martes, 12 de julio de 2022

Una Cruzcampo

Fui a la cafetería del barco, a la salida de Tánger, y vi en el mostrador frigorífico una pila de latas de cerveza Cruzcampo.
No era la necesidad sino la sintonía con la marca lo que me hizo pedirla.
El camarero me dice: "Un momentito, ahora no se vende alcohol, hasta que salgamos de puerto." 
Pues nada, ahora no, en unos minutos sí.

Un trozo de pan
En tres ocasiones he visto personas, hombres, agacharse para recoger trozos del pan en el suelo. Uno en concreto se lo llevo a la boca y lo besó.
Me sorprendí. Me gustó el gesto. Eran restos pequeños que ponían a salvo para que nadie los pisara. O lo acercaban a la pared o lo ponían sobre el mobiliario urbano al alcance.
Un gesto perdido en nuestra sociedad.

La limpieza
En otras ocasiones no he visto tantos barrenderos como en esta. La medina, además de estar restaurada, está limpia.
Todos los cierres, puertas y ventanas, se han modificado y están en madera.
Continuamente pasa el servicio de limpieza alrededor del café en el tomo te con menta. Y ello hace que me percate de ello y lo apruebe.
 
El cariño de la gente
Omed, el camarero del restaurante del Hotel Rembrandt; los trabajadores de mi hotel Omaiba, mohamed...; los que me sirven el te; el policía que responde a mi pregunta. Todos muy cordiales.

Viva McDonald
Bueno no entro nunca en ellos. Sólo cuando tengo necesidad. Ya sé lo que me voy a encontrar en ellos y lo que busco. En Pekín, harto de la misma comida china, buscaba papas fritas y mayonesa. En Tánger, simplemente comer.
No había almorzado al mediodía porque estaba TODO CERRADO con motivo de la Fiesta del Cordero. Comí un bote pequeño de papas fritas que compré el viernes para tenerlo en la habitación. 
Por la tarde salí a ver si encontraba algo abierto. NADA. Saliéndome de mi recorrido habitual vi la M de la firma norteamericana.
EA, FUERA PREJUICIOS!!!
Y me endiñé una hamburguesa doble con kechu que me sentó, y me supo, me maravilla.

Hombres con cuchillos y con cuernos


Pues sí. Esos hombres iban por la calle con grandes cuchillos y la chaira. Otros con bolsas o cestos. En estos se veían los cuernos del cordero sacrificado. Sus ropas manchadas de sangre. Venían de ser los oficiantes de esta litúrgia mayor de las fiestas musulmanes.

Comidas riquísimas
Las ensaladas en las que te encuentras de todo están riquísimas. El hígado de buey sabrosísimo. Las gamas "Al pil-pil", nombre de al ajillo, para repetir. La sopa de pescado tan simple como buenas. Tajín de pescado.
En general todo. Venir a Marruecos es estar seguro de comer de lujo.


¡Hasta la próxima, primera Dios!