domingo, 30 de octubre de 2022

La felicidad de lo cotidiano

En estas últimas semanas he sentido el placer de estar disfrutando haciendo la cosa más sencilla del mundo: escuchar sencillamente a quien estaba a mi lado, disfrutar de lo que estaba mirando, sentirme a gusto sentado. 

Ha sido una experiencia que sentí especialmente en tres momentos concreto: sentando con mi hermana, estando en la grada del estadio del Sevilla, viendo los cortos en el festival de Guadalcanal o disfrutando con los amigos que vinieron a celebrar mi cumpleaños. Esto lo uno a los que manifesté en la anterior crónica a la que complementa.

Y ello me ha llevado a reflexionar sobre los momentos que se desperdician en la vida por no tener esta actitud. La vida se puede hacer constantemente así. Quien no es feliz en los aconteceres normales de cada día  nunca será feliz. Esperar lo extraordinario para ser feliz no es lo recomendable. Hacer extraordinario lo ordinario eso sí que es la mejor opción. Disfrutar de estos momentos es elegir la mejor opción de nos ofrece la vida. 


¡Hasta la próxima, primero Dios!

 

martes, 11 de octubre de 2022

La realidad

Algunos amigos se cuestionan sobre la ausencia de entradas en el blog. Hace ya varios días, casi un mes, que no subo ninguna crónica. 

En todo este tiempo he escrito una que aún está de borrador. No decidí subirla. Otras veces he pensado que debería escribir y no me puse a hacerlo. Y el resultado ha sido mi no presencia a través del Blog. Y esto denota una actitud general en mi vida en el último mes y medio pasado. La ausencia de presencia pública. He vivido en este tiempo recluido en mi casa, en mí mismo, aislado. 

A esto hay que añadir que mi estado físico no me acompañaba a salir, a reunirme, a viajar, a pasear... Me he sentido cansado, a veces con dolores insistentes, que no era lo más apropiado para animarme a salir de mí mismo. Las salidas, los encuentros, han sido los imprescindible. Tanto al pueblo como fuera del mismo. En estos intentaba encontrarme bien, pero volvía pronto a la seguridad de mi casa del pueblo.

Y esta situación ha llevado a no tomar decisiones importantes en todo este tiempo. Parece que como la enfermedad está pasando, me encuentro interiormente mejor y he comenzado a tomar decisiones, el escribir esta crónica es muestra de ella. Otras vendrán a continuación.

¡Hasta la próxima, primero Dios!