Don Carlos
Estaba en el bar donde quedamos los amigos antes del partido del Sevilla cuando me encontré con él.
Vive muy cerca. Es su bar de referencia y había bajado a tomarse su descafeinado de la tarde. ¿No es una alegría que aún tenga a mi profesor de cuarto de primaria del colegio de los salesianos de Triana? Lo que somos hoy en día tiene mucho que ver con los profesores y maestros que hemos tenido.
D. Carlos, ya para mí Carlos, es el profesor que no olvidas entre todos los que has tenido. Allí tuve a tres profesores. Todos diferentes. El primero, D. Antonio, era grande, joven y el maestro normal . El que tuve en quinto, y ante la pregunta de mi padre de qué debía hacer yo el próximo curso, si seguir en primaria o hacer el ingreso a bachillerato, le dijo textualmente, ¡delante mía!: "Mire, su hijo no sirve para estudiar" Esta frase, realizada por un maestro, tiene para ocupar realizar toda un crónica.
Y en cuarto de primaria, en el curso 1961-62 lo tuve como maestro. Era joven y su manera de enseñar y actuar con nosotros era muy especial. Nos dedicaba mucha atención a lo que hacíamos y no le pegaba a ninguno, que en aquella época era todo una excepción. Él fue mi padrino de confirmación, realizado en el mismo colegio, algo que siempre le he recordado.
Carlos llegó a vivir en mi barrio de Juan XXIII dónde yo era monaguillo. También director de uno de los colegios del mismo barrio.
Lo encontré algunos años después en la toma de posesión de la parroquia de Paradas. Está casado con una paradeña que forma parte de una familia muy querida por mí.
Encontrarme con él siempre es motivo de alegría. Admiro de él muchas cosas. Mi recuerdo me traslada a momentos y sensaciones muy importantes y agradables. Cuando eres niño hay momentos, personas, situaciones, que se te quedan fijadas para siempre. Y mi maestro, D. Carlos, es una de ellas.
Estaba en el bar donde quedamos los amigos antes del partido del Sevilla cuando me encontré con él.
Vive muy cerca. Es su bar de referencia y había bajado a tomarse su descafeinado de la tarde. ¿No es una alegría que aún tenga a mi profesor de cuarto de primaria del colegio de los salesianos de Triana? Lo que somos hoy en día tiene mucho que ver con los profesores y maestros que hemos tenido.
D. Carlos, ya para mí Carlos, es el profesor que no olvidas entre todos los que has tenido. Allí tuve a tres profesores. Todos diferentes. El primero, D. Antonio, era grande, joven y el maestro normal . El que tuve en quinto, y ante la pregunta de mi padre de qué debía hacer yo el próximo curso, si seguir en primaria o hacer el ingreso a bachillerato, le dijo textualmente, ¡delante mía!: "Mire, su hijo no sirve para estudiar" Esta frase, realizada por un maestro, tiene para ocupar realizar toda un crónica.

Carlos llegó a vivir en mi barrio de Juan XXIII dónde yo era monaguillo. También director de uno de los colegios del mismo barrio.
Lo encontré algunos años después en la toma de posesión de la parroquia de Paradas. Está casado con una paradeña que forma parte de una familia muy querida por mí.
Encontrarme con él siempre es motivo de alegría. Admiro de él muchas cosas. Mi recuerdo me traslada a momentos y sensaciones muy importantes y agradables. Cuando eres niño hay momentos, personas, situaciones, que se te quedan fijadas para siempre. Y mi maestro, D. Carlos, es una de ellas.
Mis ex-alumnos amigos
Chelo, Francisco, Paco e Inma de Arahal estuvieron el sábado pasado visitándome en San Nicolás del Puerto.
Conocí a Paco en el año 1979 cuando llegué de maestro a su pueblo. Hace cuarenta años. Él se quitó en séptimo de EGB porque le ofrecieron trabajar de aprendiz de mecánico. Pero no perdimos el contacto y desde entonces somos amigos. Nos encontramos la semana pasada en Arahal. Me vió de espalda y me llamó. Me dijo que venía este sábado con su mujer y con otra pareja de amigos.
No es que nos veamos mucho. Pero siempre nos hemos sentido unidos a pesar de la distancia, del silencio o de los rumbos de cada uno. Y es que eso es la amistad. "El amigo ama en todo momento" (Proverbios 17,17) Dice San Jerónimo en su carta 3,6.: "La amistad que puede cesar nunca fue verdadera." Y ello es lo que vivo con mis amigos.
Puedo decir que entre mis amigos se encuentra muchos que antes han sido alumnos míos y, ya casados, sus familias me consideran y acogen también como tal.
En la feria


Puedo decir que entre mis amigos se encuentra muchos que antes han sido alumnos míos y, ya casados, sus familias me consideran y acogen también como tal.
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En la primera Comunión de Marta hija de Lola e Ignacio amigos en la pude compartir con ellos ese gran día junto con el amigo común Edelio. |
Cada año la familia se reúne en la feria para almorzar junta. La feria de Sevilla, como fiesta de la ciudad, es un lugar para disfrutar de un gran ambiente lleno de color, de trajes tradicionales, de bailes, de caballos y carruajes bien adornados. Es una feria "preciocista".

También es el lugar para encontrarse con los amigos.

En Ubrique y Ronda
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Con Mateo y Rosa en Ronda con la medalla de haber terminado la carrera. |
Y pensando en ello decidí pasar el día anterior con la familia de mi prima hermana Mariquita (DEPA) que viven en Ubrique, lugar de nacimiento de mi padre, y que siempre me acogen estupendamente. Gracias Francisco, Juanfran, Isa, David, María y Pedro.

¡Hasta la próxima, primero Dios!

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