaje previo. He tenido que cambiar el billete de tren a Madrid ya que éste nuevo viaje me exige salir de Sevilla tres días antes y volver a Madrid en avión y no desde Sevilla. Y como este viaje es una sorpresa no debo escribir nada más de él. 

Eso sí. Para ahorrarme llevar en el avión, y no pagar tanto en los vuelos nacionales, la maleta de mi viaje a Guatemala, tengo que hacer otro trámite. Mandarla a Madrid desde Sevilla. Este trámite aún no le hecho, lo realizaré en estos días. Hay que hacer la maleta y contactar con el que va recibir la maleta. Me he informado en Correos que pueden enviar mi maleta a Madrid por una cantidad bastante asequible. La noche del domingo día 11 dormiré en casa de mi amigo Fernando y allí, espero, estará la maleta.

Suelo hacer una programación exhaustiva del viaje a Guatemala en la que consta día a día todo lo necesario: Horario de salida y llegada de aviones, número de vuelos, terminal, tiempo de espera para otros vuelos; reserva de los hoteles, con su dirección, teléfonos, días en los que estoy en cada ciudad; e incluso personas con las que me voy a encontrar en cada momento: cuándo y dónde. Bueno en la medida de lo posible. También llevar los documentos que necesito: seguro de viaje, pasaporte, documento para entrar en EEUU (ESTA) y otros. Normalmente esto se hace por teléfono o por internet. Hasta avisar a Sergio, el taxista que me recibe al llegar a la capital. 
Un aspecto fundamental es el contenido de la maleta. No puedo llevar ropa para los treinta días del viaje. Así que debo estar atento a lo que llevo de ropa pues en Guatemala de pasa del calor tropical de la costa hasta el frío tanto de Xela como de Huehuetenango. Normalmente  me sirvo tanto las lavanderías de los hoteles o de la ciudad donde estoy. A veces me ayudan mis amigos en esa tarea. Tampoco debo olvidar otros útiles necesario que necesito. Para eso ya tengo elaborado una lista que miro cada vez que viajo. 
En fin mi mente está intentado estar atento a todo aquello que necesitaré, pero también deseando disfrutar de mi visita a la Playa de Tilapa en el océano pacifico con un clima tropical, después de estas semanas en la que he pasado alguna que otra crisis respiratorias.

¡Hasta la próxima, primero Dios! 

martes, 16 de enero de 2024

Celebraciones de principio de año

Suele pasar siempre. La Navidad y el año nuevo trae consigo encuentros y momentos entrañables. Eso No es lo importante para mí. Lo importante es compartir. Aquí algunas fotos de esos momentos que subo para mantenerlos siempre a la mano.

Primero de año.
Lo celebro desde hace unos años con amigos en San Nicolás en casa de Javier y Carmeli. Allí comienzo el año en familia con alegría y serenamente. Este año conocí al hijo de los anfitriones, Javi hijo, al que no conocía a pesar de más de cincuenta años que conozco a sus padres. estaba acompañado por su esposa y una sobrina de esta. 


En Paradas

Otro momento de este periodo del año es cenar con Antonio, Ani, su hija Laura y su nieta Paula. Este año, a pesar de haberla puesto al mediodía para almorzar, Antonio no pudo estar pues esta trabajando en Sevilla. Desplazarnos a Paradas es siempre motivo de alegría tanto para Fernando como para mí. Los recuerdos y las personas conocidas están siempre en corazón. Un destino que, aunque fue breve, marcó mi vida. De ello la relación de amistad, entre otros, con esta familia. El encuentro con ellos, y ahora con la presencia incansable y a la vez encantadora Paula, es una bendición de Dios.
Desgraciadamente no tengo más fotos de ese encuentro.

Día tres de enero


Aunque no es algo tradicional, mi participación en este almuerzo se debe a una invitación de Fernando que había quedado ya con ellos. Participan en la HOAC donde viene mi amistad aunque creo que a todos los conozco por otra vía. Manolo y Puerto, matrimonio, fueron alumnos míos en el colegio Zurbarán en mil novecientos setenta y cinco estando de práctica de magisterio en su barrio de la Oliva. ¡Toda una vida! Creo que son los exalumnos con los que mantengo amistad más antiguos. Diego y Carmen participaban en un movimiento de iglesia antes de estar en la HOAC. Félix y Conchi los conocí prácticamente cuando vinieron a vivir a mi barrio. Allí afiance mi amistad con ellos y su familia. Este encuentro tuvo una larga continuidad en el barrio del que proceden. 


Víspera de Reyes, almuerzo.

Esta celebración sí que se hunde en la memoria del calendario. La celebro con mi familia Manaute López desde hace muchos años. Desde mi llegada a Arahal en el año antes de los ochentas mi relación con ellos es de extrema cercanía y cariño recíproco que ha ido creciendo a lo largo de los años. 

Tiene un componente imprescindible "La sopa amarilla". Bueno, ¡Así la llamo yo! A base de pan, sangre y huevos. ¡Exquisita! Hoy la mesa es ya interminable pues se han ido añadiendo las parejas de los sobrinos y los hijos de estos.

Se celebra normalmente el día de la cabalgata de los Reyes Magos al mediodía. Después vamos a ver la cabalgata donde este año salía Lara. Volvemos a tomar el chocolate y los roscos de reyes. Tenemos la suerte de tener dos miembros con familias de panaderos por los que roscos no sobran. El de nata, buenísimo.

Tras la cabalgata de reyes, cena.

Otro de los tradicionales momentos es la cena en casa de Paco y Silve. Vemos la cabalgata a su paso por la calle Pages del Corro ya casi en los "paules". Y después pasamos a la casa para cenar y tomar el champan y los dulces. Participan Manolo y Fátima, Mercedes la madre de Manolo y, esta vez, María y Gonzalo. Un gran momento siempre. 

También mi amistad con ellos puede alejarse en el tiempo muchísimos años. 


Todos estos encuentros los realizo con personas que son muy queridas por mí y que forman parte de mi vida, de mi historia, de lo que soy y con los que encuentro muy bien. 

¡Hasta la próxima, primero Dios!

lunes, 15 de enero de 2024

Doble alegría

Muy cerca de la Navidad fui invitado por Carmen, alguien que no conocía a una jubilación. Cuando se presento ya descubrí el motivo de esa invitación. Carmen era hija de Mari, la cocinera durante más de cuarenta años del Colegio Manuel Sánchez Alonso de Arahal. Este colegio es muy significativo en mi vida, no solo profesional, sino personal.
Llegué a él, procedente de mi primer destino definitivo, procedente de Agüimes, Gran Canaria, en el año mil novecientos setenta y nueve, a la edad de veinticinco años. Era cuando me había decidido a terminar los estudios de teología y ordenarme sacerdote. Elegí ese destino porque en esa localidad estaban de sacerdotes dos grandes amigos míos: Paco Silva y Pepe Lora, los dos ya fallecidos aunque la diferencia de edad, entre ellos y yo, era de un año por delante y otro por detrás. Grandes sacerdotes y mejores amigos.
A los pocos años de estar en él entró de auxiliar de la cocinera Aurora, Mari. Y hasta hace unos meses ha ejercido con total dedicación, profesionalidad y cariño hacia alumnos y profesores esa profesión.
Inmediatamente le dije a Carmen que sí, que contaran conmigo. Me hacía ilusión estar con ella, con su familia, esposo, hermana cuñado, que son amigos míos. También pasar un tiempo con los antiguos compañeros que iban a acudir y a los que hacía años que no veía. La amistad se conserva aunque no nos veamos con frecuencia y la idea de disfrutar de su compañía me encantaba. 


Estando en el convite me llevé una alegría inesperada. Se acercan a mí tres maestras del colegio y me preguntan si yo era Alfredo, Para mi sorpresa me dicen que ellas había sido alumnas mía en ese colegio. ¡Oh! Me dijeron sus nombres: Isabel, Amaya y María del Carmen. Por su nombre sólo recordaba a Amaya pues había tenido más contacto con ella y conocía a sus padres.
Para un maestro el que sus alumnos haya tenido éxito en sus vidas, sea de la profesión que sea, es una satisfacción inmensa y que te reconozcan, te saluden y se alegren de verte es muy agradable y te llena de alegría. Y, en este caso, que estén de profesoras en el mismo colegio donde estudiaron no deja de ser algo magnífico. Y ebcina ne encontré a otros amigos que están también de maestros en el colegio.
Ese día me encantó poder disfrutar del encuentro.
¡Hasta la próxima, primero Dios!