domingo, 30 de octubre de 2022

La felicidad de lo cotidiano

En estas últimas semanas he sentido el placer de estar disfrutando haciendo la cosa más sencilla del mundo: escuchar sencillamente a quien estaba a mi lado, disfrutar de lo que estaba mirando, sentirme a gusto sentado. 

Ha sido una experiencia que sentí especialmente en tres momentos concreto: sentando con mi hermana, estando en la grada del estadio del Sevilla, viendo los cortos en el festival de Guadalcanal o disfrutando con los amigos que vinieron a celebrar mi cumpleaños. Esto lo uno a los que manifesté en la anterior crónica a la que complementa.

Y ello me ha llevado a reflexionar sobre los momentos que se desperdician en la vida por no tener esta actitud. La vida se puede hacer constantemente así. Quien no es feliz en los aconteceres normales de cada día  nunca será feliz. Esperar lo extraordinario para ser feliz no es lo recomendable. Hacer extraordinario lo ordinario eso sí que es la mejor opción. Disfrutar de estos momentos es elegir la mejor opción de nos ofrece la vida. 


¡Hasta la próxima, primero Dios!

 

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