En estas últimas semanas he sentido el placer de estar disfrutando haciendo la cosa más sencilla del mundo: escuchar sencillamente a quien estaba a mi lado, disfrutar de lo que estaba mirando, sentirme a gusto sentado.
Ha sido una experiencia que sentí especialmente en tres momentos concreto: sentando con mi hermana, estando en la grada del estadio del Sevilla, viendo los cortos en el festival de Guadalcanal o disfrutando con los amigos que vinieron a celebrar mi cumpleaños. Esto lo uno a los que manifesté en la anterior crónica a la que complementa.
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