Una amiga me mandó esta mañana un vídeo en el que un profesor estaba hablando de la Psicología Positiva. Creo que ha sido muy difundido por las redes. Y me decía: “Buenos días Alfredo, este vídeo me ha recordado tus palabras”. Eso me hizo pensar en la conversación que tuve con ella.
El concepto, le concretaba, se basa en la actitud que tienes ante un hecho o situación determinado que será la misma que mantienes globalmente ante tu vida.
Las dificultades, los problemas de todo tipo que se encuentran en ella, hay que afrontarlas con serenidad, con distancia, con positividad, con templanza que, como dice el diccionario, es una virtud que acompaña a la justicia y a la fortaleza. Y mi experiencia me dice que hay que vivirla, en principio, internamente. Hay que asegurarse de que la expresión por la que verbalizas tu estado no va a aumentar el problema o la situación a la que te estas enfrentando.
Es verdad que hay situaciones, que se viven personalmente, en las que tu capacidad de recibir algunos golpes te cogen con una mengua de claridad o de serenidad. Hay que considerar que afectan mucho más las situaciones que llegan por sorpresa, que no te esperas de ninguna manera, o que proceden de parte de personas muy queridas. Para estas no estás preparado en principio y se viven muy intensamente, como si el mañana no tuviera amanecer. Por ello es importantísimo el contar hasta diez, pues la toma de distancia en esos momentos es muy necesaria. No imagines lo que el otro piensa o las razones que tiene para ser así. Tus pensamientos pueden volar hasta el infinito y no ser reflejo de la realidad. En este caso es mejor preguntar, sin ira por supuesto, que callar. No imaginemos. Pensemos en positivo. Debemos controlar nuestros pensamientos.
Y descubrir la alegría de vivir. Hay que darnos cuenta de que eres importante, ni más ni menos que los demás, eres fuerte y puedes superar todas estas situaciones. Eso es autoconfianza. Hay que tratar de ser inmune a los halagos y a la crítica. Lo contrario nos dará una persona muy manejable por parte de los demás. Tenemos que ser siempre persona con todas sus capacidades, entre las que se encuentran la libertad, la toma de decisiones, la responsabilidad, la dignidad… Nunca dejar que nadie nos anule de una o de otra forma, pues una mirada, una opinión, una cuestión sobre tu vida…, puede machacarnos.
Y descubrir la alegría de vivir. Hay que darnos cuenta de que eres importante, ni más ni menos que los demás, eres fuerte y puedes superar todas estas situaciones. Eso es autoconfianza. Hay que tratar de ser inmune a los halagos y a la crítica. Lo contrario nos dará una persona muy manejable por parte de los demás. Tenemos que ser siempre persona con todas sus capacidades, entre las que se encuentran la libertad, la toma de decisiones, la responsabilidad, la dignidad… Nunca dejar que nadie nos anule de una o de otra forma, pues una mirada, una opinión, una cuestión sobre tu vida…, puede machacarnos.
Y para vivir todo ello, pienso humildemente, que debes ser feliz, concepto también muy subjetivo, en todo momento. La felicidad no está en la posesión de bienes, en tener poder económico o el de mucho conocimiento. La felicidad está en el ser. En ser uno mismo. Uno es el dueño de su felicidad independiente de su situación.
Y sí el sentirse bien con uno mismo; dicen los franceses una frase que siempre me gusto: “Être bien dans sa peau” (aunque es difícil traducirla exactamente, sería: sentirse bien consigo mismo); es lo básico. Esto dará serenidad, sosiego, seguridad. Me parece importante que tengamos sosiego y serenidad: “El sosiego y la serenidad nos obliga a estar en conexión con nosotros mismo, a meditar para ayudarnos a conocer mejor, a vigilar la cantidad y el sobre peso que acumulamos de miedos, culpas, ofensas, etc., que tanto daño nos producen inconscientemente a lo largo de nuestra vida.” http://haciaunavejezdigna.blogspot.com/
No me imagino levantarse cada mañana sin tener ilusión por vivir ese día. Los pequeños proyectos diarios que nos indica nuestra agenda, sea el trabajo cotidiano, las responsabilidades diarias, o el no tener que hacer nada obligado para dedicarme a aquello que me gusta, que es también una satisfacción y un legítimo deseo, nos debe llevar a ser felices. Sin ilusión uno se convierte en algo mohíno: una persona siempre triste, abatida o con un malhumor crónico.
Y de aquí otro concepto que me gusta remarcar. Si vives en sociedad no puedes estar separado de aquellos que te rodean, sobre todo cuando se vive en pareja, familia, trabajo, o en las relaciones con otras personas. Hay que ser generoso y desinteresado en tus relaciones con los otros. Buscando el placer o el interés en las relaciones, aislado o creyéndose el centro del mundo, creer que los demás son los que están equivocados o despreciando las capacidades de los demás, nunca va a permitir encontrarse bien. Disgustado con el mundo entero no se puede ser feliz. Del bienestar de los demás depende el tuyo.
El otro, si además es pareja, es algo tuyo. Así lo has querido. Eres tú el que ha optado por tenerlo/a por compañero/a. Él es parte tuya porque has querido que forme parte de tu vida. Su bienestar, por tanto, es tu propio bienestar.
Pero ¿y si continúan los problemas? ¿Y si continuas viviendo situaciones conflictivas?
Pero ¿y si continúan los problemas? ¿Y si continuas viviendo situaciones conflictivas?
Pues no pierdas la ilusión en tu vida. Hay que trabajar para mantenerla. Hay que vencerse a sí mismo, hay que superarse. Te tienes que convencer que de esa situación nadie va a salir por ti. Eres tú el protagonista de tu vida. Lo otro sería ser un títere en la que otros mueven los hilos de tu vida. Depende de ti el fundamentar y el tomar las decisiones. Decirse cada día que estás haciendo lo que debes hacer y que, ante todo, es posible avanzar y crecer. ¡Hasta el preso puede sentirse libre! Para ello es necesario centrarse en todas las posibilidades que tenemos cada uno. Darse valor a uno mismo. Al principio puede ser difícil, pero se consigue intentándolo.
Y para terminar hacer lo posible por no caer en un estilo de vida complicada centrada más en el tener que en el ser. Hay que vivir una vida simple, sencilla, que nos aporte paz espiritual y calma interior. Disfruta de tu vida y así disfrutaran los demás.
Personalmente creo que este tipo de actitud ante la vida ayuda a vivirla mejor. Pero nadie nos dará la receta perfecta. La tenemos que buscar nosotros mismo mirándonos interiormente, contemplando lo que pasa, descubriendo cómo ha sido y es nuestro comportamiento, dándonos cuenta lo que sucede en nuestro alrededor y ponernos unas metas para superarlas con alegría e ilusión.
Vendimia
Septiembre es el mes de la vendimia. Este año he tenido la oportunidad de realizarla en el viñedo que tienen mis amigos Antonio y María Eugenia. No es muy grande y este año la cosecha ha sido la mitad del año pasado. Pero a pesar de eso ha sido una experiencia muy buena.
Pude recoger la uva, meter los racimos en la despalilladora y prensarla. Beber el zumo de uva cuando va saliendo al ser prensada la uva es exquisito. Ahora hay que dejarla que este mosto fermente para poder después envasarla.
He probado el vino el año pasado y tiene un sabor dulce. Raro pues es tinto con un punto de dulzor que es muy original.
Y en este septiembre
Y amigos que desde la distancia se acuerdan del encuentro del año pasado en Munich. Bonito detalle de mandarme una foto como la de la derecha.
En el cumpleaños de José Manuel. |
Cogiendo melocotones. |
Despedida de David, el cura de San Nicolás. |
Pili, Cesar y sus hijos con Fátima y Manolo. |
¡Hasta la próxima, primero Dios!